lunes, 27 de junio de 2011

Comunión Querétaro, 26 de junio de 2011 numero 697

Toma de Posesión Canónica de Mons. Faustino Armendáriz Jiménez como noveno Obispo de Querétaro


Letras Apostólicas
S.S. Benedicto XVI nombra IX Obispo de Querétaro a S.E.R. Mons. Faustino Armendáriz Jiménez Roma, 20 de abril de 2011

Al venerable hermano Faustino Armendáriz Jiménez, hasta ahora Obispo de Matamoros, trasladado a la Diócesis de Querétaro, salud y Bendición Apostólica.

En cuanto Sucesor en la sede del bienaventurado Pedro, nos esmeramos en decidir con la debida diligencia para el bien de toda la grey del Señor.

Debiendo proveer a la Iglesia Catedral de Querétaro, vacante por la renuncia del Excelentísimo Señor Mario De Gasperín Gasperín, oído el consejo de la congregación para los obispos, a ti, venerable hermano, dotado de virtudes comprobadas y experto en asuntos pastorales, te consideramos digno de que estés al frente de la misma.

Por lo tanto, en virtud de Nuestra Suma Potestad Apostólica, a ti, desvinculado de la Diócesis de Matamoros, te nombramos Obispo de Querétaro con todos los derechos y obligaciones. Además mandamos que des a conocer estas Letras al clero y a tu pueblo: a los cuales exhortamos para que te reciban alegres y permanezcan unidos a ti. Finalmente, Venerable Hermano, cumple este nuevo oficio pastoral con toda diligencia, prudencia y caridad, solícito especialmente con la formación cristiana de los jóvenes, de las vocaciones sacerdotales y a la vida consagrada, y del cuidado pastoral de la familia, de la cual depende el futuro del género humano (Cfr. Familiaris Consortio, 85).

Los dones del Espíritu Paráclito, con la intercesión de Nuestra Señora de Guadalupe, estén siempre contigo y con esta comunidad eclesial para nosotros muy amada.

Dado en Roma, desde la Sede de San Pedro, el día vigésimo del mes de abril, en el año del Señor dos mil once, séptimo de Nuestro Pontificado.

Benedicto P.P. XVI
 Francisco Bruno
Protonotario Apostólico


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Toma de posesión e inicio del Ministerio Episcopal en la Diócesis de Querétaro de S.E.R. Mons. Faustino Armendáriz Jiménez

Nuestro nuevo señor Obispo el Excmo. Sr Dr. D. Faustino Armendáriz arribó a nuestra Diócesis el 16 de junio a las 10:20 de la mañana en el Aeropuerto Internacional, donde fue recibido por S.E.R. Mons. Christophe Pierre, Nuncio Apostólico en México; S.E.R. Mons. Mario De Gasperín Gasperín, Administrador Apostólico; Mons. Salvador Espinosa Medina, Vicario General , así como por autoridades civiles representadas por el secretario de Gobierno del Estado, Roberto Loyola Vera, el alcalde de El Marqués, Rubén Galicia; un grupo numeroso de sacerdotes del Decanato de la Cañada. Medios de comunicación de la Diócesis y numerosos reporteros y fotógrafos de los medios de comunicación social.

Su primera acción al descender del avión fue besar la tierra queretana, al no ser captada la imagen por las cámaras de los periodistas por el tumulto que se juntó alrededor de él, un reportero le pidió que repitiera la escena, y en un acto de humildad lo volvió a hacer, para, ahora así, quedar inmortalizada la imagen de su llegada a esta Diócesis. Los sacerdotes condujeron a Mons. Armendáriz al hangar de Gobierno del Estado. De ahí fueron trasladados al Querétaro Centro de Congresos donde se celebró la Misa de toma de posesión e inició del ministerio episcopal en Querétaro de S.E.R. Mons. Faustino Armendáriz Jiménez.

