martes, 4 de agosto de 2009

Comunión Querétaro N°599 9/agosto/2009

Voz de nuestro pastor...

Panes y pescados
Al suprimir la liturgia la lectura continua del evangelio de san Marcos y poner en su lugar el relato de la multiplicación de los panes de san Juan, nos está indicando que allí debemos poner especial atención; y relacionando el milagro de los panes y de los pescados con la pascua judía, san Juan lo está refiriendo a la pascua de Jesús, la Eucaristía. Todo está lleno de significados en san Juan.
La multitud sigue a Jesús porque veía los milagros que hacía con los enfermos. La crítica es velada. No está mal seguir a Jesús al ver los signos milagrosos, lo malo está en no ver más allá del interés personal, inmediato. A la fe se le exige ver más allá. Los milagros son signos de la gloria de Dios presente en Jesús, que reclama su adoración.
Alimentar a la multitud es iniciativa de Jesús y él ya lo tiene decidido. La pregunta es «de dónde» y cómo vendrá el sustento. La respuesta de Felipe apuesta por la economía, pero la suma de dinero, por más generosa que sea, no basta. Jesús pone a prueba, no los conocimientos económicos de Felipe, sino su fe. El problema del hambre pone al hombre en una verdadera encrucijada, y la solución no puede esperar.
El genio teológico de san Juan hace surgir una luz de generosidad en un donante anónimo, que ofrece cinco panes duros y dos pescados secos. El remedio es poco, casi ridículo, pero la generosidad enorme, con un componente de fe extraordinario al entregarlos a la comunidad. Jesús percibe de inmediato la grandeza del gesto y lo bendice con la esplendidez del milagro. La solución al problema del hambre en el mundo solo se remedia con la generosidad, la gratuidad y la confianza en Dios. Generadora del subdesarrollo es la falta de fraternidad.
En la Eucaristía, los cristianos aprendemos a poner lo nuestro, lo mínimo, el pan y el vino y a recibir lo máximo de Dios, el Cuerpo y la Sangre de su Hijo. Cada misa es una lección de gratuidad solidaria, que genera la comunión y produce la salvación.
Los judíos ven los signos, pero no comprenden el actuar de Dios. Quieren asegurarse la presencia de Jesús para convertirlo de salvador en abastecedor. El intento de manipular a Dios para que le resuelva sus problemas, es tan antiguo como el ser humano. Esperamos que venga alguien a resolvernos los problemas, o al menos a tener a quien culpar. No acercamos los panes y los peces a la mano de Jesús para que los distribuya, sino que estiramos el bazo para que lo llene sin esfuerzo.
En el proceso de la fe, el primer paso es reconocer que sin Dios nada podemos. Este es el pecado fundamental de lo economistas. Creen saberlo y poderlo todo. El segundo paso es poner en manos de Dios lo poco que tenemos; extender las manos no sólo para recibir sino para dar. Todos somos acaparadores de bienes. El tercer paso es arriesgarnos a perderlo todo y a quedarnos sólo con la confianza en Dios. Entonces el milagro brota generoso de las manos de Jesús: Todos se saciaron y sobraron doce canastos, uno para cada Apóstol, para que la Iglesia siga trasmitiendo esta fe, esta experiencia de Jesús y de la primera comunidad. Si así celebramos el milagro cotidiano del pan y del vino en la santa Eucaristía, se realizará en el mundo el milagro estupendo de los cinco panes y de los dos pescados.
+Mario De Gasperín Gasperín
Obispo de Querétaro










Provincia Eclesiástica Bajío
Directorio para la digna celebración de los Sacramentos de de la Iniciación Cristiana

Los obispos de la Provincia Eclesiástica «BAJIO» han decidido ofrecer a los sacerdotes, a los consagrados - consagradas y fieles laicos de nuestras diócesis el Directorio para una «digna y fructuosa celebración de los sacramentos de la iniciación cristiana».
La intención del documento es eminentemente pastoral; no pretende responder a todas y cada una de las cuestiones, ni quiere ofrecer una detallada casuística, ni dictar normas prolijas, ni prever cada abuso que pudiera presentarse. Su fin primordial es marcar criterios y establecer las normas básicas de la celebración de los sacramentos de la iniciación.
El Directorio se ha realizado con la valiosa aportación de pastoralistas, catequetas y teólogos de las diócesis de nuestra Provincia. Los obispos lo han revisado y lo han encontrado muy útil para que sea puesto en práctica. Lo presentan atendiendo a la misión que les corresponde de santificar a los fieles por medio de los sacramentos «cuya administración legítima y fructuosa regulan por su autoridad» (L.G. 26). El Código de Derecho Canónico afirma que los obispos son, en la iglesia a ellos encomendada, los moderadores, los promotores y custodios de toda la vida litúrgica. (Cfr. C.I.C. 835).
En virtud de la tarea que les corresponde, por la ley de la iglesia, de establecer normas obligatorias para todos en materia litúrgica promulgan este Directorio, confiando que será recibido con aprecio y docilidad y que responderá a los deseos, frecuentemente expresados, de contar con orientaciones precisas en esta materia.
A la venta en la Librería de la Curia Diocesana, Reforma 48, Centro Histórico, Santiago de Querétaro. Qro.









