martes, 5 de mayo de 2009

Comunión Querétaro N°586 10/Mayo/2009

«Con inmenso reconocimiento, pedimos a María, Madre del Verbo encarnado y Madre nuestra, que proteja a cada mamá terrena... a aquéllas que, junto al marido educan a los hijos en un contexto familiar armonioso, y a aquéllas que, por muchos motivos, tienen que afrontar solas una tarea tan ardua.
Que todas puedan desempeñar con entrega y fidelidad su servicio cotidiano en la familia, en la Iglesia y en la sociedad. ¡Que para todas la Virgen sea apoyo, consuelo y esperanza!».
Benedicto XVI


La clave para una mente sana y un cuerpo sano», entre los factores considerados importantes para una vida sana están: la buena alimentación, respirar aire puro, ingerir agua y exponerse moderadamente al sol, así como el ejercicio físico y evitar sustancias tóxicas.
Ciertos alimentos han demostrado cualidades antibacterianas, ayudando a combatir las infecciones y evitar enfermedades. Por el contrario, demasiado de las cosas malas - las carnes rojas, alcohol o grasas trans - puede conducir a una mayor incidencia de problemas de salud. Con el tiempo, los pequeños cambios pueden tener grandes efectos.
La alimentación es el hábito que más
influye en la salud. En efecto,
por medio de ella el organismo
obtiene la energía que
necesita para funcionar
y los componentes para crecer
y auto repararse.

Una alimentación adecuada evita y cura enfermedades, ayuda a la persona a
verse y sentirse mejor, aumenta el
rendimiento físico y mental.


Voz sacerdotal...
Los tiempos actuales.
Evidentemente los tiempos actuales no son los mismos de los de hace algunos años atrás, nos encontramos ante cambios rápidos y de alcance global, quizá esta sea una de las características novedosas, como lo explica el Documento de Aparecida en el número 34, con repercusiones en todos los aspectos y ámbitos de la vida, tanto personal como social. Es cierto, la religión como la Iglesia, nos referimos a la Iglesia Católica, no esta exenta de los impactos de estos cambios, porque afectan la vida y el sentido religioso y ético de los pueblos, un desafío y una interpelación a los fundamentos, lenguajes y expresiones establecidos y definidos que se deben replantear para seguir ofreciendo convincentemente contenidos firmes y principios sólidos que sigan dando el sentido divino de la vida humana redimida por Cristo.

El magisterio con el aporte de los teólogos y demás disciplinas del conocimiento humano, y desde luego, las experiencias y los testimonios de fe de los santos, nos seguirán dando la interpretación autorizada de los misterios de nuestra fe, pero esto no nos dispensa de nuestro propio ejercicio de reflexión de fe, elemento indispensable para asumir existencialmente el encuentro con la formulación y sobre todo el encuentro personal con el Señor.

En estos tiempos actuales de tantas confusiones de todo tipo, con una saturación de información, muchas veces contradictorias, de crisis económica y de epidemias manipuladas, de predicadores religiosos complacientes y entretenedores, hace falta más allá de una propuesta emocional, individual y festiva, una más crítica, prepositiva y liberadora que se inserte en las necesidades concretas y profundas de la realidad humana, sin perder desde luego, su carácter alegre y esperanzador en el misterio del Reino de Dios.

En las condiciones y contextos actuales caracterizados por el individualismo, el mercado, el relativismo, las inseguridades y de un dios de acuerdo a los interese personales, nos hemos quedado como en la intemperie, es decir, sin sustento seguro y posible para todos, por lo que cada uno busca engancharse de donde pueda. Los cristianos católicos atentos a la voz de nuestros pastores, guías espirituales y maestros en la fe, en «Aparecida» en el número 12, nos pidieron recomenzar en Cristo, para tratar de enfrentar estos y otros desafíos de nuestra realidad actual. Por lo tanto hay que ir a la fuente que es la persona de Cristo y a los primeros cristianos para esclarecer la identidad cristiana como Iglesia Católica, refrescar las memorias, intensificar la vivencia del misterio pascual de Cristo, celebrar su presencia en la Eucaristía, sensibilizarnos en las solidaridades humanas y testimoniar eclesialmente el sentido divino de la vida humana redimida por Cristo.

