martes, 23 de septiembre de 2008

Comunión Querétaro N°550 31/Agosto/2008 página 2

El arte y San Pablo...

Autorretrato como San Pablo
Autor:Rembrandt
Fecha:1661
Museo:Rijksmuseum
Características: 91 x 77 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Estilo:
La mayor parte de los artistas utilizan a personas de su entorno como modelo de sus cuadros. Así que Rembrandt, gran amante de hacerse autorretratos, utilizaba también su efigie como modelo de obras de encargo. Quizá este San Pablo formaba parte de una serie, siendo interesante advertir que los apostolados que se realizaban durante el siglo XVII, los de Ribera o Rubens por ejemplo, son totalmente realistas representando a los apóstoles como seres de carne y hueso.
San Pablo aparece como un hombre mayor con barba corta y gris, mirándonos atentamente con ojos muy despiertos, sujetando en sus manos las epístolas que tan famoso le han hecho. Entre los pliegues del manto aparece la empuñadura de una espada, su atributo, ya que murió decapitado en Roma durante el 64 d.c., igual que hacía él antes de convertirse al cristianismo ya que era un temido perseguidor de cristianos. Parece como si una luz sobrenatural iluminara la figura desde la zona superior izquierda hacia la zona inferior derecha, en una clara diagonal que divide en dos la superficie del lienzo.


Para Pensar...

«Los abuelos: su testimonio y presencia en la familia»
Benedicto XVI, 5 abril, 2008.
El próximo día 28 de agosto celebraremos el día de los abuelo, el Papa, tras recordar que la Iglesia siempre reconoció la «gran riqueza de los abuelos desde el punto de vista humano y social, religioso y espiritual», dijo que «en el pasado, los abuelos tenían un papel importante en la vida y en el crecimiento de la familia. Incluso cuando la edad avanzaba, seguían estando presentes con sus hijos, con los nietos y quizá con los bisnietos, dando un testimonio vivo de atención, de sacrificio y de entrega cotidiana sin reservas».
El Papa afirmó que con los «profundos cambios en la vida de las familias debidos a la evolución económica y social», algunos ancianos se dan cuenta de que «son un peso para la familia y prefieren vivir solos o en asilos, con todas las consecuencias que conllevan estas decisiones».
«Por desgracia se sigue difundiendo la ‘cultura de la muerte’, que amenaza también a la tercera edad. Con gran insistencia se llega incluso a proponer la eutanasia como solución para resolver ciertas situaciones difíciles». Por eso, «es necesario reaccionar siempre con fuerza ante lo que deshumaniza la sociedad. Hay que derrotar juntos toda marginación, porque los abuelos, las abuelas, los ancianos, no son los únicos que se ven arrollados por la mentalidad individualista, sino todos. Si los abuelos, como se dice a menudo, constituyen un precioso talento, hay que poner en práctica decisiones coherentes que permitan valorarlos mejor».
El Papa pidió que «los abuelos vuelvan a ser una presencia viva en la familia, en la Iglesia y en la sociedad, que continúen siendo testigos de unidad, de valores fundados en la fidelidad a un único amor que genera la fe y la alegría de vivir. Los llamados nuevos modelos de familia y el relativismo reinante han debilitado estos valores fundamentales del núcleo familiar».
«Para afrontar la crisis de la familia, ¿no se podría partir precisamente de la presencia y del testimonio de aquellos -los abuelos- que cuentan con una mayor firmeza de valores y de proyectos? No se puede proyectar el futuro sin retornar a un pasado rico de experiencias significativas y de puntos de referencia espiritual y moral».

Voz sacerdotal...
¿Estimular el propio yo o ser uno de tantos?
Siempre me ha llamado la atención la doble expresión. "pasando por uno de tantos" y "actuando como un hombre cualquiera" que aparece en la traducción que se utiliza en la liturgia del conocido himno cristológico de la carta a los Filipenses (Fil 2, 6-11). Me dice más que la de "tomó la condición de esclavo". Creo que manifiesta mejor las afirmaciones precisas de "no hacer alarde de su categoría de Dios" y "despojarse de su rango". El ser uno más no tiene fácil aceptación en nuestra sociedad. Si las mercancías necesitan se "publicitadas" para ser valoradas compradas, hombres y mujeres necesitamos nuestra particular publicidad.
Quien no sale en la foto no existe. Si otros no nos hacen la publicidad, debemos hacérnosla nosotros mismos. Nos vemos obligados a estimular nuestro yo para encontrar el placer de ser. Estimularlo hasta la hipertrofia. Si escuchamos conversaciones de la vida ordinaria lo percibiremos continuamente. Si alguien se le ocurre decir que le duele un brazo, enseguida los interlocutores se sentirán estimulados a hacer públicos sus dolores. Si se empieza a contar lo que vio en el último viaje, no se le dejará terminar para publicar cómo fue el de cada uno de los oyentes… Sólo escuchar es no existir. No se acepta el anonimato. No se quiere ser ovejas –ni abejas- sin nombre en el rebaño -o enjambre-; nunca "uno de tantos", "uno cualquiera".
Es necesario afirmar nuestra singularidad. Que suele estar en contra de mantener la identidad. La singularidad se apoya en la imagen, la epidermis del ser; la identidad en el concepto, en lo que nos define, en lo esencial de lo que somos, en lo que coincidimos todos, en lo que somos "uno de tantos".
.... Juan José de León Lastra

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