Hacia la XXI Asamblea Diocesana de Pastoral

Tercera Preasamblea Diocesana de Pastoral
18 y 19 de agosto de 2009
Seminario Conciliar Diocesano










Visita de animación a las Religiosas de Clausura Agustinas Recoletas
Nuestro señor Obispo Dr. D. Mario De Gasperín Gasperín, visitó el pasado sábado 25 de julio, el Convento de Clausura de las Agustinas Recoletas en Jalpan, cuidando de que tengan la debida atención espiritual.

El Monasterio de Santa Rita de Cassia se encuentra en construcción en la colonia La Cruz en Jalpan de Serra, mismo que han construido con trabajo, esfuerzo y sobre todo con la Providencia de Dios.

Si alguna joven está interesa en conocer más sobre la vida monacal, puede hablar al teléfono (441) 296-11-21 donde con gusto le atenderán.








Fiesta Patronal en la Parroquia de San Joaquín
El domingo 26 de julio, la Parroquia de San Joaquín festejó a su santo patrono, con la celebración Eucarística presidida por nuestro señor Obispo D. Mario De Gasperín Gasperín y concelebrada por el Sr. Cura Pbro. Francisco Montoya Ramos.

Niños y niñas hicieron su Primera Comunión en este día, y también el señor Obispo confirió el sacramento de la Confirmación. En la homilía, Mons. De Gasperín habló así a los presentes: «Sé que han preparado con grande esmero estas fiestas patronales. Que la Parroquia se encuentra en estado de misión y que se han preparado para los sacramentos, de la santa Eucaristía y de la Confirmación para estas fiestas. Felicito también a todos los que colaboran con el señor cura, especialmente al grupo de catequistas, evangelizadores y a todos los que colaboran para el bien espiritual de esta parroquia, sé que son muchos y que lo hacen con grande empeño y grande cariño a su fe».

Hablando de la fe en la familia, Mons. De Gasperín, dijo así: «Nosotros tenemos la fuerza y la presencia de Dios con nosotros, Dios está dispuesto a tendernos la mano, por ejemplo en la oración en la familia, hemos escuchado que se dice que la familia que reza unida, permanece unida, y es verdad, en la familia que ora unida, es una familia que le hace un espacio a Dios, que deja que Dios entre su hogar, en su casa, y cuando Dios entra en nuestro hogar, en nuestro corazón, en nuestra casa, en nuestra familia es un aliado nuestro. Dios está con nosotros, está con la familia, que lo invoca, que se encomienda a él, que reza unida. Por eso la fuerza de una familia es su fe. En la medida que nosotros incrementamos la fe, en esa media tenemos la fuerza de Dios con nosotros».

Terminó su homilía, pidiendo la bendición de Dios para todos: «Hermanos y hermanas: Que Dios los bendiga a todos ustedes, que el señor San Joaquín y señora santa Ana, vean por sus familias y que no le falte a nadie el sustento diario, el sustento de cada día para su familia, y que no le falte tampoco la santa Palabra de Dios y los Sacramentos de la Iglesia. Que así sea.»