Los tiempos actuales nos exigen ir más allá de las voluntades individuales, hay que responder desde el ámbito de la comunidad y la comunión, es decir, desde la espiritualidad de la convocación del Espíritu en torno a Cristo, como un elemento teológico y pastoral para hacer presente el Reino de Dios en el hombre y la mujer y en el mundo.

P. Gabino Tepetate Hernández.


Suele suceder
El naufrago
El único sobreviviente de un naufragio fue visto sobre una pequeña isla inhabitada. El estaba orando fervientemente, pidiendo a Dios que lo rescatara,y todos los dias revisaba el horizonte buscando ayuda, pero esta nunca llegaba.

Cansado, eventualmente empezó a construir una pequeña cabañita para protegerse, y proteger sus pocas posesiones. Pero entonces un dia, despues de andar buscando comida, regresó y encontró la pequeña choza en llamas, el humo subía hacia el cielo.

Lo peor que había pasado, es que todas las cosas las había perdido. El estaba confundido y enojado con Dios y llorando le decía «Cómo pudiste hacerme esto?» Y se quedó dormido sobre la arena.

Temprano de la mañana del siguiente día, el escuchó asombrado el sonido de un barco que se acercaba a la isla. Venian a rescatarlo, y les preguntó, Como sabían que yo estaba aquí?. Y sus rescatadores le contestaron... «Vimos las señales de humo que nos hiciste... «


Para NO olvidar...
Siempre las palabras
No podemos negar que estamos viviendo situaciones difíciles, con violencia, inseguridad de todo tipo, situaciones laborales que afligen, las cuestiones económicas que cada vez nos van preocupando más, porque las perspectivas son muy duras, y podríamos seguir con la lista.

Ante cada situación que se presenta, escuchamos muchas palabras, muchas “teorías”, muchas reacciones y reclamos sobre lo que se debe hacer, sobre lo que se está pensando, en medios de discusiones sobre candidaturas, políticas, diagnósticos… etc., mientras muchos siguen esperando que las palabras de una vez por todas se transformen en algo concreto que les comience a modificar la situación por la que atraviesan.

Todos esperamos y pedimos que quienes tienen responsabilidades “pongan manos a la obra” de una vez por todas para que podamos ver alrededor alguna mejoría. Es verdad que todos parecemos tener la solución: erradicar la pobreza, combatir la droga, defender los derechos laborales, no dejar que los niños crezcan en la calle… pero ¿qué es lo que hacemos? Da la sensación que nos quedamos siempre en las teorías, en las palabras. En realidad hay mucho de “palabreríos”, pero no es menos cierto que muchos trabajan y luchan para tratar de ayudar a quien está alrededor y necesita. Es verdad que la mayoría de estas acciones no se muestran, pero están, decimos muchas veces porque los medios no se encargan de mostrarlo, pero también deberíamos pensar en que si los mostraran, hay que ver si lo miraríamos.

Lo que queda en todo caso es cada vez más la certeza de quien debiera ser el primero en acompañar estas situaciones no lo hace, y por eso vemos más teorías que hechos. Quienes, desde las distintas funciones del estado deben velar por la seguridad, por el bienestar, por quienes no tienen lo suficiente, no siempre lo hacen, y es cuando uno piensa que si el estado no está para ocuparse de quienes tienen menos posibilidades, ¿para que está?, ¿cuál es su función?

Una de las funciones es redactar leyes, crear políticas, generar un sistema que los pueda incluir a todos, pero da la impresión que nos quedamos sólo en esta parte, o en intentarlo, y no llegamos a la acción, a lo concreto, no vemos que las soluciones lleguen.

Una vez más debemos dejar de lado tantas posiciones teóricas y “poner manos a la obra”, algo que se lo exigimos a quienes tienen los poderes de decisión, pero que también debemos plantearnos nosotros en el ámbito en que nos desenvolvemos.
Padre Oscar Pezzarini

Comunión Querétaro N°585 3/Mayo/2009

2a. Preasamblea Diocesana de Pastoral
...se realizará de la siguiente manera:

Participarán únicamente los sacerdotes.
El horario será de 10:00 a 14:00 hrs.
Lugar: Seminario Conciliar Diocesano.

