martes, 13 de septiembre de 2011

Comunión, Órgano oficial de la Diócesis de Querétaro, 18 de septiembre de 2011 No. 709

Septiembre, mes de la Biblia
Para los Católicos, el mes de septiembre está dedicado a su conocimiento y divulgación, ya que quien se llame cristiano tendrá que conocer la historia de la salvación y la Palabra de Dios, interpretadas auténtica y fielmente por el Magisterio de la Iglesia.
Como dice la Exhortación Apostólica Post Sinodal Verbum Domini “existen muchos métodos para acercarse a las Sagradas Escrituras, sin embargo, se ha prestado mayor atención a la “Lectio Divina”, que es verdaderamente capaz de abrir a los fieles no sólo el tesoro de la Palabra de Dios, sino también crear el encuentro con Cristo”. (N. 87).

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Propuesta «Procesión con la Biblia»,
Así como se hace una Procesión en la parroquias el día de «Corpus Christi» porque en el mes de Septiembre no organizar en la Parroquia la «Procesión con la Biblia»
En esta Procesión tiene un gran impacto la palabra de Dios; ya que durante el recorrido se realizan pequeñas reflexiones animando a los presentes a participar con su Biblia. Se hace énfasis en que no es solo un objeto de valor que tiene que estar guardado con gran cuidado en el mejor lugar de la casa, sino que por su contenido de vida, «palabra viva y eficaz»  debe también permanecer en el mejor lugar del corazón.  En la procesión se pueden llevar las diferentes ediciones de Biblias católicas. Puede culminar con la Sagrada Eucaristía, proclamando con fuerza la palabra y haciendo sentir la necesidad de no solo escucharla sino ponerla en práctica; Tanto la procesión como la celebración debe ser una invitación a compartir la palabra en familia.

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Hoy en Soriano Fiesta Litúrgica de Nuestra Señora de los
Dolores

Por dos veces durante el año, la Iglesia conmemora los dolores de la Santísima Virgen que es el de la Semana de la Pasión y también hoy, 15 de setiembre. La primera de estas conmemoraciones es la más antigua, puesto que se instituyó en Colonia y en otras partes de Europa en el siglo XV y cuando la festividad se extendió por toda la Iglesia, en 1727, con el nombre de los Siete Dolores, se mantuvo la referencia original de la Misa y del oficio de la Crucifixión del Señor. La devoción de los siete dolores sufridos por la Virgen María fue anterior a ser consagrada como fiesta litúrgica. El Santo Padre Pío X en 1914 instituyó definitivamente su celebración litúrgica en el 15 de septiembre
Es la más universal de todas las advocaciones de la Virgen, pues no está vinculada a una aparición, sino que recuerda los dolores que sufrió la Madre de Jesús. Estos son: La profecía de Simeón, la huida de Egipto, el niño Jesús perdido en el Templo, el encuentro de Jesús y María camino al Calvario, la Crucifixión, el cuerpo de Jesús es bajado de la cruz, el entierro de Jesús.
Este día se acompaña a María en la experiencia de su profundo dolor, el dolor de una madre que ve a su amado Hijo incomprendido, acusado, abandonado por los temerosos apóstoles, flagelado por los soldados romanos, coronado con espinas, escupido, abofeteado, que caminaba descalzo debajo de un madero astilloso y muy pesado hacia el monte Calvario, donde presenció la agonía de su muerte en una cruz, clavado de pies y manos. María saca su fortaleza de la oración y de la confianza en que la Voluntad de Dios es lo mejor para nosotros, aunque nosotros no la comprendamos.
Es Ella quien, con su compañía, su fortaleza y su fe, nos da fuerza en los momentos de dolor, en los sufrimientos diarios. Pidámosle la gracia de sufrir unidos a Jesucristo, en nuestro corazón, para así unir los sacrificios de nuestra vida a los de Ella y comprender que, en el dolor, somos más parecidos a Cristo y somos capaces de amarlo con mayor intensidad.

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Reliquias del Beato Juan Pablo II
12 de diciembre, Seminario Diocesano de Querétaro


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La Voz de nuestro señor Obispo...



DEJÉMONOS PERDONAR POR DIOS!

MATEO 18, 21-35


¿Qué significa esta parábola? ¿Cuál es su mensaje? El contraste entre la actitud misericordiosa del rey y la dureza del siervo perdonado es el centro de la parábola. Llama también la atención la diferencia entre la deuda que el rey perdona a su siervo y la que éste exige a su compañero. ¿Cómo es posible que alguien a quien le han perdonado una deuda inmensa no sea capaz de perdonar una deuda insignificante? Todos los demás detalles contribuyen a reforzar el contraste entre las dos actitudes y la suerte que aguarda a quienes no perdonan de corazón a su hermano. En los oídos de quienes escuchaban la parábola quedaría resonando la pregunta del rey, que resume la enseñanza de la parábola: “¿No era tu deber tener también compasión de tu compañero como la tuve yo de ti?

Este es su mensaje central: Dios nos ha perdonado mucho. Muchísimo (haz un examen de conciencia general y lo constataras), a todos sin excepción, a cada uno, sin pedírselo nosotros, sin condiciones; en consecuencia, nosotros debemos perdonar a nuestros hermanos, sin límites, sin condiciones, siempre, puesto que sus deudas hacia nosotros son mucho menores. El perdón a los hermanos no es la condición para que Dios nos perdone, sino la consecuencia del perdón de Dios a nosotros, que ha sido previo, institucional e ilimitado. Después de esto, si nosotros no perdonamos, es cierto que el perdón previo de Dios no nos vale, porque nuestra falta de compasión significa que no hemos aceptado ese perdón suyo, ni nos hemos transformado, no hemos adquirido entrañas de misericordia como él.

Quien no se ha sentido comprendido por Dios, no sabe comprender a los demás. Quien no ha gustado su perdón entrañable corre el riesgo de vivir sin entrañas, como el siervo de la parábola, endureciendo cada vez más sus exigencias y negando a todos la ternura, el perdón.

Quien cree que el perdón y la mutua comprensión es algo inútil, propio de personas débiles y resignadas, estrangula, o solo la convivencia, sino también el Evangelio. Solo el que tiene la experiencia de sentirse perdonado por Dios y por los hermanos sabe la importancia del perdón para la convivencia, el crecimiento humano y el gozo de la Buena Noticia. ¡Ánimo! Dejemos amar, perdonar por Dios.

