jueves, 22 de enero de 2009

Comunión Querétaro N°570 18/Enero/2009

Hacia la
Basílica

7 de febrero de 2009

La Misión de Maconí (1)

Las últimas estribaciones de las montañas de El Doctor, al norte del estado de Querétaro, forman una tortuosa cañada en cuyo fondo se asienta un risueño caserío. Baja de los montes, fertilizando aquella estrecha vega, un claro riachuelo cuyas aguas rumorosas bañan a su paso los campos y los huertos del poblado. Allí la mayor parte del año están cubiertas las laderas con variedad de flores y la primavera trae con profusión perfumes de azahares y verdor de limoneros y naranjos.

El risueño caserío se llama MACONÍ, Maconí es una pequeña y hermosa población minera de la sierra queretana, resguardada por elevadas montañas pelonas de cuyas entrañas han sido extraídos oro, plata, cobre, plomo y cinc, con diferentes fines, tanto rituales como comerciales, desde la época prehispánica hasta la actualidad. MACONÍ es un verdadero oasis en medio de las abruptas montañas que lo circundan.

A Maconí se llega, viniendo de El Doctor, después de atravesar antiguas ruinas de grandes fundiciones y frondoso huertos se haya una plaza sombreada por corpulentos fresnos; en uno de sus extremos se levanta una pequeña Iglesia, en cuyos muros, deteriorados por el tiempo, queda una huella apenas perceptible del arte colonial.

MACONÍ, de MACÓN, nombre de una barranca y a un árbol que se llama CONÍ. En voz otomí significa «ARROYO DEL CONÍ», Barranca de un árbol.

MACONÍ, se llamaba antiguamente San Buenaventura de Maconí, por haberse fundado bajo la protección del Doctor Seráfico San Buenaventura; pero trasladándose después la cabecera al Real y Minas de San Antonio, se comenzó a añadir a este último lugar las palabras «Del Doctor». Hoy san Antonio es conocido solamente como por «El Doctor» y a san Buenaventura se le llama hasta la fecha únicamente MACONÍ, tal vez para distinguirlo del poblado llamado Macón, a un cuarto de legua al sureste de Maconí, donde esta el camposanto.

Existe la versión que MACONI, fue descubierto hasta el año de 1635 por D. Alonso Fernández de Tovar y Guzmán, hijo de D. Juan Fernández de Tovar y Guzmán, fundador de Huichapan , de cuyo suceso dio noticia de forma oficial en 1638 al Virrey D. Lope Díaz de Armendáriz, Marqués de Cadereyta. Esta fecha es reconocida como la oficial de la fundación de MACONÍ.
El Evangelio llegó a los pobladores de esta región, gracias en primer lugar al incansable trabajo de los frailes franciscanos; el padre Esteban Arroyo en su libro «Las misiones dominicas de la Sierra Gorda de Querétaro» nos dice apoyado en el historiador franciscano Lino Gómez Cañedo, que a los PADRES FRANCISCANOS les resultaba difícil la Evangelización de los indios que moraban en la Sierra Gorda. Fundaron una serie de Conventos en torno a la Sierra Gorda, desde donde pretendían penetrar en la fortaleza chcihcimeca. Estos Conventos fueron el Huichapan, Cadereyta. Tolimán, Xichú y Río Verde. El Trabajo en la Sierra Gorda era enorme. En el año de 1617, Fray Juan Bautista de Mollinedo, guardián de Xichú, entró en Cerro Gordo donde estableció varias misiones: la de san Juan Tetla declarándola cabecera municipal de los siguientes puestos y visitas: San Buenaventura de Maconí, Las Ranas, el Palmar Massatipa, Sisicatla, la cañada de chicubite, el río Juchitlán, dejando como misioneros que atendieran esta misiones a Fray Juan de san Antonio, Fray Francisco de Albuquerque y a Fray Francisco Correa estos franciscanos de la provincia de Michoacán El padre Esteban Arroyo nos dice que, si bien el Padre Comisionado fray Juan de Mollinero había dejado tres misioneros en los puestos de San Juan Tetla y uno en Las Alpujarras, al parecer habían sido abandonadas. No obstante el nuevo comisario, fray Buenaventura de Salinas y Córdova trató de reanimar las misiones de San Juan Tetla y uno en Las Alpujarras. El custodio de Río Verde, Fray Manuel Álvarez, levantó una Capilla en Maconí antes de 1668, Capilla que posteriormente quedó en poder de los franciscanos de la Provincia Santo Evangelio de México por estar dentro de los términos de Tecozautla y de Cadereyta. Jerónimo de la Labra, protector general de los indios chichimecas de Cerro Gordo y sus contornos, en el año de 1682 hizo una tentativa de acrecentamiento de las actividades misioneras con dos religiosos que le proporciono la Provincia Santo Evangelio los padres Fray Francisco de Aguirre y Nicolás de Ochoa. Se encontraba, el 4 de noviembre de 1682, en la Nueva Misión y Real de san Buenaventura de Maconí. Tenía ya fabricada una iglesia de piedra, si bien con techo de jacal. El retablo ostentaba un San Buenaventura, de pincel. Dio Labra posesión de este punto misional a los franciscanos, dejando allí al padre Aguirre. Siguió con el padre Ochoa al lugar llamado «Las Ranas»