El lugar de encuentro de todo el pueblo de Dios, para recibir a su nuevo Obispo Mons. Faustino Armendáriz Jiménez, fue el Querétaro Centro de Congresos, de la Ciudad de Querétaro.  El Salón de eventos se convirtió en un recinto sagrado. Unas horas antes de la celebración eucarística, que comenzaría a las once de la mañana, en las inmediaciones de este Centro de Congresos, grandes contingentes de fieles se dieron cita para este evento histórico, camiones y camiones llenos de fieles provenientes de los 18 municipios queretanos y siete guanajuatenses que forman parte de la Diócesis. Numerosos hermanos de la Diócesis de Matamoros y Hermosillo, en una palpable muestra de comunión eclesial, hicieron visible su cariño y aprecio a la figura del pastor, que guía y anima el caminar de sus ovejas. Se contó con la presencia de 2 cardenales, el Señor Arzobispo Primado de México, su eminencia el Cardenal Norberto Rivera Carrera, y al Señor Arzobispo de Monterrey, su eminencia el Cardenal José Francisco Robles Ortega; 61 obispos entre ellos S.E.R. Mons. Carlos Aguiar Retes, Presidente de la Conferencia del Episcopado mexicano, CEM, como de la Conferencia del Episcopado Latinoamericano, CELAM; 450 sacerdotes, 350 seminaristas y más de 11,000 fieles.

Monseñor Faustino Armendáriz entró el el salón del Centro de Congresos a las 11:15 de la mañana; 15 minutos después de lo previsto, y el júbilo estalló. Banderines amarillos ondearon por encima de las cabezas, se entonó a coro el estribillo «Bendito el que viene en nombre del Señor», y los vivas no pararon: «¡Se ve, se siente, Faustino está presente».

La celebración dio inicio con las palabras del ahora Obispo Emérito, Mons. Mario de Gasperín, con las que se despidió de su rebaño y dio la bienvenida a su sucesor. Dijo en un breve mensaje: «Ha sido un inmenso honor haber podido servir a esta noble y hermosa porción del pueblo de Dios, la Diócesis de Querétaro. Me llena de gozo el poder entregar mi humilde cayado de pastor a su excelencia Monseñor Faustino Armendáriz elegido por el Espíritu Santo y enviado por el Papa Benedicto XVI a entregar su vida por nosotros. Todos nosotros quedamos bajo su cuidado pastoral y bajo la protección de nuestra Madre Santísima, la Madre de Jesús. Con fe, esperanza y afecto filial Monseñor le decimos de todo corazón, bendito el que viene en nombre del Señor».

Acto seguido, se llevó a cabo la toma de posesión. El señor Nuncio entregó las Letras Apostólicas al IX Obispo de Querétaro y pidió las mostrara a sus hermanos obispos, al Colegio de Consultores de la diócesis, a todos los sacerdotes y a todos los fieles. Las Letras Apostólica fueron leídas a continuación por el Pbro. Dr. Jorge Hernández Nieto, Secretario Canciller de esta Diócesis.

Ante el Sr. Nuncio Apostólico, el recién nombrado Obispo de Querétaro leyó el juramento de fidelidad, la profesión de fe y renovó sus promesas episcopales, recibiendo el báculo de manos de manos de Mons. Mario De Gasperín Gasperín y fue invitado por el Sr. Nuncio a sentarse en la cátedra.

En este momento recibió el saludo por parte de los Sres. Obispos de la Provincia del Bajío: S.E.R. Mons. J. Guadalupe Martín Rábago, Arzobispo de León; S.E.R. Benjamín Castillo Plascencia, Obispo de Celaya y S.E.R. José de Jesús Martínez Zepeda, Obispo de Irapuato. Además le saludaron algunos sacerdotes diocesanos y religiosos, religiosas, familias y jóvenes. , a partir de ese momento Mons. Faustino presidiría la celebración eucarística. Con un solemne Gloria, toda la asamblea alabó a Dios por este momento privilegiado de gracia y bendición.