† Faustino Armendáriz Jiménez
IX Obispo de Querétaro


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Nuestra Independencia nacional
Nuestro país en su calendario civil conmemora uno de los acontecimientos históricos más importantes, el inicio del movimiento de independencia. Los mexicanos, en estos días, compartimos los sentimientos nacionalistas de la Independencia, pero al mismo tiempo, es claramente manifiesto, un sentir generalizado, de preocupación e incertidumbre ante la situación actual, de inseguridad y violencia sistemática que vive nuestro país. Los acontecimientos históricos son hechos significativos que son necesarios conocer, para entender y comprender nuestra identidad cultural y nuestros orígenes fundacionales, elementos básicos que nos interpelan para afrontar los desafíos de la realidad actual y comprometernos a trabajar por una sociedad con futuro para todos. En esta etapa histórica de nuestro país, la Iglesia misma a través del Episcopado Mexicano reconoce que «La Iglesia en México participó activamente en todos estos hechos de manera protagónica, ya que los más notables iniciadores y actores fueron miembros del clero y el pueblo era mayoritariamente católico».1 El cura Hidalgo y Morelos han sido los más renombrados pero al igual que ellos, participaron cientos de sacerdotes, religiosos y seminaristas, y desde luego, laicos, como se expone en la introducción que escribe el Pbro. Lic. Rafael Amador Tapia Zúñiga del trabajo de recopilación e investigación del P. Alfonso Niño Mendoza de la Arquidiócesis de Puebla, «Muchos de ellos tuvieron que dejar el Sagrado Ministerio, muchos dejaron la carrera eclesiástica, muchos pagaron el alto precio de su vida y de su sangre. Ninguno traicionó su conciencia. Todos estaban convencidos de que luchaban por Dios y por la Patria». 2 En este trabajo se mencionan algunos sacerdotes como Juan Barastegui, de Querétaro en Hacienda de la Calera; José González Religioso Mercedario de Querétaro; Felipe Luna, Religioso Dieguino de Querétaro, José Luna, Religioso Franciscano de Querétaro; Benigno Munilla, eclesiástico de Querétaro, conspirador, él provocó el Grito de Dolores; Mariano Orozco, Religioso Franciscano de Querétaro, militó en la insurgencia; y José María Sánchez, Eclesiástico de Querétaro, conspirador junto con Hidalgo del movimiento independentista. Conocer más acerca de estos sacerdotes de Querètaro o en Querètaro, es trabajo de los historiadores, pero no nos dispensa de un reconocimiento a su participación activa en el anhelo libertario de nuestra patria. Por todos es conocido que Querétaro participó activamente, siendo una de las ciudades desde donde se fraguó y partió la noticia de que había llegado la hora de la lucha contra el mal gobierno y el inicio del movimiento independentista a la que convocó el Cura Hidalgo en el Templo Parroquial de Dolores, Hgo. En la carta pastoral del Episcopado Mexicano con motivo de los centenarios de la Independencia y la Revolución en el No. 16 manifiestan lo siguiente: «Somos conscientes de que el Episcopado de entonces reprobó el movimiento libertario como sedición, usando incluso del anatema. La inquisición por su parte lo declaró como herejía. La razón última de esto estriba en la sujeción de la Iglesia a la Corona Española. A pesar de ello, el proceso de Independencia fue un movimiento político social con profunda raigambre religiosa católica que, dentro del dramatismo de los hechos y sus excesos, es una herencia noble y rescatable que debemos agradecer».3 A la distancia de los hechos es importante evitar los prejuicios y de acuerdo a criterios objetivos considerar las circunstancias y los contextos de los acontecimientos históricos, que nos enseñan y nos preparan para responder a los desafíos del presente con una visión esperanzadora que haga posible reinventar la convivencia y el progreso social en la verdad, en la justicia y en la paz. Para nosotros los cristianos católicos, confesamos y es nuestro itinerario de vida que en Cristo como lo proclaman los señores Obispos: «Hemos sido salvados en la esperanza y el Espíritu de Dios que está presente en todos los acontecimientos la llevará a su cumplimiento, no sin nosotros. Como lo señaló San Agustín: Dios que te creó sin ti, no te salvará sin ti».4 Que Santa María de Guadalupe Reina de México y «Patrona de nuestra Libertad» nos ayude en el proyecto de nación que queremos para el bien de todos.

P. Gabino Tepetate Hernández.

1 Carta Pastoral Conmemorar Nuestra Historia desde la fe para comprometernos hoy con nuestra patria, Edición especial, CEM, México, 2010, No. 26.
2 Niño Mendoza, Alfonso, Los Sacerdotes en el Movimiento Independista
, Trabajo de investigación y recopilación de datos históricos, Centro de Publicaciones CODICOS, de la Arquidiócesis de Puebla, Pue. 9 de septiembre 2010.
3 Carta Pastoral Conmemorar Nuestra Historia desde la fe para comprometernos hoy con nuestra patria
, Edición especial, CEM, México, 2010, No.16
4 Ibid., No.53.

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Confirmaciones en la Parroquia de la Divina Pastora
El día 1º de septiembre, nuestro señor obispo Don Faustino Armendáriz Jiménez celebró la Eucaristía con la comunidad de la Parroquia de la Divina Pastora y administró el sacramento de la Confirmación a niños y jóvenes, en los que quedó grabada en su corazón la imagen de Jesucristo y recibieron del Espíritu Santo, sus dones.

Le recibió el señor cura Pbro. Alfonso Trejo Mendoza, quien concelebró con el Pastor Diocesano y el Pbro. Israel Arvizu, Vice-Canciller.

Nuestro señor Obispo Don Faustino Armendáriz Jiménez pidió en la Eucaristía para que la Divina Pastora guíe y conduzca a su hijo Jesucristo a todos los presentes, a cada uno de los fieles confiando en su intercesión sea bendecido en su persona y en su familia, pidió especialmente por los niños y niñas que recibieron el Sacramento de la Confirmación, que sea para ellos, sus papás y padrinos, esta efusión del Espíritu Santo una oportunidad nueva para comprometerse con Dios y ser anunciadores de su Palabra y ser discípulos misioneros.

Nuestro señor Obispo destacó que hoy podemos admirar la actitud amorosa y maternal de la Santísima Virgen María, el cordero en las manos de la Divina Pastora simboliza la presencia de su Hijo y a cada uno de los fieles sus hijos, cada mamá puede verse reflejada con cada uno de sus hijos en los brazos.

«Nuestra Iglesia Católica urge que como comunidad le hagamos caso a Jesús, escuchemos la voz de Jesús, no podemos hacer lo que nosotros creemos que es bueno, lo que nos conviene, sino siempre preguntarle a Dios a pesar de nuestros cansancios a pesar de nuestros desencantos y desánimos a pesar del desgaste de fuerzas, por qué no tomamos un momento de fe y decimos al Señor ¿qué es lo que tú quieres? Hoy su proyecto para mi persona, para mi familia, para esta sociedad, que solamente la señalamos y señalamos tantos desafíos y problemas en nuestra sociedad y sin embargo ¿qué tanto acudimos a Dios?. La única solución para erradicar el mal de nuestro mundo de nuestra sociedad está en el corazón del hombre, transformar el corazón del hombre, de nuestras familias, de las personas. Desde ahí creo que Dios puede hacer tantas cosas, y Dios las quiere hacer, sin embargo, ¿qué disponibilidad tenemos de hacerle caso a Dios, a pesar de que lo hayamos intentado una y otra vez, a pesar del escenario que veamos tan pesimista, a pesar de que el escenario sea sangriento, ¿qué podemos hacer?. Hermanos la invitación es: hacerle caso a Jesús, y los frutos seguramente serán muchos como en la pesca milagrosa, si queremos pescar frutos de paz, frutos de bondad, frutos de bienestar en nuestras familias donde realmente se pueda respirar un oxígeno diferente ¡creamos a Dios!».

Pero creer a Dios es comprometernos con Él, y comprometerse con Dios es empezar a cambiar nuestras actitudes y también a darle un giro diferente a nuestra vida, no nuestros intereses sino los intereses de Dios, los intereses del bien, de la verdad, de la paz, de la serenidad, llenos de la presencia del Espíritu Santo en nosotros.

Necesitamos este espíritu transformador en la vida de nuestras familias y en nuestra sociedad, ahí está la solución, ahí está la disponibilidad de Dios, allá donde están los riesgos. Si una familia camina en presencia de Dios, tiene la seguridad total de que aquella familia vivirá la felicidad a pesar de los problemas, desafíos e incluso dificultades que tenga que afrontar. Con Dios es más fácil la pesca, con Dios se disipan los vientos, con Dios los cansancios y desencantos se superan.