Los sacerdotes recibirán el material para que lo trabajen con los agentes en sus parroquias. Hay que pasar a la Vicaría de Pastoral
a Inscripciones y dar su aportación para el material

A través de este medio y de otros se estará haciendo llegar más información sobre las actividades pastorales que se ven afectadas por la influenza.


Día del Seminario
Ciudad Episcopal de Santiago de Querétaro 3 de mayo
Un año más, en torno a la fiesta del Buen Pastor, Cuarto Domingo de Pascua, en nuestra Diócesis se celebrará el Día del Seminario. La Iglesia invita a pedir al Señor que nos envíe pastores según el corazón de Cristo Buen Pastor.
Hoy sigue habiendo jóvenes que se sienten atraídos por la causa de Jesús y animados a entregar su vida por ella. La celebración del Día del Seminario mueve antes que nada a dar gracias a Dios que sigue contando con hombres frágiles para la santificación de su pueblo.
Agradecer también el testimonio de tantos sacerdotes que viven con gozo el haber sido escogidos y enviados por la Iglesia como pastores.
La Iglesia afirma que todavía hay necesidad de sacerdotes que reúnan a la Iglesia en nombre de Cristo, la alimenten con su Palabra y los Sacramentos y la envíen a la misión. Proponer hacerse sacerdotes es, por tanto, comprender el lugar esencial de este ministerio en la vida de la Iglesia y la importancia de su misión en el mundo. Es estar convencidos de que la respuesta a la llamada de Cristo y de su Iglesia puede llenar la vida de una persona.
El Día del Seminario es una llamada de atención a la comunidad cristiana sobre su responsabilidad en la pastoral de las vocaciones al ministerio sacerdotal.
S.S. Benedicto XVI en su discurso a los seminaristas con motivo del encuentro con los jóvenes en Colonia, definía el Seminario como un tiempo de formación, discernimiento y de preparación a la misión. Un tiempo en el que se logre una experiencia personal de Cristo, pues sólo desde ella se puede comprender su voluntad y, por tanto, la propia vocación. Desde esta fuerte experiencia del amor de Cristo se prepara el seminarista para su misión. Esta es fuente de alegría en la vida del sacerdote, pero también motivo de sacrificios, desorientación, dudas… Sólo desde la memoria constante de Cristo y de su amor inefable, podrá mantenerse con frescura en la misión encomendada. La trascendencia de la misión hace que, a pesar de la escasez de vocaciones sacerdotales, se deba tener un cuidadoso discernimiento. El mismo Papa nos repite que «un clero no suficientemente formado, admitido a la ordenación sin el debido discernimiento, difícilmente podrá ofrecer un testimonio adecuado para suscitar en otros el deseo de corresponder con generosidad a la llamada de Cristo»
(Sacramentun Caritatis, 25)

A propósito del día del Seminario...
Para qué hacen falta sacerdotes? 10 razones:
1. Para enseñar la Palabra de Dios y garantizar la calidad de la educación cristiana.
2. Para anunciar el Evangelio aquí y en países de misión.
3. Para perdonarnos los pecados en nombre de Jesús.
4. Para presidir la Eucaristía y darnos el Pan de la Vida.
5. Para animar la comunidad cristiana, la Parroquia y los grupos de fe, procurando ser ejemplo y apoyo.
6. Para estar cerca y ayudar a los pobres, los necesitados, los que sufren, como hizo Jesús.
7. Para enseñarnos a rezar y relacionarnos con Dios como Padre y a ver lo que el Espíritu quiere de cada uno y descubrirnos que estamos llamados a la felicidad eterna.
8. Para orientar con criterios morales y evangélicos en los problemas de la vida y el mundo actual.
9. Para impulsar la responsabilidad de los seglares en la sociedad y dentro de la Iglesia.
10. Para servir a la unidad eclesial, coordinando a todos en comunión con el Obispo.
 