Continuó la Eucaristía con la liturgia de la Palabra, en donde la Palabra de Dios habló del tema del Buen Pastor. En la homilía, Mons. Pierre iniciaba diciendo: «Nos encontramos reunidos hoy con el corazón lleno de gozo para acompañar con profunda gratitud a S.E.R. Mons. Mario De Gasperín Gasperín, Obispo de esta Iglesia particular por tantos años, y para acoger con viva esperanza a S.E.R. Mons. Faustino Armendáriz Jiménez, enviado por el Espíritu Santo y por el Santo Padre Benedicto XVI, como nuevo Pastor del pueblo que peregrina en Querétaro».

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Toma de posesión e inicio del Ministerio Episcopal en la Diócesis de Querétaro de S.E.R. Mons. Faustino Armendáriz Jiménez
En su homilía Mons. Christophe hizo referencia a la misión del obispo diciendo: , «Elegido por Dios y consagrado por el Espíritu Santo para ser don de Dios a los hombres, el Señor te envía ahora a esta Iglesia de Querétaro, insigne por su historia y por la vida cristiana de sus mejores hijos, misma que hoy te acoge con los brazos abiertos. En ti se cumple una vez más aquella consoladora promesa: «les daré pastores según mi corazón» (Jer 3, 15); promesa que ha tenido su plenitud en Jesucristo, el único Pastor de nuestras almas, el Buen Pastor de su rebaño, el modelos de los pastores de su Iglesia. Nosotros, Obispos y presbíteros, somos, en efecto, los herederos del amor de Jesucristo, Buen Pastor, que conoce a sus ovejas y las llama por su nombre, que camina delante de ellas, busca a la que se encuentra perdida, reúne a la dispersa, cura a la que se encuentra herida o enferma, apacienta a todas en verdes praderas y por ellas da su vida». Terminó diciendo «A María Santísima, nuestra Madre, quien no cesa de velar por nuestro bien y por el bien de la Iglesia, le pedimos alcance de su Divino Hijo la abundancia de gracias, dones y bendiciones a los obispos, sacerdotes, religiosas y religiosos, a las familias, a los jóvenes, niños y ancianos y a todos los hombres y mujeres de Querétaro. Que Ella, con su auxilio e intercesión impulse a todos y a cada uno hacia una cada vez más creciente perfección espiritual, en el encuentro personal y profundo con su amado Hijo, Jesucristo Nuestro Señor. Y que así sea».

En la procesión de las ofrendas, la liturgia logró encarnar los diferentes símbolos culturales de las diferentes regiones de la Diócesis.

Después de la comunión, le tocó el turno al nuevo Obispo de Querétaro, Mons. Faustino Armendáriz dirigirse a los presentes con una alocución que marcó el inicio de su minsterio episcopal en la Diócesis de Querétaro. Comenzó presentándose a la Diócesis: «Hoy, esta tarde, habiendo ya tomado posesión como noveno Obispo de la Diócesis de Querétaro, en el ambiente perfecto que nos ofrece la Eucaristía, quiero presentarme como servidor de todos ustedes y testigo del amor de Jesucristo, el Pontífice que por su cruz ha unido en alianza perfecta a Dios y al hombre; vengo a Querétaro como su discípulo y misionero, sin otra pretensión que la de cumplir el mandato del Señor, que nos llama a todos a evangelizar».