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Misa de inicio de Ciclo Escolar en el Colegio Centro Unión
El pasado día 2 de septiembre, nuestro señor obispo Don Faustino Armendáriz Jiménez visitó el Centro Unión, colegio atendido por los padres misioneros Xaverianos para encomendar a Dios el año escolar que inicia e implorar al mismo tiempo la fuerza del Espíritu Santo. La comunidad educativa recibió con alegría al Pastor Diocesano para la celebración de la Eucaristía, recordando la próxima canonización de Mons. Gido María Conforti, fundador de la Familia Xaveriana.

El Director del colegio, el padre José Antonio dio la bienvenida en nombre de todos y dijo: «Monseñor, obispo de nuestra Diócesis de Querétaro, a nombre de la comunidad educativa del Colegio Centro Unión, alumnos, directivos, maestros, padres de familia y de la comunidad de los Misioneros Xaverianos que dirigimos este colegio le damos la más cordial de las bienvenidas a esta su casa el Colegio Centro Unión».
Nuestro señor Obispo respondió: «Es un gusto poder compartir con ustedes la fe, y estar también en este colegio y poder celebrar juntos la Eucaristía y dar gracias a Dios por el inicio del año académico, les saludo a ustedes alumnos, y a ustedes papás que son clave en la educación de sus hijos, gracias por la invitación padre José Antonio y padre Efraín y a todos los misioneros xaverianos que con empeño van impulsando esta hermosa obra de la formación de los futuros ciudadanos y tal vez de algún sacerdote o alguna religiosa, que el Señor bendiga a este colegio con varones y damas que quieran consagrarse al Señor, vamos a ofrecer esta Santa Misa también por sus familias y por quienes tienen la responsabilidad de la formación en este colegio».

En la homilía nuestro señor Obispo explicó que ofrecer a Dios el inicio del curso escolar es signo de gratitud a Dios que está al centro de nuestra vida. Dialogó con los alumnos sobre el colegio, sus exámenes, su gusto por el colegio, para qué van a Misa, por qué estudian. Reflexionó sobre la importancia de dar gracias a Dios por lo que nos da, recomendando a los padres de familia la formación en la presencia de Dios.
Nuestro señor Obispo dijo: «La educación no formal es una responsabilidad importante (de los padres de familia) para solucionar el giro que nuestra realidad ha dado, de violencia, de inseguridad y de tantas situaciones que todos lamentamos. Nadie puede ser indiferente a una realidad que nos interpela, que nos duele. Tenemos que reflexionar sobre el futuro que nos espera y que responsabilidad tienes tu joven, para que nuestro mundo cambie, si aprovechamos este tiempo en las aulas, y si le damos seriedad a su colaboración. Que la presencia de Dios nos haga vivir muy alegres, pero también haciéndonos muy responsables, vivir con responsabilidad el presente, pero también con gran esperanza el futuro. Si no vivimos con responsabilidad el presente difícilmente podremos alimentar la esperanza para el futuro».

«Todos desde muy jóvenes debemos tener un sentido para nuestras vidas, papás ayúdenles a sus hijos a que el sentido de su vida se vaya clarificando, a que el sentido de sus vidas vaya siendo más esperanzador, muchísimo más que la realidad que estamos viviendo a través del diálogo, de la presencia de los papás en su hogar, el mayor tiempo posible, y tiempo de calidad». 

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Mensaje de nuestro señor Obispo a los Ministros Extraordinarios de la Comunión de la Diócesis de Querétaro
Santiago de Querétaro, 3 de septiembre de 2011
  Saludo con especial afecto al P. Sergio Martínez Duarte, quien coordina a los Ministros Extraordinarios de la Comunión.

Saludo a cada uno de ustedes Ministros Extraordinarios de la Comunión, agradezco su presencia en esta reunión y reconozco como algo muy valioso e importante su servicio que prestan a la Iglesia, siendo portadores del «alimento de los hijos», dentro de la Misa, de manera extraordinaria y llevándola a los enfermos el día del Señor y en algunos días de la semana.

1. Deseo dirigirme a ustedes de corazón, pues representan para la Iglesia un pilar fundamental dentro de la labor evangelizadora. Me hubiera gustado muchísimo poder estar con ustedes en este encuentro diocesano, sin embargo, aprovecho este medio y este espacio para decirles que en este tiempo de misión permanente el escenario en el cual ustedes se desempeñan, es un lugar óptimo para la Misión. Vivimos un tiempo en el cual, en el arco de la enfermedad, larga o breve que sea, existe un momento del todo particular, representado por la proximidad con la muerte, conocido como «agonía», un tiempo era públicamente señalado, sobre todo en las parroquias rurales por el sonido de algunos retoques de campana, hoy esta realidad se ha visto desencarnada y muchas veces negada pues significa y representa una fase en la vida que «parece» carece de sentido.  

2. El sacramento que ha marcado esta particular situación, preludio de la dramaticidad de la muerte, es la Eucaristía, recibida como Viático. En la actual situación socio-pastoral se convierte cada vez más difícil la comunión como «Viático». Después de todo se objeta, es siempre sacramento de de la Eucaristía. La reflexión sobre la muerte, que era considerado un tema obligado en los ejercicios espirituales y en la predicación popular, desde hace un tiempo está casi ignorada. Abandonados los esquemas precedentes de una muerte vista como momento separado de la vida, como último y más peligroso combate espiritual, no se ha aún descubierto, en la predicación popular, un esquema más adaptado y también teológicamente más correcto. Pero nos surge una pregunta ¿cómo se podrá proponer el Viático cuando se evita de hacer reflexionar sobre la muerte? La respuesta más inmediata a tal interrogante está ligada a la posibilidad de concientizar al enfermo mismo acerca de la gravedad de su condición. Es indudablemente una especie de «conspiración del silencio» en su confronto. No por nada existe hoy quien evita «llamar al Sacerdote», propio porque esta figura evoca inmediatamente el peligro o la proximidad de la muerte.

3. El Catecismo de la Iglesia Católica nos enseña: «a aquellos que están por dejar esta vida, la Iglesia ofrece, además de la unción de los enfermos, la Eucaristía como Viático. Recibida en este momento de transito al Padre, la Comunión del Cuerpo y la Sangre de Cristo tiene un significado y una importancia particular. Es semilla de vida eterna y potencia de resurrección, según las Palabras del Señor… (Cfr. Jn 6, 54). Sacramento de Cristo muerto y resucitado, la Eucaristía es aquí sacramento del paso de la muerte a la vida, de este mundo al Padre» (CATICAT, 1524).  

4. Para encuadrar y comprender en plenitud la práctica del Viático, se presupone, por lo tanto, la visión de la muerte, con la cual estrechamente se relaciona. Ésta aparece no como uno de tantos eventos, sino como el evento de la vida, y que cada uno según su modo de reportarse con la vida implica también una precisa actitud de frente a la muerte de esta vida. La rígida separación entre vida y muerte… no justifica el deseo de vivir una vida sin la muerte, sino solamente un modo de sentir la vida, privado de la conciencia de la muerte. Hoy parece ser que no se desea otra cosa que morir de prisa sin sufrimiento: la muerte improvisada.  

5. Por esto, el final de la existencia se presenta como una situación por excelencia de la vida, en la cual el hombre irrumpe en una completa maduración espiritual, en la cual la inteligencia, la voluntad, la sensibilidad y la libertad, pueden por primera vez, ser ejercitadas en plena espontaneidad  sin los condicionamientos externos y la limitación inherente a nuestra situación en el mundo.

