jueves, 22 de enero de 2009

Comunión Querétaro N°571 25/Enero/2009 El Cardenal Tarcisio Bertone en nuestra Diócesis




Se aprovechó su estancia en México, con motivo de la representación del Papa Benedicto XVI al Sexto Encuentro Mundial de las Familias, que se celebró del 13 al 18 de enero en la Ciudad de México.
Dicha reunión fue organizada por la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), presidida por el Obispo de Texcoco, Mons. Carlos Aguiar Retes, y nuestro Obispo Diocesano Mons. Mario De Gasperín Gasperín, además del Centro de Investigación Social Avanzada (Cisav), asentado en Querétaro y a cuyo frente está el doctor en filosofía Rodrigo Guerra López.

Poco después de las once de la mañana se abrieron las puertas del Teatro de la República, que se llenó hasta las galerías. Entre los presentes estuvo presente el Nuncio Apostólico en México, Christophe Pierre, el Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), y Obispo de Texcoco, Mons. Carlos Aguiar Retes, el Arzobispo Emérito de San Luis Potosí, Don Arturo Szymanski Ramírez, el Arzobispo de Morelia Mons. Alberto Suárez Inda, y el Obispo Auxiliar de Monterrey y Representante de la Dimensión Pastoral Educativa de la Comisión Episcopal para la Pastoral Profética, Mons. Alfonso Cortés Contreras; Alfredo Botello Montes, Secretario de Gobierno y el alcalde capitalino Manuel González Valle, la Secretaria de Educación, Guadalupe Murguía Gutiérrez. el Secretario del Gobierno Municipal Jorge Luis Alarcón, gente venida de varias partes del país.

El primero en tomar la palabra fue nuestro señor Obispo Mons. Mario De Gasperín Gasperín, dio las palabras de bienvenida, en ellas manifestó su preocupación -»que bien conoce el Papa Benedicto XVI, a quien reconocemos en su persona-» por la pérdida de la fe entre los católicos mexicanos. «Sabemos de su preocupación por México y los católicos mexicanos, pues nos dijo que sabía muy bien que muchos bautizados, aún confesándose católicos, viven de hecho alejados de la fe, abandonando las prácticas religiosas y perdiendo progresivamente la propia identidad de creyentes», señaló.

Este desafío, agrega, nos ha movido a buscar soluciones no sólo para señalar los errores sino sobre todo para proponer la riqueza trascendental del cristianismo como acontecimiento que da verdadero sentido a la vida y una capacidad de diálogo y escucha y colaboración con todos. «Esta es una tarea incumplida, por eso señor Cardenal, su experiencia, cultura y sabiduría pastoral y también su buen humor salesiano, nos ayudarán a redescubrir esa perla preciosa del evangelio», concluyó nuestro señor Obispo.

El segundo en tomar la palabra fue el Presidente de la Conferencia Episcopal de México, Carlos Aguiar Retes, el cual advirtió que actualmente se vive el drama de la ruptura entre el evangelio y la cultura. «Vivimos un fuerte resquebrajamiento cultural, que los Obispos de Latinoamérica llamamos cambio de época, por lo que requerimos de un replanteamiento en la manera de transmitir la fe y su ejercicio». Por ello la nueva evangelización pide un esfuerzo lúcido, serio y ordenado para evangelizar la cultura, para que esto sea posible es necesario inculturar la evangelización de modo que el evangelio sea anunciado en el lenguaje y la cultura de aquellos que lo oyen».

El Dr. Rodrigo Guerra López, presidente del Centro de Investigación Social Avanzada, CISAV, llamó «observadores desprevenidos» a quienes cuestionaron la realización de un acto de la iglesia en el recinto constitucionalista. En México, acusó, «la modernidad ilustrada y sus productos más queridos como el peculiar liberalismo revolucionario, nos han acostumbrado a creer que el cristianismo no tiene cabida en la vida pública. Que la fe no debe tener una expresividad histórica significativa en el presente». «Que seguir a Jesús es una experiencia de vida privada que habría que domesticar, superar o al menos someter a los límites que el poder en turno le asigne», remató. (Intervención completa http://www.cem.org.mx)

Después fue la intervención del Secretario de Estado del Vaticano, habló durante dos horas en «el lugar sagrado del laicismo», en donde dijo estar muy contento y ser «una presencia constructiva», ante más de 600 invitados especiales, entre Obispos, Arzobispos, miembros de universidades y asociaciones religiosas, ante quienes propuso acabar con tópicos estériles y dar a luz una nueva cultura cristiana. Señaló que «el reto es una nueva cultura cristiana en el comienzo del tercer milenio para ser los autores de una síntesis entre la fe y la cultura de nuestro tiempo; necesitamos abrir horizontes segundos, y acabar con tópicos inútiles y estériles». El cambio que necesitamos, añadió, no es una simple mutación de estructuras, unas pueden sustituir a otras pero siempre serán portadoras de respuestas no definitivas. «Sólo el evangelio puede engendrar un hombre nuevo», asentó.

Esta nueva cultura, subrayó el Emmo. Sr. Tarsicio Bertone, debe ser un proceso gradual de transformación, por lo que es necesario partir de comienzos modestos. Y en este sentido «no todo está perdido ni hay tiempo para el desaliento, nada ganamos dejándonos vencer por la inercia...no podemos quedarnos cruzados de brazos pensando que cualquier esfuerzo es inútil o empresa imposible». El Secretario de Estado del Vaticano también se pronunció contra formas que consideró anticulturales, a pesar de que estén escritas en las «leyes modernas», como el aborto.
«Existen muchas formas de cultura que constituyen una agresión a los derechos de la persona, que por tanto no pueden ser consideradas como expresión de verdadera cultura, aún cuando estén profundamente arraigadas en las tradiciones ancestrales de los pueblos o escritas en leyes modernas», dijo.

El Emmo. Sr. Bertone dijo que esta lista es larga, pero sólo mencionó algunas: sacrificios humanos, inseminación, discriminación y maltrato de la mujer y el aborto. «Pretender defender prácticas en nombre de la diversidad cultural sería un grave error», advirtió. Luego de señalar que en México existe un «extraordinario guadalupanismo», el Cardenal Tarsicio Bertone se pronunció por una mayor participación de la Iglesia en la vida cultural, así como el acercamiento de figuras importantes de la cultura mexicana a la religiosidad católica.

«Se trata en definitiva de trabajar para que la cultura mexicana ahonde en sus raíces, no necesariamente para imponer un canon moral o intelectual sino para complementar y enriquecer y acoger sus esfuerzos creativos...se trata de evangelizar la cultura», añadió.

El Cardenal asentó que no puede haber paz ni progreso auténticos, ignorando o destruyendo la cultura de un pueblo; a lo largo de los últimos decenios, el Estado y el mercado ha ido ocupando el ámbito de las instituciones y de la vida pública, pero ni el uno ni el otro son capaces de ofrecer al hombre el sentido profundo de la existencia.

Por ello, advirtió que «la evangelización de la cultura en México y en otras partes del mundo es hoy más urgente que nunca, es necesario un nuevo anuncio que tenga entre sus prioridades a la cultura, (porque) mientras no iluminemos con el Evangelio el alma de la cultura, no podemos esperar la transformación tan anhelada de nuestro pueblos».

El Emmo. Sr. Tarcisio Bertone, dejó el Teatro de la República casi a las dos de la tarde. De ahí se dirigió a una comida ofrecida en el Seminario Conciliar, al terminó de esta tuvo un breve diálogo con los Seminaristas y después abordó en el ex convento de La Cruz, el helicóptero que lo transportaría a la ciudad de México.

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