Agradeciendo a la Diócesis de Matamoros, representada en una gran concurrencia, con su presidente municipal y le decía a su ex diócesis, emocionado: «De modo particular saludo y abrazo a mis hermanos sacerdotes de la Arquidiócesis de Hermosillo, presidida por Mons. Ulises Macías Salcedo, Iglesia en la que nací y me formé como presbítero; Asimismo a mis hermanos sacerdotes de la amada Diócesis de Matamoros, con quienes he compartido el ministerio por estos seis años; ya lo hice hace algunos días, nuevamente quiero agradecer a cada uno de ustedes por el don de su persona, por su vocación, por su trabajo, por todos los esfuerzos que cotidianamente realizan a favor de la construcción del Reino de Dios, especialmente hacia los más pobres, aún en medio de peligros y graves riesgos; nuevamente reconozco y agradezco su cercanía y disponibilidad, su franqueza y honestidad, su respeto, su búsqueda incansable por la unidad y la auténtica fraternidad sacerdotal; me encomiendo a sus oraciones, sepan que cuentan con las mías. Gracias también a los seminaristas, todo el Seminario de Matamoros se ha hecho hoy presente; muchachos continúen formándose con responsabilidad y alegría, los retos son grandes, pero servir a Dios en el ministerio es un privilegio».

Presentó su misión como Pastor de esta Diócesis: «Hoy adopto de corazón a Querétaro como mi hogar, consciente que estoy echando raíces en un lugar fundacional, de tradiciones, de dramáticas transiciones y de grandes paradojas; me vinculo a una tierra en la que la religiosidad popular es todavía parte de la atmósfera y al mismo tiempo a una sociedad de cultura, iniciativas intelectuales, universidades, arte, progreso e industria». «He dicho al inicio de mi intervención que vengo aquí como discípulo y misionero de Jesucristo, esa es mi vocación irrenunciable, pero sé que de ninguna manera soy el primero, sino que me inserto en una larga cadena evangelizadora que inició apenas culminada la Conquista; el Evangelio llegó a estas tierras sólo ocho años después de la caída de la Gran Tenochtitlan; lugares como Jilotepec e Iztachichimecapan y personajes como el indio Conín, bautizado como Fernando de Tapia, fueron los precursores. La gran Orden de los Frailes Menores, admirables pioneros de la Evangelización del Nuevo Mundo, nuestros padres en la fe, son ejemplo de tenacidad y testimonio en estas benditas tierras. La fundación de Santiago de Querétaro está marcada por la presencia prodigiosa del Apóstol, el pescador llamado por Jesús, e iluminada por la Santísima Virgen de Guadalupe, que apareció al indio Juan Diego unos pocos meses después de ser fundada esta ciudad».

En referencia al Plan de Pastoral afirmo: «Lo hago porque descubro la asistencia del Espíritu Santo en todo el proceso y porque resulta patente que el Plan responde de manera sólida a los énfasis que Aparecida establece para la Pastoral en América Latina y el Caribe, especialmente en lo que se refiere a la Nueva Evangelización y a la Misión Continental Permanente y porque también está en la línea de la Exhortación Apostólica Verbum Domini, fruto del Sínodo sobre la Palabra de Dios en la vida y misión de la Iglesia. El Plan nos proyecta también al próximo Sínodo sobre la Nueva Evangelización, que tendrá lugar en Roma el próximo octubre de 2012».


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Toma de posesión e inicio del Ministerio Episcopal en la Diócesis de Querétaro de S.E.R. Mons. Faustino Armendáriz Jiménez

Después afirmo: «El Plan Diocesano de Pastoral es sin duda un instrumento que permite que la Misión pueda ser operativa, altamente eficaz, responder a estrategias audaces e incluir a todos los agentes necesarios, a las comunidades, estructuras y apoyos; es muy alentador contar con contenidos claros, con procesos adecuados de formación, buscando llegar a todos los sectores de nuestra sociedad, privilegiando los más alejados y a los más pobres».

«En este sentido, resulta una obligación para todos nosotros, miembros de esta Iglesia de Querétaro, no sólo insistir verbalmente en la Misión Continental, también nos corresponde lanzar iniciativas, indicar los caminos, formar a los agentes, verificar todos los procesos y avances de la Misión, así como hacernos presentes en la totalidad de los trabajos pertinentes que tengan que ver con ella.»

Con emotivas palabras, Mons. Faustino, se dirigía a Mons. Mario de Gasperín terminaba: «Excelentísimo Señor Obispo Mons. Mario de Gasperín Gasperín, a usted mi admiración, mi gratitud y mi respeto. Como decía, he podido constatar el gran amor que todo el Pueblo de Querétaro le profesa, el respeto y el cariño de los sacerdotes, el indiscutible lugar que se ha forjado en todos los ambientes de la sociedad queretana; todo esto no se gana de la noche a la mañana, es fruto no sólo de los veintidós años de servicio, sino de que en esos veintidós años usted se entregó de manera cotidiana y fiel a su misión de pastor. Querétaro tiene una sólida imagen de la vida y ministerio del Obispo ciertamente por la centenaria tradición episcopal, pero también por el testimonio sencillo y profundo de su ministerio, por su presencia en las comunidades y su interés en la formación sacerdotal, por la sana estructuración de las instancias diocesanas y por la riqueza de sus cartas pastorales que son ya un referente obligado de espiritualidad y pastoral; por el Plan Diocesano de Pastoral, impulsado sobre todo por usted; quedan las obras materiales que también usted promovió, pero sobre todo queda la presencia de Jesucristo, que a través de su ministerio está ya en el corazón de de los queretanos. Permítame decir públicamente que las conversaciones privadas que hemos sostenido usted y yo están ya en mi corazón como tesoro invaluable; ciertamente los consejos que me compartió serán de gran provecho, pero agradezco sobre todo su delicadeza, su gran educación, su tacto inteligente y fraterno. Excelencia, hónreme con el privilegio de su amistad y con los consejos que pueda ofrecerme como padre; me alegro enormemente que permanezca en esta que es su casa, pues seguiremos teniendo la oportunidad de contar con su ministerio fecundo». A modo de conclusión compartió una plegaria dirigida a nuestra Santa Patrona, la Virgen de los Dolores de Soriano, y pidió unirse espiritualmente a él.

Al concluir la santa Misa, Mons. Faustino Armendáriz Jiménez dio un saludo a los medios de comunicación en una de las salas del Centro de Congresos. Posterior a la ceremonia de toma de posesión, el presbiterio y los representantes del clero que vinieron de varias partes de la República fueron invitados al banquete ofrecido como bienvenida a Monseñor Armendáriz, en el Seminario Conciliar de Nuestra Señora de Guadalupe, en Hércules.

El día 17, en punto de las 11 de la mañana se recibió a nuestro nuevo señor Obispo Mons. Faustino Armendáriz Jiménez, en su Iglesia Catedral. Fue recibido por el Rector, el M. I. Sr. Cango. Guadalupe Martínez Osornio, quien a su vez le dio bienvenida diciendo: «La Iglesia Catedral… es signo de aquel templo espiritual, que se edifica en las almas y que resplandece por la magnificencia de la gracia divina… Además debe ser manifestación de la imagen expresa visible de la Iglesia de Cristo que predica, canta y adora en toda la extensión de la tierra. Debe ser considerada ciertamente como imagen del Cuerpo místico de Cristo, cuyos miembros se unen mediante un único vínculo de caridad, alimentados por los dones que descienden como el rocío del cielo». «La Iglesia Catedral, Excmo. Señor Obispo, es la Iglesia Madre de la Diócesis, es su casa, lugar de encuentro y diálogo, y por ser usted nuestro Obispo, la Iglesia Catedral también es casa de todos los diocesanos». «Señor Obispo, lo recibimos llenos de fe y confianza porque es usted es el enviado del Señor. ¡Bendito sea!».

Lo recibió presentándole la imagen de Jesucristo crucificado, en seguida se le ofreció el aspersorio con el agua bendita, y se roció a sí mismo y después a la comunidad presente. Dejó pasar por delante de él a todos los sacerdotes y después avanzó sin mitra y báculo por medio de la nave de la Iglesia Catedral hasta llegar a la capilla del Santísimo Sacramento, en donde arrodillado y en oración, en un momento íntimo y personal, confió su episcopado al Señor.