6. En este horizonte se comprende el valor de los sacramentos que acompañan este «tránsito». «Como los sacramentos del Bautismo, de la Confirmación, y de la Eucaristía constituyen una unidad llamada ‘Sacramentos de la Iniciación Cristiana’, así se puede decir que la Penitencia, la Unción de los enfermos y la Eucaristía, en cuanto ‘Viático’, constituyen al término de la vida cristiana, ‘los sacramentos que preparan a la patria’ o los sacramentos que concluyen la peregrinación terrena» (Cfr. CATICAT, 1525). 

7. En el pasaje de esta vida a la otra, el Viático del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, fortalece y dota al cristiano con la prenda de la resurrección, según las palabras del Señor: «quien come mi carne y bebe mi sangre, tiene la vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día» (Jn 6, 54). Esto en virtud de la dignidad bautismal de cada cristiano, quien ha recibido la adopción a ser parte de los hijos de Dios y se ha convertido coheredero de la vida eterna prometida. 

 8. La participación a la herencia divina consiste, en verdad, en la condivisión del destino de Cristo, muerto y glorificado. Los hijos no tienen otra vía por atravesar sino que aquella del Hijo. Entre los sufrimientos actuales y la glorificación futura no se da una relación de equivalencia: existe desproporción y exceso de la realidad escatológica. La glorificación no se limita a rescatar las tinieblas del presente histórico. Iluminará el rostro de los hijos de Dios del mismo resplandor del resucitado.
9. La última comunión expresa la certeza que es para el «Día del Señor» pues la Iglesia, mediante sus miembros, no abandona en la soledad a quien está por terminar el itinerario terreno. El ministerio ahora confiado también a ustedes los laicos, expresa  la premura de la Iglesia en el cuidado de sus hijos, para que puedan alimentarse del Señor hasta el último día, y tener así la garantía en el viaje a la eternidad. Realidad que expresan muy bien las palabras con las cuales viene dada la comunión «El Cuerpo de Cristo. Te guarde para la vida eterna» así como alguna de las oraciones después de la comunión «Mira oh Padre, a este nuestro hermano que se confía a tu promesa en la fe en Cristo, Camino, Verdad y Vida, y haz que fortalecido por el Cuerpo de tu Hijo, venga a tu encuentro en la paz de tu Reino».  

10. La Eucaristía como «Viático» en la peregrinación terrena, sostiene el intercambio entre la naturaleza humana y divina, iniciado en nosotros con la asunción de la dignidad bautismal, que nos ha transformado en nuevas criaturas en Cristo y nos ha revestido de un traje indispensable para entrar en el banquete final de las bodas eternas. 

11. Queridos hermanos la misión a la que Dios nos ha llamados y de la cual ustedes participan no puede desarrollarse si antes cada uno de nosotros no se vincula profundamente con Jesús Eucaristía, pues no se trata de ser «distribuidores de la gracia», sino «embajadores de la gracia» lo cual exige un diálogo directo con el Señor.  

12. Quiero terminar con unas palabras de San Agustín a los recién bautizados, que nos ayuda a entender el significado y el valor de este ministerio: «Reciban este sacramento, para conformar a ello sus pensamientos, para conservar la unidad del corazón, para presentar siempre en alto el corazón. Su esperanza no se detenga en la realidad terrena, sino en el cielo; su fe en Dios sea una fe sólida, sea agradable a Dios. Y cuanto aquí no pueden ver  y creer, lo verán allá donde sin fin regocijarán de alegría  (San Agustín, Discurso 227, En el primer día de Pascua a los neófitos sobre los sacramentos, 390).  

13. Invito a cada uno de ustedes a «vivir con plenitud este ministerio tan hermoso», de manera particular subrayando la labor con los enfermos, necesitamos que nuestra nueva cultura crezca y se geste dando su lugar a los enfermos, pues ellos son la «caricia de Dios». Que el contacto con la Sagrada Eucaristía transforme su corazón al de Cristo, quien sensible a las necesidades de la humanidad se rebajó hasta someterse a la muerte y una muerte de Cruz (Cfr. Fil 2, 8).  

14. Imparto a todos ustedes «Ministros Extraordinarios de la Comunión» mi bendición y les deseo que la paz de Cristo que sobrepasa todo anhelo, custodie su corazón e inteligencia en el amor y conocimiento de la verdad, para que como «discípulos y misioneros de Jesucristo, tengan vida en el». Que María la mujer eucarística nos enseñe a vivir en la Eucaristía  el memorial de la muerte de Cristo para adherirnos a él con un corazón abierto a sus enseñanzas.

Dios les bendiga.

† Faustino Armendáriz Jiménez
IX Obispo de Querétaro


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Discurso de nuestro señor Obispo, a los Jóvenes reunidos en el VIII Encuentro Diocesano de Pastoral Juvenil
Santiago de Querétaro, 28 de agosto de 2011

Saludo con afecto en el Señor a cada uno de ustedes jóvenes reunidos en estos dias para programar y comenzar con las actividades de esta dimensión tan importante en la vida de la Iglesia: 

De manera particular deseo saludar al Padre José Luis Trejo, a quien le hemos encomendado de manera diligente la responsabilidad y el cuidado de ustedes; te agradezco Padre la disposición y generosidad con la que has aceptado este encargo pastoral, el Señor te ilumine y te bendiga: 

Mi bendición y agradecimiento a la Señorita Sara Cruz Lecuona que durante este tiempo ha coordinado esta tarea y en comunión con los presbíteros y la comunidad, ha favorecido los lazos de unión y participación. A su vez le doy la bienvenida al Joven Marco Antonio Landaverde Árias, quien generosamente ha aceptado la responsabilidad y tarea de representar y coordinar a cada uno de ustedes en la labor evangelizadora. Gracias a cada uno de ustedes. 

1. Sin duda que la Palabra de Dios nos va hablando en un contexto y en una situación muy determinada, pues el Espíritu nos inspira los caminos de fe y de esperanza por los cuales la Iglesia que peregrina hacia la casa de Padre, ha de dirigir sus pasos, es por ello que he decidido aprovechar y hacer resonar los textos que la liturgia de  este día nos sugiere para meditar en este momento con ustedes. 

2. Parto del salmo responsorial, que dice «mi alma tiene sed de tí Señor, Dios mio, como la tierra reseca agostada sin agua» (Sal 62, 2), es pues un texto muy amado por la tradición mística y muy usado por la Liturgia de las Horas por la sed y hambre de Dios que lo invade. Un deseo y una sed ardiente de Dios impulsa al salmista a la búsqueda de su Señor, como la tierra reseca busca el agua. Por cuanto ingenuamente nos podamos alejar de Dios, en nuestro corazón permanece siempre una profunda nostalgia que nos lleva hacia él, porque como nos recuerda la oración de la Misa, «Dios es el bien supremo, la única fuente de cada don perfecto». Encontramos en el salmo responsorial el itinerario espiritual de la auténtica oración que es una busqueda y aspiración de Dios. Es un texto sin lugar a dudas una de las más bellas expresiones de la piedad personal.  

3. El conjunto de las lecturas nos orientan  hacia la aceptación del misterioso camino de la cruz que han recorrido los profetas, en particular Cristo mismo. El profeta Jeremias, escogido portavoz de Dios, se convierte en motivo de  vergüenza para los de su casa a causa de la Palabra de Dios, que él, seducido por el Señor proclama con libertad. Jeremías, a causa de su obediencia a la voluntad divina, es una conmoviente figura de Cristo, el Siervo de  Dios. También Jesús ha sido hecho objeto de los malvados sarcasmos y de las duras contestaciones, pero ha permanecido fiel a su misión «haciéndose obediente hasta la muerte y una muerte de cruz» (Fil 2, 8). Jesús anuncia su pasión que tendrá lugar en Jerusalén e invita los discípulos a seguirlo y a cargar cada uno la propia cruz. Pedro que se refuta a aceptar un Cristo sufriente, denota la incapacidad del hombre a pensar según la lógica de Dios. Prisionero de la lógica humana, él intenta impedir que Jesús se conforme a la lógica divina. La lógica de Dios es completamente diferente a aquella del hombre. San Pablo cuando en la carta a los Romanos dice: «no se acostumbren al mundo presente, sino déjense transformar renovando su modo de pensar para poder discernir la voluntad de Dios» (Rm 12, 2), desea que el criterio de juicio de la vida del hombre sea la lógica de Dios.  

4. Las palabras de Jesús a sus discípulos son exigentes: «Si alguno quiere venir detrás de mí, que reniegue a si mismo, que tome su cruz y me siga» (Mt 16, 24). Cómo explicar la paradoja de la Cruz propuesta por Jesús a todos aquellos que lo quieren seguir? Dios  ha escogido salvar a los hombres no con la ostentación se su potencia, sino con la revelación de su amor fiel, compartiendo de cerca la miseria del hombre. El camino de la cruz recorrido por Jesús es la vía del amor, del don total de sí mismo. Por lo tanto, lo que Jesús pide a sus discípulos, a todos nosotros jóvenes, no es una vida marcada por el sufrimiento, sino transformada por el amor, una vida ofrecida sin condiciones al Señor. No se trata de mortificar la vida, sino de enriquecerla de manera que permaneciendo en una vida plenamente humana, sea guiada por la luz de la fe que es sobretodo aceptación del misterio, comunión indivisible y búsqueda del proyecto de Dios. 

5. Podemos afirmar que las palabras de San Pablo sintetizan muy bien este estilo de vida: «los exhorto a ofrecer vuestros cuerpos como sacrificio viviente, santo y agradable a Dios; éste es el verdadero culto espiritual» (Rm 12, 1). El cuerpo y sus miembros son para Pablo el entero ser humano en su dimensión histórica, personal y relacional. Él habla  entonces de la donación total del creyente, de su persona con toda su corporalidad. Es en la realidad concreta de cada días y en hechos cotidianos que se realiza el don de sí mismo. Es en este modo que nuestra vida, modelándose sobre la existencia de Jesús, se convierte en un culto agradable al Padre. Si existe separación entre la conducta de la vida cotidiana y el culto, la práctica religiosa cae en un formalismo y la moral se reduce a moralismo. 

6. Finalmente, les invito y les exhorto a que vivan como jóvenes y adolescentes  que verdaderamente representen un enorme potencial para el presente y futuro de la Iglesia y de nuestros pueblos, como discípulos y misioneros del Señor Jesús. Sensibles a descubrir su vocación a ser amigos y discípulos de Cristo. Sintiéndose llamados a ser «centinelas del mañana», comprometiéndose en la renovación del mundo a la luz del Plan de Dios. No temiendo el sacrificio ni la entrega de la propia vida, pero sí una vida sin sentido. Y por su generosidad, siéntanse llamados a servir a sus hermanos, especialmente a los más necesitados con todo su tiempo y vida. Teniendo capacidad para oponerse a las falsas ilusiones de felicidad y a los paraísos engañosos de la droga, el placer, el alcohol y todas las formas de violencia. En su búsqueda del sentido de la vida, sean capaces y sensibles para descubrir el llamado particular que el Señor Jesús les hace. Como discípulos misioneros, ustedes las nuevas generaciones están llamadas a transmitir a sus hermanos jóvenes sin distinción alguna, la corriente de vida que viene de Cristo, y a compartirla en comunidad construyendo la Iglesia y la sociedad (Cfr. DA 443).  


¡Gracias!


† Faustino Armendáriz Jiménez
IX Obispo de Querétaro


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Circular Nº 3/2011/

De Nuestro señor Obispo D. Faustino Armendáriz Jiménez


Asunto: Bonos de cooperación del
Seminario


A los hermanos Presbíteros,
a los miembros de la Vida Consagrada
y a todos los fieles de la Diócesis de Querétaro:

El Seminario ha sido durante su historia un semillero de muchas vocaciones sacerdotales, ahí nos formamos y aprendimos el estilo de vida de Jesús, el Buen Pastor, para ser servidores de su Pueblo. La importancia del Seminario en nuestra vida y en la de la Diócesis es indiscutible. 

Cada año nos ofrecen los bonos de cooperación a favor del Seminario Conciliar, para el sostenimiento de sus diversas casas en Hércules, San Miguel Galindo y Concá. 

Les recuerdo que su colaboración es necesaria para la distribución y ofrecimiento de los bonos en sus comunidades parroquiales, movimientos y campos de apostolado. Se otorgarán los siguientes premios a los bonos de cooperación agraciados conforme al Sorteo Superior de la Lotería Nacional Mexicana, el día 2 de diciembre del 2011:


Primer Premio: Un Automóvil MAZDA 3SDN 2011

Segundo Premio: $50,000.00
Y ocho premios más. 

Los sacerdotes responsables de la economía del Seminario se pondrán en contacto con ustedes, para entregarles los bonos de cooperación.

La fecha límite de entrega de los talonarios y el monto de lo colectado es el 21 de noviembre de 2011, les rogamos no regresar bonos sin vender. 

¡Gracias por su apoyo y  su amor por el Seminario! 

En la Sede Episcopal de Santiago de Querétaro, a los 12 días del mes de julio de 2011. 

Fraternalmente en Cristo y María:


† Faustino Arméndariz Jiménez
Obispo de Querétaro

 
Pbro. Dr. Jorge Hernández Nieto
Canciller

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XXV Domingo Ordinario Ciclo A«Así, los últimos serán los primeros y los
primeros serán los últimos»

Lectura del Santo Evangelio según
San Mateo 20, 1-16

Pautas para la reflexión personal  

*El vínculo entre las lecturas
Leemos en el Evangelio la parábola llamada «de los obreros de la viña»; sin embargo sería mejor llamarla la del dueño bondadoso o el señor generoso. El profeta Isaías parece sintetizar la idea principal de este Domingo cuando dice: «los pensamientos de ustedes no son los míos, ni los caminos de ustedes son mis caminos». La mente humana es pequeña, frágil y sujeta al error. El hombre debe ser consciente que Dios tiene un hermoso Plan para cada uno y que al ser humano le corresponde conocerlo para ser fiel a él (Primera Lectura).

Esta misma verdad aparece claramente en el Evangelio, que nos habla del Reino de los Cielos y nos lo presenta como el dueño de una viña que sale a contratar a los jornaleros. Un sentido de justicia muy humano, nos llevaría a pensar que los jornaleros que han soportado todo el peso de la jornada, deberían recibir más que aquellos que apenas han trabajado una hora. Pero, si examinamos con calma, veremos que aquí no hay injusticia alguna. Quien ha trabajado toda la jornada, ha recibido aquello que le había sido prometido. Entonces, el tema en cuestión pasa a ser la misericordia de Dios, que premia, superando con mucho, los méritos humanos. Puede uno pasar el día entero trabajando pero obtendrá poco, si ama poco. Por esta razón: «los últimos serán los primeros, y los primeros los últimos» (Evangelio). Esto supone todo un cambio de criterios y de mentalidad (metanoia). Una vida nueva que lleva a San Pablo a exclamar en su carta a los Filipenses: «para mí la vida es Cristo y la muerte una ganancia».

