martes, 23 de septiembre de 2008

Comunión Querétaro N°553 21/Septiembre/2008 página principal

Voz de nuestro Obispo...

La voz del Espíritu
El mensaje de los miles de ciudadanos libres que salieron a las calles y plazas en todas las ciudades importantes de la república, es claro: queremos vivir en paz y, para eso, reclamamos seguridad. Las interrogantes sobre el cómo y el cuándo pesan sobre las conciencias de los responsables como exigencias ciudadanas ineludibles. Quien no sea capaz de escuchar este clamor y de responder con hechos, tiene abiertas las puertas de su despacho, pidieron los ciudadanos agraviados.
Desde luego que a esta lectura sustancial de la marcha se pueden añadir otras muchas, quizá válidas también. Podemos intentar una de ellas fijándonos en la utilización de los símbolos más expresivos y privilegiados por los manifestantes. El llamado Ángel de la Independencia ocupa un lugar de honor en la iconografía patriótica capitalina, lo mismo que la Bandera nacional, que ondeaba en el centro de la Plaza principal de la capital mexicana. Estos símbolos gozan de estima y son celebrados con particular honor por el pueblo mexicano, sobre todo en las fiestas patrias septembrinas, ya a las puertas. Son expresiones válidas para reafirmar su deseo de libertad.
Otro símbolo privilegiado fue la luz, en su singular expresión de «veladora», artículo religioso, no precisamente litúrgico, de raigambre netamente popular. Es un objeto devocional con el que pueblo expresa su fe y alumbra ante el altar o ante la imagen sagrada los momentos más significativos de su parda existencia. Finalmente, las campanas de la Catedral, cuyo sonoro tañido centenario se convirtió en vibrante acompañamiento al clamor de justicia popular y al canto del Himno nacional.
Todas estas expresiones simbólicas manifestaron cuál es el verdadero sentir y latir del corazón del mexicano y se convirtieron, con más intuición que reflexión pero siempre con verdad, en público desagravio a las múltiples agresiones que ha sufrido el máximo símbolo de los católicos en los últimos tiempos, la iglesia Catedral metropolitana. Son las lacrimae rerum de que hablaba Virgilio o, dicho en cristiano, el paso del Espíritu de Dios, que sopla donde quiere, sana las heridas, remueve las escorias y eleva los corazones. ¿Habrá alguien que de verdad esté dispuesto a escuchar su voz?

† Mario De Gasperín Gasperín
Obispo de Querétaro

25 Aniversario
Parroquia «El Divino Redentor»

La Parroquia del Divino Redentor está regentada por los R.P de la Orden de Agustinos Recoletos (OAR) quienes habiendo llegado a nuestra Diócesis el 22 de mayo de 1954 y habiéndose encargado de atender la capilla del Barrio de San Roque y fundaron su Seminario San Pío X, fueron invitados para asumir la responsabilidad evangelizadora y atender la Parroquia del Divino Redentor.
Desde hace 25 años tiene como propósito servir a parte de los habitantes de las Colonia Lomas de Querétaro. Al terminar la década de los sesenta, y a principios de los setenta, la mancha urbana de la capital de Querétaro invadió unos de sus límites naturales, las zanjas y depresiones, un grupo de familias se asentó irregularmente en las faldas del Cimatario, en las Lomas que colindan por el lado sur, con la hacienda Casa Blanca. En las Lomas de Casa Blanca se comenzaron a vender lotes a precios ínfimos, y con una gran rapidez se fue habitando el lugar, siendo denominador común de los vecinos el tesón y la constancia para llegarse recursos y disponer de los servicios necesarios, ya que no contaban con luz eléctrica, y las pipas daban viajes para abastecer de agua a los habitantes que ponían sus tambos afuera de sus casas construidas con piedra, ladrillo y techos de láminas de asbesto o de cartón.
La Erección de la Parroquia «El Divino Redentor» figura desde el 25 de septiembre de 1983, «Año santo de la Redención» cuando el Sr. Obispo Don Alfonso Toríz Cobian señaló la jurisdicción de la Parroquia, restándole espacio a la Parroquia de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos considerado que en los últimos años esta tuvo un notable crecimiento y aumento de población. Las colonias de Lomas de Casa Blanca y Reforma Agraria eran terrenos ejidales. La primera capilla que se construyó fue dedicada a San Alfonso Ma. de Ligorio, la cual mas tarde fue asignada sede parroquial . Fue encomendada la parroquia a los padres Agustinos Recolectos, designado primer párroco el padre Amado García Pérez.
Hasta ahora, se siguen construyendo templos en medio de las nuevas colonias que van apareciendo alrededor del Templo Parroquial. Los Agustinos Recoletos en Querétaro no se han limitado al apostolado ministerial. Dentro de nuestro carisma, el ministerio educacional en colegios es una pieza clave. Se busca formar personas íntegras involucrando en el proceso no sólo al sujeto, sino también a su familia y su entorno, por lo que, si se evangeliza al educando, se está cristianizando a su familia y las circunstancias que rodean su vida. Esta ubicada en Av. 24 Nº 1601, Col. Lomas de Casablanca. Párroco: Pbro. José Ignacio Jiménez Castellanos, OAR

No hay comentarios: