miércoles, 12 de enero de 2011

Comuniòn Querètaro, 16 de Enero de 2011 Nº 674


Sede: Álamos 2ª sección,
Colonias: Álamos 1, 2 y 3ª sección, Las Brujas, Las, hadas, Privada Buganvilias, Rinconada Álamos, La Laborcilla, Residencial del Parque, Claustros del Parque, Pedregal de Querétaro, Residencial Bosques, Viveros.

Es la Parroquia 110 de nuestra Diócesis
41 creadas por Don Mario De Gasperín.
Primer Parroco Mons. Salvador Espinosa Medina
13 Colonias
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Del 18 al 25 de enero de 2010 Semana de oración por la unidad de los cristianos
Las oraciones de 2011 para la Semana de oración por la unidad de los cristianos han sido preparadas por los cristianos de Jerusalén, que eligieron el tema de los Hechos 2,42: “Eran asiduos a la enseñanza de los apóstoles y a la comunión fraterna, a la fracción del pan y a las oraciones.” Este tema nos recuerda los orígenes de la primera Iglesia de Jerusalén; invita a la reflexión y a la renovación, a una vuelta a los fundamentos de la fe; invita a recordar el tiempo en que la Iglesia era aún indivisa. Cuatro elementos se presentan para meditar este tema; fueron características destacadas de la comunidad cristiana primitiva y son esenciales para la vida de toda comunidad cristiana. En primer lugar, los apóstoles transmitieron la Palabra. En segundo lugar, una de las características destacadas de la primera comunidad que creía cuando se reunía, era la comunión fraterna (koinonia). Una tercera característica de la Iglesia primitiva consistía en celebrar la Eucaristía (la “fracción del pan”), en memoria de la Nueva Alianza que Jesús realizó a través sus sufrimientos, su muerte y su resurrección. El cuarto aspecto era la ofrenda de una oración continua. Estos cuatro elementos son los pilares de la vida de la Iglesia y de su unidad. La comunidad cristiana de Tierra Santa propone poner de relieve estos elementos fundamentales y ruega a Dios por la unidad y la vitalidad de la Iglesia extendida por el mundo. Los cristianos de Jerusalén invitan a sus hermanas y hermanos en todo el mundo a unirse a su oración en su lucha por la justicia, la paz y la prosperidad de todos los pueblos de esta tierra.

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Confirmaciones y Primeras Comuniones en la Parroquia de San Alfonso María de Ligorio
El día 1º de Enero, en La Griega, El Marqués, Qro., el Sr. Cura Pbro. Rosendo Zavala Herrera, Párroco de San Alfonso María de Ligorio, recibió con sus fieles la primera visita del año a nuestro señor Obispo Dn. Mario De Gasperín.

En la homilía de la santa Misa en la que confirió el Sacramento de la Confirmación y dio la Primera Comunión a un nutrido grupo de niños, nuestro Obispo les invitó a hacer reina de sus hogares a nuestra Señora de Guadalupe:

«Quiere la Virgen Santísima que le hagamos un templo en nuestro corazón y en nuestro hogar. Y que su hijo Jesucristo que Ella trae en su vientre, y que nos lo entrega, sea también el que viva en los hogares y en las familias cristianas».

Nuestro Obispo dio dos recomendaciones en relación a la familia:
1º Respetarse los miembros de la familia, quererse.
2º Honrar y respetar sobre todo a la mujer, dignificada en la Virgen María.

Y finalmente recordó que Santa María de Guadalupe «es nuestra Madre, ella cuida de nosotros. México nació en los brazos de la Virgen Santísima».
Texto: Jorge Rangel y Auxiliadora García
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Confirmaciones y Primeras Comuniones en la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe
El dia 2 de enero en Guadalupe Septién, Pedro Escobedo, Qro., perteneciente a la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe de nuestro señor Obispo Don Mario De Gasperín Gasperín celebró la fiesta patronal, conferir el Sacramento de la Confirmación y dar la primera Comunión a los niños.

El Sr. Cura Pbro. Amando Salomón García Aguilar, sus vicarios y los fieles dieron una grata bienvenida a nuestro Obispo, deseándole un año nuevo lleno de bendiciones.

Nuestro sr. Obispo De Gasperín invitó a los asistentes a la santa Misa, a leer el Nican Mopohua, relato de las apariciones de la Virgen Santísima de Guadalupe.
Texto: Jorge Rangel y Auxiliadora García
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Sesenta Aniversario de Ordenación Sacerdotal del P. Ricardo Colín

El 4 de Enero, nuestro señor obispo Don Mario De Gasperín Gasperín presidió la Eucaristía en la Parroquia de la Sagrada Familia con motivo del Sesenta Aniversario de Ordenación Sacerdotal del Pbro. Ricardo Colín Negrete, Misionero de Guadalupe.