«Porque los pensamientos de ustedes no son los míos»
Isaías1 es sin duda uno de los grandes profetas del Antiguo Testamento. Vivió en el siglo VII a.C. y profetizó durante la crisis causada por la expansión del Imperio Asirio. Según algunos apócrifos, murió aserrado por orden del terrible rey Manases2. Este libro contiene el mayor número de profecías utilizadas en el Nuevo Testamento. La parte que estamos meditando hace parte del libro de la consolación de Israel. El capítulo 55 es una exhortación final a participar de los bienes de una nueva alianza y a convertirse, mientras haya tiempo ya que el «Señor es generoso en perdonar» pero, recuerda el profeta, Él está cerca.

« Porque los pensamientos de ustedes no son los míos, ni los caminos de ustedes son mis caminos». He aquí la clave para poder entender muchas de las vicisitudes de nuestra vida y de la historia de la humanidad. Creemos que Dios debe de pensar como nosotros pensamos y debe de tener los mismos conceptos de amor, justicia y perdón que nosotros tenemos. Estamos tan convencidos de estar en lo cierto, que quedamos consternados, desconcertados delante de muchos acontecimientos, pues nos parecen incompatibles con el amor o la justicia, según nuestros limitados criterios. Y comenzamos a dudar, no de nuestro modo de pensar, sino de Dios. Dudamos porque en el fondo, no queremos comprender que «Dios es Amor». Que Dios es el totalmente Otro y que es capaz de «amar hasta el extremo» dando su vida para que tengamos la vida eterna.

Justamente el mensaje del Evangelio es la gratuidad de Dios ante el legalismo que patrocinaban los fariseos. Estos eran incapaces de entender conceptos como amor y perdón. Esta es la recompensa que esperaba San Pablo, uno de los llamados a trabajar en la viña del Señor en la segunda hora. Escribiendo a los cristianos de Filipos, ciudad romana en Macedonia3, afirma «Para mí la vida es Cristo y el morir una ganancia». Pero está igualmente dispuesto a seguir viviendo mientras sea útil a los hermanos. Pero habla así porque escribe desde la cárcel en Roma (alrededor del año 63) esperando una sentencia que podía ser capital.

«El Reino de los cielos es semejante a…»
El Señor quiere que entendamos un poco más acerca del Reino futuro y su dinámica ya presente en el «ahora» de nuestra vida. Lo primero que tenemos que considerar es que Dios llama a quien quiere y cuando quiere. De esa manera nos llamó ya una vez a la existencia de la nada. De esa manera nos llama ahora para colmarnos de sus dones y hacernos partícipes de su eterna felici­dad. Su llamada es enteramente gratuita. Los apóstoles y los santos que han vivido la experien­cia de la gracia no se cansan de contemplar la bondad de Dios. San Pablo escribe: «Él nos libró del poder de las tinieblas y nos trasladó al Reino del Hijo de su amor, en quien tenemos la redención, el perdón de los pecados» (Col 1,13-14). Esto es lo que tenemos que tener en mente para entender la parábola que nos presenta el Evangelio de este Domingo. Allí entramos en contacto con una justicia que es superior a la nuestra: es la justicia de Dios. Dios ejerce su justicia salvan­do, librando de la muerte y dando la vida.

«El Reino de los cielos…» es semejante a un señor que sale a primera hora de la mañana a contratar obreros para su viña conviniendo con ellos el pago de un denario al día. Volvió a salir a las 9 y a las 12 y a las 15 horas y viendo cada vez gente en la plaza, sin trabajo, les dijo: «Id también vosotros a mi viña y os daré lo que sea justo». Por último salió a las 17 horas y encontró otros que habían estado todo el día parados y también a éstos manda a su viña. Todos éstos pasan de la amargura que signifi­ca la cesantía a la alegría de haber encontrado un buen traba­jo, del abatimiento al entusiasmo. Hasta aquí todos compren­demos la bondad de este Señor que ofrece una «fuente de trabajo» y la fortuna de los que, estando cesantes, han sido llamados a gozar de ella. Es conveniente destacar esta frase: «Os pagaré lo que sea justo» ya que ellos confían en la bondad del señor para el momento de la retribución. Pero al final del día llega el momento de recibir el pago. Aquí el Señor realiza un nuevo gesto asombroso: comienza a llamar a los obreros, partiendo por los últimos, los que han trabajado sólo una hora, y les da un denario a cada uno; ¡es un regalo! Calculemos la alegría de estos hombres. Y lo mismo hace con todos. Entonces ocurre lo increíble: la protesta. Los que llegaron a traba­jar a la primera hora «murmuraban contra el Señor». Reclamaban al compararse con los últimos. El Señor, siempre bondadoso, contesta al que encabe­za la protesta, llamándolo «amigo». Le recuerda que lo conveni­do con ellos fue un denario al día; ellos habían recibido «lo suyo». Agrega: «Quiero dar a este último lo mismo que a ti. ¿Es que no puedo hacer con lo mío lo que quiero? ¿O va a ser tu ojo malo porque yo soy bueno?». El «ojo malo» es una expresión hebrea para indicar un estado de espíritu maligno, porque el ojo es como el espejo del alma. Aquí quiere indicar la envidia, es decir, el senti­miento de tristeza y de infelicidad propia ante el bien y la felicidad ajenos. Esto está condenado, porque «la caridad se alegra con el bien» dondequiera que exista, sea propio o ajeno. La envidia, en cambio, se amarga ante el bien ajeno y así se opone a la caridad (ver 1Cor 13,4).

Pero la enseñanza principal de la parábola es ésta: el que negocia con Dios y exige de Él retribución ante los méri­tos propios, recibe exactamente «lo suyo»; pero se excluye del reino de la gratuidad y de la misericordia. Son los obreros que no vivieron la expe­riencia de la cesantía, pues trabajaban desde la primera hora. Ellos se sienten en situación y derecho de negociar. Se puede decir que no fueron salva­dos, porque no quedaron contentos y se fueron con lo suyo «murmuran­do» contra el señor. Los otros obreros recono­cen que ellos estaban cesan­tes y que han sido salvados. Ellos no convi­nieron nada, sino que confiaron en la justicia y bondad del Señor. Éstos recibie­ron un don gratuito, mucho mayor que lo que podían imaginar. Ellos se fueron felices, ala­bando la generosidad de su señor y dándole gracias por su inmenso don, que reconocían no haber merecido.

Vivamos nuestro Domingo a lo largo de la semana
1. Mucha gente se plantea esta misma cuestión: ¡qué tal raza! ¡yo tengo que aguantar todo el peso de la jornada, y al «holgazán» que «goza de los placeres de la vida» le prometen lo mismo que a mí! ¡Yo la sufro, ¿y por qué él va a merecer lo mismo que yo sin esforzarse?! ¿Les daría envidia a los futbolistas el hecho de que un jugador ingrese a cinco minutos del fin de un partido, en el que ellos han trabajado duramente desde el principio para ganarlo, y al final participe por igual del triunfo y del premio reservado para todos ellos por igual? ¿Acaso pensamos entonces que es injusto lo que se le da a este último que no ha hecho nada? ¿Acaso no se alegran todos por igual del triunfo? ¿Qué pensaríamos de aquél que a la hora de la celebración se está fijando en lo poco que ha trabajado ese último en entrar? ¿No es absurdo?