INSCRIPCIONES EN LA ESCUELA BÍBLICA
La Pastoral Profética Diocesana invita a los religiosos y religiosas, a los agentes de pastoral y a todos los fieles en general a inscribirse para el Diplomado en estudios Bíblicos y el Diplomado en Catequética.
Recuerda que la formación hoy es una urgencia, si quieres ser verdadero cristiano y formar a verdaderos cristianos necesitas un conocimiento profundo de tu fe. Nuestros Obispos dijeron en Aparecida: «La vocación y el compromiso de ser hoy discípulos y misioneros de Jesucristo en América Latina y el Caribe, requieren una clara y decidida opción por la formación de los miembros de nuestras comunidades, en bien de todos los bautizados, cualquiera sea la función que desarrollen en la Iglesia». (DA 276) Aprovecha esta Institución que nuestro Obispo, preocupado por tu formación te ofrece. No la desaproveches.
INSCRIPCIONES: del 3 al 15 de agosto del 2009 de 10:00 a.m. a 13:00 p.m. y de 16:00 a 19:00 p.m.
HORARIO DE CLASES: Matutino martes y jueves de 10:00 a.m. a 13:00 p.m. Vespertino martes y jueves de 17:00 a 20:00 p.m. Sábados de 8:00 a.m. a 14:00 p.m.
INICIO DE CLASES: 15 de agosto COSTOS: Inscripción $150.00 Mensualidad $200.00
Para mayores informes comunícate a la Escuela Bíblica Diocesana «VERBUM VITAE»
Tel. (442) 2 23 76 09 Av. Corregidora #72 Nte. Centro.
Pbro. Lic. José Luis Salinas Ledesma
Director.









Actividades de nuestro señor Obispo

Fiesta de Santiago Apóstol, en Jalpan de Serra, Qro.
El sábado 25 de julio, la Parroquia de Santiago en Jalpan de Serra, llena de júbilo, celebró a su santo patrono el Apóstol Santiago. El Sr. Cura Pbro. Fidencio Servín León, recibió al Pastor Diocesano D. Mario De Gasperín, quien llegó a celebrar la Eucaristía, banquete de comunión de Dios con los hombres. Además confirió el sacramento de la Confirmación a niños y jóvenes que fueron catequizados para recibir el Espíritu Santo en la solemnidad de Santiago Apóstol.
Mons. De Gasperín, en su homilía, habló así de la Confirmación: «Nuestra fe se fortalezca... y que nosotros sepamos defenderla y dar testimonio de ella. Eso es precisamente la gracia que nos concede el sacramento de la Confirmación, así pues, por intercesión del Apóstol Santigo, pedimos que el Espíritu Santo que van a recibir estos jóvenes, fortalezca en ellos su fe católica y les dé la condición y la valentía para defender la fe. Cuando se conoce la fe se fortalece y se puede defender. El Espíritu Santo les dé sus dones de sabiduría y de fortaleza para que sean verdaderos y auténticos católicos».
También en la homilía predicó sobre la importancia de la unidad familiar: «El lugar más seguro para defenderse de cualquier adversidad es la familia, ahí, papá y mamá, unidos, unidos también con los hijos y los hermanos, unidos también a veces las personas mayores, en la familia, esa familia, hermosa, grande, unida sale adelante. Que todos colaboren para el bien de la familia, y que ninguno sea gravoso para los demás».
Terminó su homilía encomendándose al Apóstol Santiago: «Hermanas y hermanos, estamos reunidos en esta asamblea festiva, en esta asamblea de oración. La gracia que pedimos a señor Santiago, él sin duda nos la concederá: el ser fuertes en la fe, el saber dar testimonio de Jesucristo y así hacer presente la salvación de Dios en medio de nosotros».




Homilia de nuestro señor Obispo en la Fiesta de Santiago Apóstol, Patrono de la Diócesis de Querétaro

APÓSTOL SANTIAGO
Hermanas y hermanos:
1. Celebramos el martirio del apóstol Santiago, a manos del rey Herodes Agripa, quien lo mandó decapitar en Jerusalén. Viendo que esto agradaba a los judíos, pensó también matar Pedro, pero el Señor lo libró, porque tenía que cumplir una misión importante en Roma: Predicar el evangelio y morir en la cruz en el monte Vaticano, en la capital del Imperio. Santiago, en cambio, fue el primero en derramar su sangre por Cristo en Jerusalén. Roma construyó las vías imperiales para imponer su dominio y explotar a esos pueblos; los Apóstoles los recorren ahora a la inversa para llevar la libertad y la paz. Santiago fue también de los primeros llamados a seguir a Jesús junto con su hermano Juan, y con los otros hermanos Simón y Andrés. Suertes distintas pero todas igualadas por su fidelidad a Cristo sellada con el testimonio de su sangre. La sangre de los Apóstoles se suma a la sangre de Cristo y así se fortalece, crece y florece la santa Iglesia, a la que llamamos apostólica. Lo pedimos en la oración: «Fortalece, Señor, a tu Iglesia con el testimonio de su martirio y defiéndela con tu valiosa protección». En tiempos de cobardía es necesario implorar el don de fortaleza, y en tiempo de amenazas necesitamos de la divina protección. Hoy la imploramos de Dios para esta parroquia y para esta Ciudad que se ufana de llevar nombre y titular tan glorioso, el del Apóstol Santiago.