¿Qué cualidades se necesitan para ser sacerdote?
· No hace falta ser un «super», pero sí estar con ganas de «superarse» cada día y «superar» los propios defectos.
· Ser una persona equilibrada, que le gusta la verdad y hacer el bien a los demás.
· Tener una inteligencia normal, con capacidad para estudios universitarios.
· Gustarle lo relacionado con Jesucristo, su Evangelio y la Iglesia.
· Estar dispuesto a buscar la voluntad de Dios y cumplirla.
· Prepararse durante unos años en el Seminario, adquiriendo una base suficiente de formación humana, teológica, espiritual, pastoral y comunitaria.
 
¿Qué pasos hay que seguir para entrar en un seminario?
1º Cuando uno siente inquietud, inclinación o dudas sobre si Dios lo llamará a ser sacerdote, conviene pedirle al Espíritu Santo que lo ilumine. Ayuda mucho rezar a la Virgen.
2º Hablar con un sacerdote que conoces y contarle lo que sientes, para que te pueda aconsejar.
3º Tener una entrevista con el Rector del Seminario de la Diócesis a la que perteneces.
4º Se acuerda un tiempo de entrevistas y de reuniones con otros jóvenes que están en situación parecida, para clarificarse y pasar un tiempo de experiencia o de introducción a la vida del Seminario.
 
¿QUÉ ESTUDIOS HACEN FALTA PARA SER SACERDOTE?
· Los estudios necesarios para acceder a la Universidad. Existen los Seminarios Menores, donde se puede hacer la Secundaria y/o Preparatoria.
· Los Estudios Eclesiásticos se hacen en el mismo Seminario. Son ocho años, que se distribuyen así:
· Curso Introductorio: Año de Reflexión con Dios, para clarificar la vocación
· 3 años de Filosofía (para conocer la historia del pensamiento, la cultura actual y materias de interés para el futuro sacerdote, como psicología, pedagogía, sociología, etc.).
· 4 años de Teología: Biblia, fundamentación de la fe, Dios, Jesucristo, la Iglesia, el hombre, los Sacramentos, la Moral cristiana, la Espiritualidad, Hª de la Iglesia, Liturgia, Derecho Canónico, Pastoral, Catequesis, etc. (lo que necesita saber un sacerdote para anunciar el Evangelio hoy y animar la vida cristiana en la Parroquia, en los grupos, etc.). 
¿Qué más se hace antes de ser sacerdote?
· Los estudios son importantes, pero no lo es todo. El tiempo de Seminario es como la experiencia de los Apóstoles con Jesús: hay que ir creciendo en madurez humana, en hondura de fe y parecerse a Jesucristo, en relación y convivencia comunitaria, en capacidad para la vida pastoral. Para eso en el Seminario hay un plan de formación y unos sacerdotes que acompañan, orientan y animan.

· En los últimos cursos se reciben los ministerios de Lector y de Acólito, para practicar los servicios que uno va aprendiendo.

· Normalmente, al acabar los estudios se recibe el Sacramento del Orden en el grado de Diaconado, que permite ejercer muchas funciones en la Iglesia. Es cuando se adquiere el compromiso público de guardar el celibato.

· Durante un año aproximadamente se ejerce el diaconado y se hace el curso de prácticas pastorales viviendo en una parroquia con otros sacerdotes y continuando con alguna clase teórico-práctica en el Seminario.

· Al final el señor Obispo ordena de Presbítero y encomienda una responsabilidad pastoral. Pero la formación no acaba, porque ha de ser permanente. El sacerdote ha de estar en constante renovación para ser un fiel servidor del Evangelio y continuador de Jesús, Buen Pastor, en el mundo de hoy.
 
¿Y cuánto dinero cuesta?
La residencia, el profesorado, la Biblioteca, etc. cuesta dinero. Pero eso nunca es un obstáculo para ir al Seminario y seguir la vocación sacerdotal. Porque hay muchos cristianos que colaboran económicamente con el Seminario para que los seminaristas no tengan que pagar los gastos reales, sino lo que puedan.

Cada Seminario tiene establecida una mensualidad, que es lo que pagan los seminaristas o sus familias, si pueden.

Comunión Querétaro N°584 26/Abril/2009

2a. Preasamblea Diocesana de Pastoral
Sobre la evaluación y actualización del Plan Diocesano de Pastoral
5 de mayo de 2009 Seminario Conciliar Diocesano 8:00 a.m.