2. Meditemos la fase de San Agustín acerca de este pasaje: «Da a todos un denario, recompensa de todos, porque a todos será igualmente dada la misma vida eterna».

3. Leamos en el Catecismo de la Iglesia Católica los numerales: 2538- 2540. 2554.

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Conquista y fundación de Santiago de Querétaro
Don Juan Sánchez de Alanís:
Vino como criado del encomendero Hernán Pérez, vino de Castilla, lego, casado, de capa y espada y habiendo enviudado en esta provincia en que no dejó descendencia. Es muy improbable que durante la época de la conquista y fundación de Querétaro se hubiera ordenado sacerdote, porque no se le confieren actividades misioneras o evangelizadoras, lo más probable es que muchos años después se hubiera ordenado sacerdote y después haber sido cura de Xichú , en donde pudo haber predicado el Evangelio a números indígenas chichimecas. Fue sujeto muy importante en la conquista y pacificación de Querétaro, se había quedado en la Cañada al lado de Fernando de Tapia, por instrucciones del encomendero Hernán Pérez de Bocanegra, con el fin de preparar la conquista y pacificación del territorio de los chichimecas.

Las noticias que recibían los otomíes de la fertilidad de las tierras del valle de Querétaro, los trajeron a ese lugar en gran número, por lo cual Fernando de Tapia y Sánchez de Alanís, acordaron fundar un nuevo pueblo en el feraz valle que se extendía adelante de la Cañada, lugar que se encontraba infestado de chichimecas bárbaros.

Don Fernando de Tapia fue a Xilotepec y ahí concretó con mucho amigos y parientes el salir a conquistar, no sólo a los de su nación otomí que se mantenían en la gentilidad, sino a todos los chichimecas que habitaban en los montes como fieras., Don Fernando, para organizar la expedición que había fraguado, solicitó el correspondiente permiso de la real Audiencia de México. No fue difícil para él obtener favorables despachos para llevar a cabo sus designios, y con la autorización de la Real audiencia, le fue otorgado además el título de Capitán General de Chichimecas. Habiendo hecho alianzas con algunos caciques de Xilotepec y Tula que se ofrecían voluntarios a acompañarlo, con sus fuerzas compuestas de otomíes armados de arco y flecha y sus capitanes de espadas y armas de fuego, se pusieron en orden y proveídos de bastimentos, comenzaron su jornada, haciendo alto en el lugar donde está ahora el pueblo de San Juan del Río.

Fundación:
El encomendero español, Hernán Pérez de Bocanegra, fundó Acámbaro y lanzó a sus pacificadores hacia Huimilpan; entre sus aliados se encuentran jefes soldados del principado de Xilotepec. En Xilotepec se forma la expedición, llegan a Iztac-Chichimeca-Pan, Mexici como principal del poblado acepta someterse a España con todo lo que esto implica, fue bautizado. No hubo derrame de sangre. Los pacíficos habitantes de esa pequeña población nunca podrían rivalizar con la enorme cantidad de pacificadores, en el caso de que sus intenciones dejaran de ser pacíficas. El sometimiento implica además, el cambio de una fe a otra. La columna cristiana entró a lo que ahora es el centro de la población el 24 de junio de 1531, se fundó el pueblo y en virtud del caudaloso río que pasaba a sus orillas y por ser día de san Juan debía llamarse el pueblo de SAN JUAN DEL RIO.

Es aquí en san Juan del Río, donde se dio inicio a la colonización la colonización y evangelización de la parte occidental y norte de la Nueva España. La última semana de julio, el ejército sale rumbo al poniente apara dirigirse al pueblo grande (Andamexei), y se convertirá en el nuevo enclave cristiano con el nombre de Santiago de Querétaro, y después será fundado San Miguel, Xichú y Zacatecas.
De San Juan del Río mandó Don Fernando de Tapía unos emisarios que fueron a confeccionar con Don Juan Criado, que era el cacique principal de las tribus chichimecas. Como ya estaba concretada con anterioridad la conquista pacífica por Fernando de Tapía y Juan de Alanís, cuando convivieron con los chichimecas y otomíes en la Cañada, solamente se trató de darle cierta forma para que la sumisión y la conquista no apareciera efectuada sin lucha y victoria. Para ello convinieron en simular un combate cuerpo a cuerpo, en el que no se usaron las armas, sino solamente a brazo partido.



La conquista de Querétaro empezó en 1522 por indios bautizados, al mando del cacique de Jilotepec (descendiente de Moctezuma), llamado después del bautismo don Nicolás de San Luis Montañés, quien se titulaba a sí mismo «Capitán General por el Rey nuestro Señor, conquistador, fundador y poblador de estas fronteras chichimecas de la Nueva España». Los chichimecas, capitaneados por dos indios llamados (según Nicolás de San Luis) don Lobo y don Coyote, no quisieron ceder a las proposiciones de paz. Entonces don Juan Naubia, cacique cristiano, sugirió una manera noble y curiosa de pelear y fue que, puestas las armas al pie de la cruz que habían levantado en el cerro del Sangremal (donde hoy está el Convento de la Santa Cruz de los Milagros), quedando en guardia de ellas los chichimecas, el resto desarmado ya, saliese a hacer la guerra «a puñetazos y a mordidas como los gallos contra los enemigos que vendrían también sin armas». Esta singular batalla tuvo lugar el año 1522 y se decidió en favor de los cristianos. (La Conquista de Querétaro, por D. Valentín Frías).

Sin embargo, la completa conquista de la Ciudad de Querétaro se consumó hasta el 25 de julio de 1531 y es tradición popular, trasmitida en la Crónica Seráfica y Apostólica de la Santa Cruz de Querétaro. (Escrita por Fray Domingo de Arrecivita), que en la batalla se apareció el glorioso Apóstol Santiago, armado y peleando en favor de los cristianos. El historiador Padre Mariano Cuevas, S. l. (Historia de la Iglesia en México, t. 1, pág. 167) recuerda esta tradición popular «sin dar, dice, nuestro juicio sobre la verdad intrínseca de los hechos».

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DE PARROQUIA EN PARROQUIA
Pbro. Reynaldo Huerta Cerna
deparroquiaenparroquia@hotmail.com
«EL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA»
Agua Zarca, Municipio de Landa, Qro.