Después presidió la celebración de la Misa estacional, concelebrando con él sus sacerdotes tanto de la Diócesis de Matamoros, Hermosillo y Querétaro y con una activa participación de buen número de feligreses. En su homilía, nuestro señor Obispo Mons. Faustino Armendáriz, refirió palabras de agradecimiento a la fe queretana, al administrador apostólico de la Diócesis y antecesor, Mario de Gasperín Gasperín. Se mostraba aún con sentimientos encontrados: en la alegría de llegar a un nuevo hogar y con la nostalgia de ya no estar en la tierra que lo vio nacer como Obispo, Tamaulipas.

En el mensaje enfatizó la labor que todo evangelizador debe de tener, que es reforzar la fe de los cristianos, a entrar en una nueva etapa; dirigido a los más de 100 sacerdotes y misioneros presentes, así como religiosas y demás miembros eclesiásticos, los invitó a hacer de su labor una labor digna, de apego a la fe y en ayuda a quienes más lo necesitan.

Parte de la homilía estuvo referida a plegar porque la situación en el país mejore, violencia que es producto de una sociedad cada vez más fragmentada, de ahí la misión y objetivo de la nueva administración para mantener un orden de paz en la región. «Como discípulos misioneros de Cristo no podemos quedarnos de brazos cruzados, mucho menos ante un escenario social fragmentado a donde se han infiltrado con sutileza ciertas ideologías de corte pragmatista, materialista y hedonista, que van deteriorando a pasos insospechados los valores humanos, cívico, éticos, morales y cristianos, legado sagrado de nuestros antepasados».

Encomendó su nueva labor a la Virgen de Soriano, patrona de los queretanos: «Pongo en las manos de Nuestra Señora de los Dolores de Soriano a nuestra amada Diócesis de Querétaro, que ella interceda por nosotros ante su hijo y nos conceda llevar a término esta hermosa obra de salvación».

Durante la oración Universal, se pidió por la buena dirección de Faustino Armendáriz y un apartado en el que se rogó «porque todos los gobernantes pongan su esfuerzo en la promoción de la justicia, de la paz, del progreso y del bienestar de todos los pueblos».
Al culminar permitió a las decenas de fieles se acercarán a saludarlos, atendió a los medios de comunicación en breve entrevista y posteriormente se fotografió junto a los niños y jóvenes que conforman el coro de la Catedral queretana.

El mismo día 17 a las cuatro y media de la tarde, nuevamente en el Seminario, nuestro señor Obispo, tuvo una reunión de trabajo con todo el presbiterio de la Diócesis. Este encuentro de Mons. Armendáriz con los padres de nuestra Diócesis fue un momento de comunión y de mutuo conocimiento. Le acompañaron en el presidum, los señores Vicarios Generales Mons. Salvador Espinosa Medina y Mons. Javier Martínez Osornio, además del Pbro. Lic. Martín Lara Becerril, Rector del Seminario. Y un poco más tarde el Padre Fidencio López Plaza, Vicario de Pastoral. Presento un mensaje iniciando con las palabras del Papa Juan Pablo II «Duc in altum» invitando a recordar el pasando y abrimos con entusiasmo al presente. Tomando las palabras de san Pedro ¿Qué debemos hacer? Recalco la necesidad de recomenzando desde Cristo, y que siempre insistirá en el encuentro con Jesucristo. Señalo como punto de referencia y orientación común 7 prioridades pastorales. 1.- Santidad 2.- Oración 3.- Liturgia, Realce a la Eucaristía Dominical 4.- Poner en práctica el Sacramento de la Reconciliación, 5.- Primacía de la Gracia 6.- Renovada escucha de la Palabra de Dios 7.- Anuncio de la Palabra de Dios.