Arzobispo y obispos de México, entre ellos nuestro señor Obispo D. Mario De Gasperín Gasperín, mas de 250 sacerdotes y miles de files en especial del Movimiento de Renovación Carismática, participaron la tarde del lunes 20 de abril en la inauguración de la Asamblea de la CEM, y la Consagración del país al Espíritu Santo, en una misa en la Basílica de Guadalupe. La misa fue será presidida por el presidente del Episcopado Mexicano, el Arzobispo,
Mons. Carlos Aguiar Retes.


Hermanos Decanos, Párrocos y Vicarios.
Coordinadores de Consejos de pastoral.

Reciban un saludo fraterno.

La presente comunicación es para recordarle que Dios mediante, el próximo martes 5 de mayo de este año, tendremos nuestra Segunda Preasamblea, hacia la XXI Asamblea Diocesana de Pastoral que realizaremos en el mes de noviembre de este año. Espero que después de los desafíos propios del arranque de este trabajo, hayamos descubierto que se trata de algo fino y delicado, ya que en todo Plan de Pastoral, el Espíritu Santo es autor, precursor, acompañante y continuador del Plan de Dios a través de la historia.

En relación a dicha Preasamblea, le recuerdo algunas cosas prácticas:

Objetivo Específico: Clarificar y fortalecer la identidad de los discípulos misioneros y discernir la voluntad de Dios en nuestra Iglesia queretana, para poder dar un paso más en la actulización de nuestro Plan Diocesano de Pastoral.

1. Lema: «Nos identificamos como Discípulos misioneros»

2. Temas: - Marco Doctrinal (fichas 12-21)
- Diagnostico (ficha 22)

Le recuerdo que este trabajo realizado en las Parroquias, debió entregarse a su tiempo a los Padres Decanos, y estos a su vez, entregarán un resumen a la Vicaría de Pastoral a más tardar el 24 de año de este año, con el fin de que la Vicaría de Pastoral relice el resumen Diocesano y prepare el trabajo de la Segunda Preasamblea.

3. Preinscripciones: Semana del 20 de abril al 4 de mayo de 9:00 a.m. a 2:00 p.m. en las oficinas de la Vicaría de Pastoral.
Cooperación $ 250.00.

4. Lugar y Fecha: Seminario Conciliar de Querétaro, el 5 de mayo de 8:00 a.m. a 5:45 p.m.

5. No olvidar: La Biblia, Catecismo de la Iglesia Catolica, el Documento de Aparecida (un juego por parroquia), el Instrumentum Laboris, el folleto de la Primera Preasamblea y con qué escribir.

«Que nuestra querida madre de los Dolores de Soriano, quien conoce a fondo los dolores y gozos de esta Iglesia queretana, nos acompañe y nos eduque en la aplicación del Plan de Dios en nuestra Iglesia Diocesana».


Pbro. Fidencio López Plaza



Voz sacerdotal...
Este es el día que hizo el Señor
Esta es la expresión con que la Biblia hace referencia al “gran día” que estamos celebrando: La Resurrección de Jesús. Sí, Hermanos, Cristo ha resucitado, y esto es lo que da razón a nuestra Fe, es lo que nos da motivos de esperanza.

Es Pascua, vivamos entonces este tiempo con mucha alegría, ya que al vencer Jesús a la muerte, al pecado, a la tristeza… nos ha abierto las puertas de la “nueva vida”, de la auténtica vida. Cristo es nuestra Paz y es nuestro camino para siempre.
Los relatos del Evangelio nos dicen que los apóstoles y demás discípulos al llegar al sepulcro se fueron encontrando con los signos de la resurrección: la piedra de la entrada del sepulcro corrida, las vendas en el suelo, etc., y a partir de allí comenzaron el camino para comprender lo que había sucedido.

Hoy también tenemos que ver alrededor nuestro los distintos signos que nos hablan de la Resurrección, de la nueva vida que Jesús nos vino a dar. En un mundo en que muchas veces vemos desolación, desesperanza, angustia, tristeza… la Resurrección de Jesús nos invita a recobrar la esperanza, a no desanimarnos, a recuperar la alegría, a ser testigos de la Resurrección, por eso es importante saber encontrar los signos actuales que nos hablan de la presencia de un Jesús vivo en medio de nosotros.