2. Los textos de la liturgia no están exentos de dramatismo: «Quienes participan del cáliz del Señor se convierten en amigos de Dios», dice la antífona de la comunión. Comeremos de un mismo Pan y beberemos de un mismo cáliz, por tanto participaremos de la muerte y de la pasión de Cristo, que es lo único que Jesús le promete a la madre de Santiago y Juan, para llegar a ser sus amigos. Ellos, llenos de entusiasmo, prometen beber el cáliz de Jesús, y así lo hicieron. Por eso los celebramos y nos amparamos bajo su protección, para tener la misma fortaleza que ellos y obtener el mismo triunfo.

3. El texto de la carta a los Corintios nos recuerda precisamente esa debilidad nuestra: «Llevamos ese tesoro -nuestra fe- en vasijas de barro, para que se vea que esa fuerza extraordinaria viene de Dios y no de nosotros mismos». Qué hermosa imagen pero, sobre todo, qué verdadera la comparación. El tesoro precioso de la fe, por el cual Cristo pagó el precio valioso de su sangre, lo llevamos en nuestro pobre cuerpo mortal, en nuestra alma inclinada al mal, en una pobre vasija de barro. A pesar de nuestra debilidad, el Señor nos lo confió. ¿Qué podremos más admirar, nuestra debilidad o la confianza del Señor? Su gracia siempre excede a nuestra miseria y debilidad. «Cuando soy débil, entonces soy fuerte», decía san Pablo. Por eso se gloriaba en su debilidad y así en él resplandecía la fuerza de Cristo.

4. A pesar de esta debilidad, en ese tesoro se esconde una fortaleza invencible: la fuerza de la resurrección de Cristo: «Llevamos siempre y en todas partes la muerte de Jesús en nuestro cuerpo, para que en ese mismo cuerpo se manifieste la vida de Jesús». Un cristiano es aquel que lleva siempre en su cuerpo los sufrimientos de la cruz de Cristo y, al mismo tiempo, en ese mismo cuerpo, la cruz va trasformando la muerte en vida, como sucedió en Jesús. Jesús reina desde a cruz. El grano de trigo, echado en el surco, muere; pero esta muerte es condición para que de allí brote la vida; así nos lo recuerda el verso de aleluya: «Yo los he elegido del mundo, dice el Señor, para que vayan y den fruto y su fruto permanezca». Jesús no quiere discípulos estériles, paralizados, sino portadores de vida.

5. Ese «vayan» nos está indicando la misión de todo discípulo del Señor. «Vayan» significa levantarse, ponerse en pie y caminar, entrar en movimiento y cumplir una misión. Todos en la Iglesia tenemos una vocación: «Yo los he elegido», hemos sido llamados, escogidos, no para estar sentados, sino para caminar, para ir y evangelizar. La Iglesia, la parroquia siempre debe estar en estado de misión, y cada feligrés debe convertirse en misionero: Todos discípulos misioneros de Jesucristo.

6. El temor que se experimenta al emprender un camino, se verá inmediatamente vencido y transformado en gozo, porque el fruto está asegurado: Los he elegido y los envío «para que den fruto y su fruto permanezca». Todo trabajo y esfuerzo que se hace en la Iglesia, produce necesariamente su fruto. Quizá no lo lleguemos a ver, pero el fruto es verdadero, real y permanente. Es promesa de Jesús, que ya anticipaba el hermoso salmo responsorial (Ps 125) que entonamos: «Los que siembran entre lágrimas, con gozo cosecharán», porque el Señor es capaz de hacer florecer el desierto y de cambiar el llanto en cántico de alegría: «Como cambian los ríos la suerte del desierto, cambia también ahora nuestra suerte, Señor», rezaba un desterrado; y añade confiado: «Entre gritos de júbilo cosecharán aquellos que siembran con dolor. Al ir, iban llorando, cargando la semilla; al regresar, vienen cantando, trayendo sus gavillas».

7. Hermanas y hermanos: Les deseo una siembra copiosa, el Señor nos la exige también dolorosa, para hacer florecer su parroquia mediante su trabajo pastoral y misionero, pero su promesa es consoladora: habrá una cosecha abundante de frutos sabrosos de vida cristiana. El apóstol Santiago es su garante y su intercesor. Amén.
+ Mario De Gasperín Gasperín
Obispo de Querétaro