Concelebraron los señores vicarios generales de la Diócesis: Mons. Salvador Espinosa Medina y Mons. Javier Martínez Osornio. Además de el Pbro. Juan José Luna, Superior de los Misioneros de Guadalupe, el Pbro. J. Guadalupe Alcántara Fuentes, párroco de la Parroquia de la Sagrada Familia, un grupo de sacerdotes misioneros de Guadalupe, religiosos y de la Diócesis, y familiares y amigos del padre Ricardo.

Inició la homilía nuestro señor Obispo diciendo: «demos gracias por el don del sacerdocio que nuestro Sumo y Eterno Sacerdote comunicó al padre Ricardo Colín hace sesenta años. Por la invocación al Espíritu Santo que hizo el señor obispo con el signo de la imposición de las manos». Invitó a los fieles a dar gracias a Dios por el regalo del sacerdocio a su Iglesia. Recordó la celebración del año sacerdotal, la predicación del Papa sobre el don del sacerdocio cristiano y la invitación a tomar conciencia de la grandeza de este don extraordinario del corazón de Jesús, para el servicio de su Iglesia y para el mundo entero. Significando el corazón la intimidad profunda de una persona, de su vida y de su amor.

Recordó que los Obispos de México fundaron la Institución de los Misioneros de Guadalupe para llevar la fe a quienes no lo conocen. Valoró cómo el padre Ricardo con generosidad, como Misionero de Guadalupe dejó su tierra y dedicó muchos años de su vida en los inicios de la esta obra misionera en el Episcopado Mexicano, y en Corea comunicando la fe. Siendo hoy, el primer Misionero de Guadalupe en cumplir sesenta años de vida sacerdotal.Invitó a todos a ser misioneros y conocer la obra de la Iglesia, el trabajo de los misioneros en donde no se conoce la fe en Jesucristo y son hermanos por quienes también Jesús derramó su sangre. Afirmó que: «El sacerdote tiene la misión de predicar el Evangelio, de entregar su vida, de interceder por los pecadores y de abrir a los pecadores el Reino de los Cielos invocando el perdón de Dios». Concluyó dando gracias porque la obra redentora de Jesucristo ha pasado por las manos, por la boca, por su servicio como sacerdote del padre Ricardo y ha llegado hasta Corea y a muchos otros lados y aquí también para nosotros los tesoros de los méritos preciosos salvadores, redentores de Jesucristo Nuestro Señor. «La fe se fortalece dándola y compartiéndola».

El padre Ricardo hizo sus estudios sacerdotales en el Seminario Conciliar de Querétaro. Siempre estuvo interesado en la misión ad gentes: «En el Seminario de Querétaro leíamos con frecuencia libros y revistas escritos por misioneros, además de tener la organización con actividades de oración, filatelia y correspondencia con los misioneros, todo lo cual alimentó mi deseo de ser misionero. En abril de 1949 nos visitó Mons. Alonso Manuel Escalante, nos anunció la apertura del Seminario Mexicano para las Misiones Extranjeras y nos invitó a participar. Con el permiso de Mons. Marciano Tinajero y Estrada, obispo de Querétaro, envié mi solicitud y fui aceptado»  Al padre Ricardo le tocó ser de los primeros doce misioneros con los que se fundó dicho Instituto. El padre Ricardo recibió la ordenación sacerdotal en la fiesta de Epifanía el 6 de enero de 1951. En 1971 partió a la Misión de Corea donde trabajó durante ocho años. Este año 2011 ha cumplido felizmente sus 60 años de servicio. Por razones de su edad hace unos años pidió trabajar en su Diócesis de nacimiento. En enero del 2006 llegó a la Parroquia de la Sagrada Familia, después de haber trabajado en la parroquia de san Francisco Galileo. Texto y foto: Jorge Rangel y Auxiliadora García
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Decálogo sobre la familia
«El futuro de la humanidad pasa a través de la familia» (J.Pablo II)
1°. La familia humana tiene su origen en Dios, fue creada a imagen de la Santísima Trinidad y toda paternidad viene de Dios.

2°. La familia humana se origina en el matrimonio, que es la unión de un hombre y una mujer. Ninguna otra unión merece llamarse con este nombre.

3°. La familia humana, fruto del amor de los esposos, es fuente de vida y de comunión interpersonal, primera célula de la sociedad.

4°. La familia humana es un bien de la humanidad y el futuro de la humanidad pasa por la familia; La familia es un patrimonio común que se debe conservar. El bienestar social comienza en el bienestar familiar.