¿Y cuáles pueden ser esos signos? Pienso en el esfuerzo de tantos hermanos que buscan aliviar la cruz del prójimo, en la cantidad de personas que en la Semana Santa se acercó a Dios para encontrar un momento de reflexión y de paz, en la lucha de los jóvenes que no quieren dejarse abatir por la desesperanza, que no renuncian a sus ideales.

Pienso en tantos que a través de la entrega de su tiempo, de su esfuerzo y de sus capacidades, se acercan el hermano que necesita, al anciano que está solo, al enfermo que sufre, a los chicos sin familia, a los jóvenes que están siendo explotados por la droga o el alcohol y les muestran que hay una salida, que hay un camino, que hay quienes los aman de verdad y están dispuestos a acompañarlos en su lucha. Todos estos son signos de que hay una esperanza más allá de lo que vemos y vivimos, y que esa esperanza la trae Jesús a partir de su Resurrección, donde vence al mal y a la muerte para que la humanidad recupere su verdadera dignidad, esa con la que fue creada por Dios.

Hermanos, somos nosotros, los creyentes, quienes tenemos que hacer presente hoy a Jesús Resucitado, esa es nuestra misión, para eso hemos sido constituidos “testigos”.

Que nuestra alegría y esperanza se vean reflejadas en las actitudes personales y comunitarias, para que muchos hermanos nuestros comprendan que Jesús ha resucitado por ellos, para darle un sentido trascendente a sus vidas. Es tarea y misión nuestra, que el Señor nos acompañe con su Gracia para poder testimoniarlo.

Padre Oscar Pezzarini

A propósito de la Pascua
Decálogo ante la Pascua
1.- Agárrate fuertemente a la vida. No dejes que nada ni nadie te diga que no merece la pena hacer algo por la dignidad de los demás. Jesucristo nos precedió en ese afán: «lo que hagáis a cada uno de estos mis humildes servidores a mí me lo hacéis»

2.- Sal al encuentro de aquellos que más te puedan necesitar. Si Dios se rebajó en la noche de Navidad y, nuevamente, se humilló en una cruz alzada en Viernes Santo ¿no vamos hacer nosotros algo en su nombre?

3.- Cuida la gran obra maestra de Dios: la resurrección. Que se note que eres hijo de la Iglesia. Que estás impregnado por la fuerza del Espíritu. San Pablo nos lo recordó sencillamente «Estad alegres en el Señor»

4.- No te quedes de brazos cruzados. Haz algo por promover, en el sendero de la vida, el camino de las bienaventuranzas. Con la sencillez, la verdad, la justicia, la paz o la fortaleza, irás trazando tu propio camino de salvación.

5.- En medio de las dificultades sé fuerte, sé valiente. No tengas miedo en manifestar públicamente tus convicciones. La luz, para los que están acostumbrados a vivir en una caverna, siempre hiere y molesta.

6.- Procura ir al encuentro del Señor. No lo busques en sepulcros cerrados. En la vida de las personas, en los pobres, en los tristes, en los que necesitan una palabra de aliento….puedes toparte con Jesús.

7.- No pierdas la esperanza. Aunque te aturdan ciertos acontecimientos. Aunque creas que «no está de moda el creer». Permanece fiel en aquello en lo que fuiste bautizado: Jesús Hijo de Dios, muerto y resucitado.
8.- La fe no es fácil. Nunca lo ha sido. La Pascua te puede ayudar, con el testimonio de los Apóstoles, a recuperar el brillo de tu esperanza, la alegría de tu fe. Contrasta tu fe con alguien.

9.- Mira al mundo y mira a Dios. Mira al cielo y no olvides la tierra. La resurrección de Cristo pone delante de nuestros ojos las lentes del optimismo y del futuro: otra ciudad nos espera. Merece la pena creer, vivir y seguir a Cristo.

10.- Contagia tu fe. ¿Cuánto hace que no hablas de tu ser cristiano con los demás? Proclama lo que tienes dentro. No te avergüences de modelar tus criterios, tu familia o tu trabajo desde y con el Evangelio.