Todas las Iglesia que habían sido fabricadas por Labra fueron hechas de jacal, y casi todas con campana... Pudiera pensarse que teniendo estas misiones un protector tan generoso como lo era el hacendado Jerónimo de la Labra habrían prosperado ya que les ayudaba enormemente dándoles algunos frutos de su hacienda; sin embargo, también tuvieron una vida efímera. Quizá porque los procedimientos que emplearon no fueron eficaces. Labra no resistía las dificultades con los chichimecas que le robaban los caballos de la hacienda y le hacían la vida pesada. Partió de allí hacia Zimapán de nuevo y la Estanzuela

Don Francisco de Caraza en 1691 y en 1704 continuó en la tarea de pacificación de la Sierra Gorda queretana, lo que no logró alcanzar, viéndose obligado a continuar la lucha muriendo en acción. Los misioneros franciscanos sin dar explicación a las autoridades de la Nueva España, abandonaron el 4 de abril de 1684 definitivamente las misiones de Maconí, Las Ranas, Daconí , San Juan Tetla, La Nopalera, Santiago el Palmar y San José del Llano, a las que solían acudir una mil personas.

Helena de la Fuente, ya viuda de Jerónimo de la Labra, regresa a Maconí habiendo obtenido del Virrey que le enviara un religioso dominico. El 14 de mayo de 1685 por Real Cédula se encomendó a FRAY FELIPE GALINDO Y A LOS RELIGIOSOS DE LA ORDEN DE SANTO DOMINGO, se encargaran de las misiones de la Sierra Gorda y se ordenó al Alcalde mayor de Querétaro, que procediese a las diligencias de separación de tierra de dichas misiones. En diciembre de 1687, Fray Felipe Galindo tomó posesión de las misiones de El Doctor, Ahuacatlán, Pungunguía, Coatlán, El Potrero, La Laja, Cerro Gordo, san Miguel Palmas, san José Vizarrón; Zimapán, Hgo y Santa Rosa Xichú, Gto.

En 1689 o 1690 ya se habían hecho cargo los Dominicos de la Misión de MACONÍ. Por orden del Virrey Conde de Galve del 1 de febrero de 1690 se manda a la viuda del Capitán Jerónimo de la Labra entregar a los frailes predicadores todos los ornamentos y objetos pertenecientes a la Iglesia y misión de MACONÍ que ella recibió al morir su marido.

El padre Galindo llegó a MACONÍ el año de 1689 o a principios de 1690, puesto que para el 1 de febrero de ese año de noventa le pide a la viuda del Capitán de Labra entrego todo lo necesario para el culto divino, perteneciente a la misión de MACONÍ.

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