5°. La familia humana -esposos, padres, hijos, hermanos y la más amplia: tíos, abuelos, primos-, es el ambiente natural y propicio para el desarrollo integral de las personas. El modelo es la familia de Nazaret, donde Jesús llegó a ser hombre cabal.

6°. El matrimonio, origen y principio de la familia humana, fue elevado por Cristo a la dignidad de sacramento y significa la unión de Cristo con la Iglesia. Cristo es el Esposo de la Iglesia y san Pablo lo llama el gran sacramento.

7°. El matrimonio legítimo entre cristianos es siempre sacramento. Es el amor humano transformado en amor divino, está asistido por la gracia de Dios y su vocación es la santidad.

8°. En el matrimonio cristiano quien une a los esposos es Dios Espíritu Santo; por eso, lo que Dios ha unido no lo separe el hombre. Entre cristianos no hay divorcio posible.

9°. El matrimonio y la familia son anteriores al Estado; por eso, el Estado debe servir a la familia, respetar sus derechos, favorecer su bienestar y brindarle protección. Esta es su tarea principal.

10°. La familia cristiana es iglesia doméstica. Allí se vive la fe que después se recibe en la gran familia que es la Iglesia, se cultiva en la familia parroquial en la misa del domingo y participa en su misión al trasmitir la vida y el amor. La familia cristiana es una bendición de Dios.

Santiago de Querétaro, Qro., Diciembre de 2010
† Mario de Gasperín Gasperín
Obispo de Querétaro

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147 años de la fundación de nuestra Diócesis / 7 de febrero 1864-2011
Intentos de Fundación
Desde tiempos de la Colonia Española, en 1710, propusieron la creación de la Diócesis de Querétaro los capitulares de la Metropolitana de México, don Antonio de Cárdenas Salazar y don José Torres Vergara, más por entonces nada se hizo. Posteriormente el Gobierno Virreinal nombró al Conde de Sierra Gorda, coronel don Juan Antonio del Castillo Llata, para visitar la Sierra Gorda y la Huasteca, e informar de sus rendimientos y demás datos necesarios para juzgar de la conveniencia de erigir el obispado; pero tampoco por entonces se hizo cosa alguna (Apuntamientos de Historia Eclesiástica Mejicana hechos por el M. I. Sr. Cango. Hon. Don J. Jesús García Gutiérrez, Pág. 106)

Estaba en la mente de todos que la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Santiago de Querétaro necesitaba un Padre y Pastor y que bien merecía los honores de ser cabecera de un Obispado. En sus Relación ad Limina Apostolorum, enviada el 20 de junio de 1767 por el Excmo. y Rvmo. Arzobispo de México Dr. Don Manuel Rubio Salinas, se expresa así: «Hay en este Arzobispado cuatro Ciudades, además de esta de México, pero la única digna de consideración es la de Querétaro que tiene dos parroquias, nueve conventos de hombres y dos de mujeres y asimismo dos casas de recogimiento».

Una de las razones porque no se erigiría en aquel entonces el Obispado de Querétaro fue quizás el informe del último Arzobispo del siglo XVIII, don Alfonso Núñez de Haro y Peralta, quien en una carta al Consejo de indias informaba: «…no omitiré tampoco manifestar las razones poderosas que acrediten con evidencias ser superflua la erección de un nuevo obispado en Querétaro, llevándose a efecto la de San Luis Potosí, Villa de Valles o Valle del Maíz; en cuyas capitales y no en la Querétaro (que quedaría entonces a un extremo del Obispado) concurren las cualidades ventajosas que tengo expuestas» (historia de la Iglesia en México, t. IV, pág. 103 y 125, edición Quinta) En este dictamen se ve que a su Excelencia parecía preferible que se hiciera alguno de los tres Obispados que menciona, San Luis, Valles o Valle del Maíz.

Esta controversia evidenciaba una necesidad, la de buscar una mejor administración en la labor eclesial, ya que debido a la enorme extensión del país, era necesario que las divisiones eclesiásticas fueran menos grandes a fin de facilitar la labor evangélica, varias ciudades se distinguían en su petición constante para que en ellas se erigiera un obispado: San Luis Potosí, Tabasco, Durango, Veracruz.

