jueves, 22 de enero de 2009

Comunión Querétaro N°571 25/Enero/2009

Hacia la
Basílica

7 de febrero de 2009

La Misión de Maconí (2)

Según una antiquísima y constante tradición la imagen de Nuestra Señora de los Dolores de Soriano se veneró en la primitiva Iglesia de MACONÍ, que una pequeña ermita situada en la cañada donde se asentaba el antiguo MACÓN, a dos kilómetros del actual MACONÍ. Ahí es precisamente donde debemos situar la MISIÓN DE NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES que el Virrey Conde de Revillagigedo enumera como misión de los dominicos.

En 1690 al tomar posesión de MACONÍ los padres predicadores, siendo el R. P. Fray Felipe Galindo el fundador de esta misión, a él debemos atribuir el haber llevado de su convento de México la devota imagen de Nuestra Señora de los Dolores y le da a esa misión el nombre de MISIÓN DE NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES.

En los primeros años del siglo XVIII los chichimecas se resistían a la vida civilizada y cristiana, vivían constantemente recelosos y temeroso de que los capitanes españoles en cualquier momento los ejecutasen aprovechándose de que estaban reunidos en las Misiones. Los Capitanes de frontera cometían muchos crímenes contra los indios chichimecas. los Capitanes, sobre todo Francisco de Cárdenas y Antonio de Olvera, eran inhumanos y crueles; no sólo hicieron odiosa la religión a los indios jonaces, con malos tratos y asesinatos, sino que amargaron la vida a los misioneros dominicos que atendían las misiones. En este ambiente de crueldad era imposible que pudieran florecer las misiones, ni que los indios vivieran tranquilos en ellas; lo que hacían los misioneros los deshacían los militares y algunos cristianos no militares. Los indios, no sintiéndose seguros se remontaron a la Sierra, su refugio inexpugnable. Resentidos profundamente por los agravios recibidos y deseosos de venganza parece que se conjuraron para cometer toda clase de tropelías en personas, haciendas y pueblos con tal furor, que pusieron en jaque a todos los habitantes del contorno no permitiéndoles vivir tranquilos, los militares no pudieron someter a los indios, los misioneros los sometían por su bondad. No se puede negar que las Misiones de los PP. Dominicos, no llegaron a desarrollarse y consolidarse, como las misiones de los franciscanos en torno a Jalpan.

Los Padres de la Orden de los Predicadores sufrieron mucho, sobre todo persecuciones de los militares y hacendados; tenían verdadero espíritu misionero; a los indios siempre supieron apreciarlos y quererlos, eran religiosos de probada virtud y de gran celo por la salvación y bienestar de los indígenas. es cierto, no construyeron Iglesias grandes y artísticas, como las cinco misiones franciscanas. Su obra por la PROMOCIÓN DE LOS INDÍGENAS FUE GRANDE. No Pensemos que su obra misional fue fracaso y menospreciemos su obra. No se sabe cuando los DOMINICOS abandonaron para siempre la misión de MACONÍ.

Por todas estas razones a principios del siglo XVIII los indios abandonaron las misiones, quemando las iglesias, casa y ornamentos; profanando los vasos sagrados y cometiendo crueles hostilidades en los pueblos, haciendas y ranchos de la jurisdicción de Cadereyta. Fue para sujetar a estos indios que se envió, al teniente De Capitán General don Francisco de Caraza, alcalde de Crimen, perdiendo la vida en la empresa.

En una de estas sublevaciones, que por un informe del Virrey Revillagigedo sabemos fue a principios del 1700, los indios chichimecas se arrojaron desde sus altas montañas sobre las indefensas poblaciones, y como avenida de tormenta, destruyeron cuanto encontraron a su paso. En una de sus correrías cayeron sobre la misión de Maconí dejando la Iglesia reducida a escombros.

Al destruirse el templo de Maconí quedo ahí sepultada la imagen de nuestra Señora de los Dolores Pasado el ataque, Maconí quedó reducido a la nada, sólo el silencio de la muerte reinaba sobre la vega y el río. Silencio que se prolongaría por años, interrumpido sólo por los gritos de los animales salvajes y la presencia de algún vecino de Zimapán que venía a informarse de la presencia temida de los mecos, para preparar el regreso y la reconstrucción.

Una vez establecido el orden en esas lejanas serranías comenzaron nuevamente a poblarse las regiones de MACONI y el real y Minas de San Antonio de El Doctor, debido en gran parte al auge de la mina de San Juan Nepomuceno. No podía faltar la presencia de los heroicos misioneros, pues su infatigable celo apostólico hizo que siguieran muy de cerca los pasos del Conde de la Sierra Gorda, y que en aquellos lugares hasta donde llagaban las milicias españolas, volvían a levantar sobre las cenizas de los antiguos templos el santo lábaro a cuyo derredor se formaron más tarde las nuevas misiones.

Se sabe que la Iglesia de El Doctor , fue dedicada el 24 de septiembre de 1769 y erigida parroquia el 6 de abril de 1774. Maconí quedó dentro de la jurisdicción de la Nueva parroquia.

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