Comunión Querétaro N°583 19/aBRIL/2009

Nuestro señor Obispo preside las celebraciones de Semana Santa
«El Resucitado inunda con su presencia y alegría a toda la tierra»

El domingo 5 de abril, nuestro señor Obispo Don Mario De Gasperín, presidio la celebración Domingo de la Pasión del Señor o de Domingo de Ramos. Inicio con la Procesión de Ramos desde la Parroquia del Sagrado Corazón (Santa Clara) hacia la Santa Iglesia Catedral. En la Santa Iglesia Catedral, presidió la Santa Misa, en la cual participaron jóvenes de diferentes parroquias con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud. En su Homilía afirmó: «Durante toda esta semana, Semana Santa, Semana Mayor, están invitados a meditar los ejemplos, las enseñanzas de Jesucristo, a hacerse discípulos de Jesucristo en su pasión, su pasión es la grande escuela de los cristianos, la grande escuela nuestra de los católicos».

El Miércoles 8 de abril nuestro señor Obispo Don Mario De Gasperín presidio la con celebración de la Misa Crismal en la Santa Iglesia Catedral, acompañado de mas de 200 sacerdotes, una Catedral colmada de fieles. Después de la homilía los presbíteros renovaron sus promesas sacerdotales y nuestro señor Obispo invitó a los fieles laicos a orar tanto por los sacerdotes como por él mismo, para que sean imagen viva de Cristo Sacerdote, Buen Pastor, Maestro y Siervo de todos. En esta solemne concelebración se consagró el Santo Crisma y se bendijo los óleos de los catecúmenos y de los enfermos, los cuales al terminó de la celebración nuestro señor Obispo los entregó a laicos venidos de cada una de las 107 parroquias de la Diócesis. La Homilía se publica en la página 7 de tu ejemplar.

El jueves Santo, 9 de abril, nuestro señor Obispo Mario De Gasperín Gasperín, presidió en la Santa Iglesia Catedral, la celebración de la Misa «In cena Domini». Antes del ofertorio nuestro señor Obispo y Monseñor Javier Martínez, (Vicario General) lavaron los pies de 12 laicos, representando a los apóstoles. Terminada la Eucaristía tuvo lugar la procesión con el Santísimo Sacramento hasta el monumento y después un tiempo breve de adoración. En su homilía recordando al Papa afirmo: «Este es el triple regalo que el Señor Jesucristo hace a su Iglesia, a nosotros los católicos, para que por nuestro medio el mundo crea, creyendo espere, esperando ame, y así todos en Él tengamos vida. Estos son pues los grandes misterios de nuestra fe que estamos celebrando».

El viernes Santo, 10 de abril, por la tarde nuestro señor Obispo Mario De Gasperín Gasperín, presidió en la Santa Iglesia Catedral, la celebración de la Pasión.

El sábado santo, 11 de abril, nuestro señor Obispo Mario De Gasperín Gasperín, presidió en la Santa Iglesia, la Solemne Vigilia Pascual, en su Homilía afirmo: «Los apóstoles y las mujeres piadosas buscaban en su tumba al Señor. Llevaban perfumes para ungir su cuerpo, última manifestación de cariño hacia su Maestro. Ignoraban que la luz de Dios había iluminado las tinieblas de la muerte y que el sepulcro de Jesús estaba vacío. El que allí estuvo muerto y sepultado, está ahora vivo. Es El Viviente. Por eso la Iglesia le pregunta a una de esas mujeres testigo:  «¿Qué viste María en el camino? —Vi la tumba de mi Señor vacía y a mi Señor Resucitado». María Magdalena se convierte en la primera testigo de la Resurrección y lleva la feliz noticia a los apóstoles
y a los discípulos.»