Otras gestiones muy valiosas se hicieran ante la Majestad de los Reyes de España, encaminadas al mismo fin de que erigiera, con elementos tomados de la Arquidiócesis de México (Erección de la Diócesis: 2 de Septiembre de 1530, Elevada a Arquidiócesis: 12 de Febrero de 1546) y Diócesis de Michoacán, (Erección de la Diócesis (Michoacán): 11 de Agosto de 1536 Elevada a Arquidiócesis: 26 de Enero de 1863, Cambio de nombre al actual: 22 de Noviembre de 1924) la Diócesis de Querétaro. En los primeros años del siglo XIX el Ayuntamiento de la Ciudad de Querétaro trabajó empeñosamente en este asunto. Con fecha 21 de junio de 1800 envió al Rey de España Carlos IV una representación en que suplica a Su Majestad se sirva «mandar erigir Iglesia Catedral en esta Ciudad sobre la que se libró Carta acordada del Consejo para que el Virrey informase sobre esta solicitud» . En ella se manifestó al Rey «la vasta extensión de la Diócesis de esta Nueva España y el crecido número de habitadores que pueblan el Arzobispado de México, y el Obispado de Michoacán». Manifestó también el crecido número de familias pertenecientes al Corregimiento de la Ciudad de Querétaro, «compuesto del Curato de Santiago de Querétaro, y San Sebastián, y Pueblos de San Pedro de la Cañada, San Francisco Galileo del Pueblito; San Juan del Río, Santa María Amealco, Tequisquiapan, San Pedro Tolimán, y San Francisco Tolimanejo (hoy Colón)». Alentó el animó del Cuerpo Edilicio para esta representación la voluntad del Rey de erigir «tres nuevos obispados, uno en la Costa del Mar del Sur, otro en San Luis Potosí, o Valle del Maíz, y otro en Costa del Norte o de Veracruz». Para lo cual requirió informes y planos acerca de los Obispados existentes.

Como el asunto no avanzaba, el 23 de febrero de 1803, el Ayuntamiento, presidido entonces por el Corregidor Lic. Don Miguel Domínguez, suplicó a su majestad urgiese al Virrey el envió a la Corte de los susodichos informes y planos que se juzgaban indispensables para avalorar la petición del Ayuntamiento. Y para activar el negocio se dio poder al Agente de Negocios en México de esa Corporación, y el 21 de junio del siguiente año, otro amplísimo al Regidor Alcalde Provincial de la misma don José Ignacio Villaseñor Cervantes y al Pbro. Don Manuel de Iturriaga «para agitar los importantes asuntos de división del curato de esta ciudad y establecimiento de Mytra en ella», el cual se les otorgó el 26 de enero del siguiente año y para los gastos todos se sus gestiones se obligaron «los bienes y rentas de esta Nobilísima Ciudad presentes y futuras»

Consumada la Independencia de México (27 de septiembre de 1821), el Gobierno siguió tramitando el negocio de nuevos obispados, pero el triunfo del partido liberal y la promulgación de la Constitución de 1857 dejaron este problema sin solución. (San Luis Potosí Erección de la Diócesis: 31 de Agosto de 1854, Elevada a Arquidiócesis: 5 de Noviembre de 1988 Veracruz-Jalapa, Erección de la Diócesis: 19 de Marzo de 1863 Elevada a Arquidiócesis: 19 de Junio de 1951. Ciudad Valles Erección de la Diócesis: 27 de Noviembre de 1960, Querétaro Erección de la Diócesis: Bula: 26 de Enero de 1863)
Pbro. Francisco F. Gavidia Arteaga
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Querétaro en la Revolución 1914-1915

Diario del Sr. Genaro Licastro de los acontecimientos ocurridos en la Ciudad de Querétaro del día 28 de julio de 1914 al 5 de agosto de 1915

«Mucho tenemos que agradecer al señor Genaro Licastro (Sr.) el trabajo que asumió y el riesgo que corrió al llevar cuenta diaria y puntual de los momentos trágicos y de angustia que sufrió la población queretana durante la ocupación y paso de carrancistas, villistas y obregonistas por sus calles y sus alrededores. En ese «todos contra todos» y la confusión reinante hay que contar, entre las primeras víctimas, a la población civil y a la institución eclesiástica, sobre todo en manos de los carrancistas. El asalto y robo a los hogares y el despojo y profanación de los templos; las vejaciones a los comerciantes de todas las categorías y las ejecuciones sumarias y arbitrarias, junto con los desmanes de la tropa y chusma acompañante, eran hechos cotidianos que gozaban de total impunidad. Tenemos aquí, en la relación detallada y acuciosa del señor Licastro, un pequeño muestrario de lo que es, en la realidad cruda de los hechos, una «revolución» o, al menos, de lo que fue aquí la nuestra.»
+ Mario De Gasperín Gasperín.
Obispo de Querétaro

Presentación: Lunes 17 de enero, 19:00 hrs (7:00 de la noche) Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, Templo de la Congregación, Santiago de Querétaro, Qro.

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