¡LOS SALUDO CON EL GUSTO DE SIEMPRE! ¡¡AGUA ZARCA ES AGUA ZARCA!! Con estas palabras aparentemente obvias, el excelentísimo Señor obispo diocesano Monseñor Faustino Armendáriz Jiménez, definió al pueblo de Agua Zarca. Tratando de interpretar estas episcopales palabras, podría decirse que Agua Zarca, por su belleza natural, no tiene paralelo y que sólo se puede comparar con ella misma. Es tanta la belleza de este pueblo queretano, que si vinieran visitantes de otros mundos, habría que llevarlos allá, para que en su informe, a quienes los enviaron, en su lugar de origen, les afirmen que visitaron el planeta más bello de nuestra galaxia. Es fácil creer que mucha gente que viaja a este pueblo, maneja muy despacio, no solo por las curvas del camino, sino para disfrutar al máximo la belleza del paisaje, una de esas personas fui yo, porque, cuando llegué al «Parador Santa Martha», que es la entrada geográfica a esta parroquia, desaceleré la camioneta y manejé a 20 kilómetros por hora, para ir disfrutando y admirando la naturaleza, dándole gracias a Dios por haber creado, aquí en nuestra diócesis, esa región tan bella. Así que «Agua Zarca es Agua Zarca».
La primera vez que visité Agua Zarca fue hace 40 años. Fue un campo misión que realizamos un grupo de seminaristas. De lo único que recuerdo de esa experiencia, es que estaba ahí el Padre José Miguel Barrón Ruíz, quien nos trató «de maravilla», ya que había sido nuestro «vigilante» en el Seminario. Él nos sugirió que fuéramos al río Moctezuma. Nos fuimos corriendo cuesta abajo. Allá nadamos, y exploramos algunas islas del río. Pero al regreso ya no podíamos llegar por el cansancio.
Después de manejar desde Querétaro 5 horas, por fin llegué a Agua Zarca a las 10 de la mañana. El señor cura párroco el Padre Adrián Muñoz Arvizu se encontraba en la oficina de la parroquia atendiendo a unas personas, pero amablemente les pidió que le permitieran un momento, y me llevó a desayunar. Él se regresó a la oficina para continuar con su trabajo. Yo me quedé almorzando con un rico café, que según la señora Guadalupe Rubio, quien atiende al Señor Cura, lo cultivan en Neblinas. Eso me llevó a recordar al padre Rolino, un sacerdote italiano que construyó una casa para religiosos cerca del pueblo de Rioverdito; él decía, lo recuerdo muy bien, que con una taza de café de neblinas podía resucitar un muerto, ¡vaya! Pues debe ser muy especial. Lo cierto es que, El estado de Querétaro no es famoso por ser cafetalero, sin embargo, en territorio queretano se cultiva uno de los mejores cafés de altura, existentes ya en el mercado.
Cuando regresó el padre Adrián al comedor estuvimos platicando acerca de la pastoral que se desarrolla en Agua zarca; Según su expresión, se trata de una «parroquia viva» ya que está en continuo movimiento. Las pastorales que más se promueven son: Profética, Litúrgica y Familia. Esta última contiene un gran reto: existen en Agua Zarca muchos amancebados, según datos del último censo pastoral, todavía existen en la parroquia más de 300 parejas sin casarse sacramentalmente por la Iglesia; estamos hablando de un 25% de las parejas que viven en toda la parroquia de Agua Zarca. Pero no todo es negativo en este sentido, ya que en la última fiesta patronal, que se celebró el 2 de julio pasado, el excelentísimo Señor Obispo Don Faustino Armendáriz Jiménez casó a 47 parejas.
Este año sucedió una coincidencia: La fiesta patronal del Inmaculado Corazón de María, y el inicio de la Peregrinación Guadalupana, que cada año comienza precisamente en esta parroquia, acontecieron en el mismo día. Los dos eventos son movibles, ya que la peregrinación siempre inicia siempre en un día sábado, y la fiesta patronal se celebra al otro día, de la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, la cual siempre es viernes, por lo tanto, la fiesta mariana siempre es en sábado. Y este año se trató del mismo sábado. También es extraño, que haya caído en julio, ya que la fiesta, del Sagrado Corazón de Jesús, casi siempre se celebra en junio. Gracias a Dios, y a la labor metódica y constante del padre Adrián, actualmente la parroquia ya cuenta con 25 comunidades eclesiales, y ya se han impartido 4 retiros de Kerigma.
En cuanto a la pastoral juvenil, me platicó el padre Adrián que se basa en el grupo de antorchistas que, cada año corren en relevos hasta la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe del Tepeyac. Lo mejor de todo es que durante el año llevan a cabo labores de apoyo a la pastoral de la parroquia. A la pregunta de cómo se siente en esta parroquia tan lejana de la ciudad de Santiago de Querétaro, me respondió: «Me siento feliz, les pido a todos, que aprovechemos lo bueno que nos regala Dios con su presencia viva y eficaz. Nuestra pastoral debe ser moderada por el plan diocesano de pastoral. Los tiempos modernos de cambio de época nos exigen que seamos miembros auténticos del cuerpo de Cristo, lo cual implica necesariamente, conocer y vivir lo que es Cristo».
Existe otro gran reto: Sucede que en la parroquia hay 1,400 familias, y de cada una de ellas, por lo menos hay una persona en los Estados Unidos de América, o sea, que estamos hablando de entre 2,500 a 3,000 emigrantes hacia la Unión Americana. La parroquia hasta ha exportado 2 sacerdotes originarios de Agua Zarca: el padre Fidel Melo Covarrubias y el padre Juan Ramírez Rubio, los dos trabajando en la región noreste de aquel país. Un tercer sacerdote aguazarquense es el padre Víctor Hugo Ambriz Hernández, quien se encuentra en Jalpan, como vicario parroquial. Pero volviendo a los emigrantes, el Señor Obispo Mons. Faustino Armendariz le ha pedido al padre Adrián que obtenga su pasaporte y vaya a visitar y a proveer de cuidados pastorales a aquellos hermanos que se encuentran lejos de su familia y de su parroquia.
Por último quisiera agradecer al padre Fidencio Servín León, el Decano de la Sierra Gorda, a quien visité de regreso, cuando pasé por Jalpan, por sus finas atenciones y su enorme amistad que siempre me ha demostrado. ¡QUE DIOS NOS CONSERVE ALEGRES EN SU SANTO SERVICIO!

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Inicia construcción de UNIVA en Querétaro

El jueves 8 de Septiembre se realizó el evento protocolocario de la colocación de la primera piedra de lo que será la nueva sede de la Universidad del Valle de Atemajac, UNIVA, campus Querétaro.
Se conto con la participación de las autoridades educativas de la entidad, Mons. Salvador Espinosa Medina, Vicario General de la de la Diócesis de Querétaro y distinguidos empresarios.
El rector general de la UNIVA, Guillermo Alonso Velasco, agradeció a las autoridades estatales y a los inversionistas, por el apoyo que ofrecieron para la instalación de la institución educativa, quienes a través del Doctor Víctor David Mena Aguilar, hizo la donación de los predios donde se instalará esta universidad
Además se comprometió para educar en excelencia a sus estudiantes, ya que aseveró «México necesita de educación con calidad, por ello debemos de generar mejores opciones educativas, para ser los líderes mundiales mañana».
Confirmó que se espera que el campus de la Universidad del Valle de Atemajac, quede concluida en octubre del 2012, y que sus instalaciones que consistirán en dos edificios de 42 aulas, con dos salones magnos, una biblioteca, laboratorios, canchas de esparcimiento y estacionamiento para 250 vehículos puedan ser utilizadas por los mil 100 estudiantes que se encuentran inscritos a la institución educativa.
Gustavo Muñoz Guzmán, director de la UNIVA Querétaro aseveró que con el apoyo de las autoridades estatales y el compromiso de los profesores y estudiantes, la Universidad del Valle Atemajac, logró en menos de seis años insertarse en la confianza de los queretanos que han elegido a la institución como la responsable de guiarlos su educación universitaria.
«El día de hoy con la colocación de esta primera piedra de nuestro campus Querétaro refrendamos la confianza con nuestros más de mil estudiantes, a quienes les garantizamos una educación de alto nivel que les permita formarse como grandes profesionistas, ya que sabemos que la mejor inversión es la educación».
La UNIVA Querétaro contará con nuevas instalaciones que garantizarán a los estudiantes mejores oportunidades de enseñanza, ya que la educación es el motor de la vida que se extiende por toda la sociedad para garantizar el desarrollo social de las sociedades.