Para NO olvidar...
Acuciantes peguntas para la Asamblea
a. ¿Nos ha impactado a nosotros la Resurrección del Señor? ¿En qué se nota? A los primeros discípulos les impactó. Ese impacto les impulsó, como ya dije, a poner todo en común. ¿Y a nosotros? Un vistazo superficial a la situación de nuestras comunidades y parroquias nos permite asegurar que la Resurrección del Señor no nos ha impactado ni ha provocado en nosotros ningún cambio. ¿Seguirá siendo así?

b. ¿Hemos visto también nosotros al Señor? Los discípulos le vieron desde una experiencia profunda de su presencia en la eucaristía. Si nosotros no conseguimos «verle» ¿no será porque o no tenemos experiencia eucarística o ésta es totalmente superficial? ¿Llegamos a sentir nosotros la presencia viva del Señor? ¿Le reconocemos también nosotros «al partir el pan»?

c. ¿Nos hemos alegrado también nosotros al ver al Señor? La alegría no se improvisa ni se coge por disciplina. Si es verdadera ha de ser espontánea, motivada por un reconocimiento sincero de que Jesús vive, nos salva y nos libera de todo lo que nos esclaviza. Si la alegría pascual no aflora por todos nuestros poros es porque nuestra fe es escasa, superficial o, simplemente, no existe. FE/ALEGRIA


A propósito de la Pascua
El camino de la Pascua

Con la Pascua llegamos a la meta de nuestras esperanzas y se colman todas nuestras ilusiones como creyentes. Pero también es el comienzo de un camino nuevo, de una vida nueva, de una lucha nueva.

El Ritual de la Iniciación Cristiana prevé que esta semana sirva para una toma de conciencia de lo que nace en la noche de Pascua. Conservando el vestido blanco («in albis»), que simboliza la nueva dignidad de hijos de Dios y la nueva vida interior, los bautizados profundizan en el significado de los misterios que han tenido la suerte de vivir: el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía.

Para los que hemos sido bautizados en nuestra infancia, este es un tiempo para concretar, cada año, la identificación con Cristo trabajada en la Cuaresma y para descubrir sus exigencias, tanto en las responsabilidades que hemos de asumir en la Iglesia, como miembros activos y responsables, como en aquellas que se refieren a nuestra vida social: familiar, cultural, de ocio, política, etc.

La renovación de las promesas del Bautismo que hicimos la noche de Pascua, en «la madre de todas las Vigilias», es sólo la ratificación de que estamos dispuestos a continuar en la brecha de la vida cristiana hasta que el Señor quiera que vivamos con Él la Eterna Pascua. Es por lo que éste no es un tiempo de llegada, sino de marcha y de camino.



Para tener presente...
Consagración de México al Espíritu Santo

Síntesis

Hace 84 años, es uno de los actos del Congreso Eucarístico Nacional de 1924, los Obispos consagraron nuestra patria al Espíritu Santo.

Aunque la petición de esa consagración estuvo respaldada por más de doscientos mil católicos mexicanos adultos. El hecho pasó relativamente desapercibido entre las grandes solemnidades del Congreso Eucarístico. Por eso los Obispos resolvieron ratificar la consagración, rodeado cada uno de su pueblo en sus respectivas diócesis, el día de Pentecostés, 31 de mayo de 1925, día consagrado a la Santísima Virgen María Mediadora de todas las gracias.

Las vicisitudes históricas y políticas por las que México atravesó casi en seguida, lo llevaron a una seria persecución religiosa en la que muchos de nuestros hermanos derramaron su sangre por la confesión de la fe y por el amor a Cristo Rey y Señor. Y, ¿de quién, sino del espíritu Santo, recibieron la fuerza de lo alto para ser testigos de Cristo, aún a costa de sus bienes y de su vida?

Por eso convocamos a la Iglesia católica de México, desde las 10:00 hrs. del día 20 de abril, cuando se inicia la Asamblea del Episcopado Mexicano, para que estén presentes, en espíritu y de corazón, en la Insigne Nacional Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, donde consagraremos nuestras familias e instituciones al Espíritu de Dios.

A las 17:00 hrs. será la solemne eucaristía de consagración de todo el país, con la presencia de todos los señores Obispos del país y de su Excelencia el Nuncio Apostólico.

Creemos que la acción del Espíritu Santo que renueva la paz de la tierra nos conducirá a confesar con la libertad de hijos de Dios que Jesús es el Señor, no sólo de nuestras personas, sino de la sociedad y sus estructuras, del mundo con sus bienes, y de todos los hombres con sus legítimas aspiraciones, con sus gozos y esperanzas.

+ Mons. José Leopoldo González González
Secretario General de la CEM
Obispo Auxiliar de Guadalajara