viernes, 3 de octubre de 2008

Comunión Querétaro N°555 5/Octubre/2008 Página 2

Para no olvidar...

Otra África es posible
África, para los medios de comunicación, es pobreza crónica, conflictos, retrasos, masacres, tiranía, enfermedades endémicas, hambruna, inestabilidades y guerras. Josefine Uwamohoro, la niña tutsi salvada del genocidio, el 6 de abril de l994, lo resumiría llorando al pasar delante de un templo parroquial: "no regresaré más a esta iglesia. Es un cementerio. Los ángeles nos han abandonado".
¿Será esta la única realidad o será una imagen prefabricada que no nos deja discrepar, atender a otros factores y ver su variación?
El Espíritu está gritando en y desde las iglesias en África para mostrar ante el mundo un fuerte profetismo, lleno de signos de vida. El Reino está presente y se debe ver y experimentar ahora. Es impensable aceptar como cristiano que la evangelización pueda y debiera ignorar los problemas extremadamente graves, que conciernen a la justicia, a la liberación, al desarrollo y a la paz. La diaconía que la Iglesia debe ejercer es lo primero de todo un servicio de acogida y de escucha a los necesitados, a los que no tienen voz y no se les quiere hacer visibles.
La situación de hoy en África no puede dejar de interpelar las conciencias. Todos somos culpables. Benedicto XVI nos recordaba: "debemos confesar que Europa no sólo exportó la fe en Cristo, sino también todos los vicios del viejo continente. Exportó el sentido de corrupción, exportó la violencia que actualmente está devastando África". En estos tiempos, África más que nunca es dependiente de los países ricos, y es más vulnerable que cualquier otro continente a las maniobras de esos países que procuran dar con una mano y tomar el doble con la otra.
El crecimiento considerable de los católicos que ya son más de 160 millones y que en los últimos quince años han crecido en un 30% es un signo de vitalidad, pero también un desafío sin tregua. Hay que trabajar por la llegada del Reino y contribuir a la llegada de la nueva África para que pueda siempre prevalecer la justicia, la paz y el bien común de las personas y de las naciones.
Francisco Panera, OP

Voz sacerdotal...

Ya basta
Nos unimos a las voces que exigen un Ya Basta, pero no sólo por la inseguridad, la violencia y el crimen organizado, sino también contra toda aquella provocación sistemática que atenta contra las posibilidades de una vida digna, justa y solidaria a la que todos los ciudadanos tenemos derecho. Según el organismo de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el número de personas con hambre creció de 850 millones a 925 millones en el periodo de 2007-2008, debido al alza de los precios de alimentos y en nuestro país el aumento de la gasolina es el 4° del mes y el número 19 de lo que va del año 2008. (La Jornada 17/09/2008)
Estos hechos y otros más, son señales desalentadoras y un gran impacto negativo para la economía familiar, sobre todo a los de menos recursos, que apenas pueden subsistir con los salarios que perciben. Ante estas situaciones es difícil tener expectativas confiables, sobre todo para los campesinos, indígenas y habitantes de los suburbios o periferias de las grandes ciudades, como nuestra ciudad de Querétaro.
Nuestro país necesita educación de calidad para todos, empleos seguros y bien remunerados, productividad y distribución de la riqueza, inversiones y respaldo económico, tecnológico y de capacitación para proyectos productivos a campesinos e indígenas. Nuestra Iglesia Católica en su compromiso con el hombre, destinatario de su mensaje de salvación, tiene que anunciar y educar para una vida digna y de bienestar para todos, que anticipe la vida en plenitud prometida por Cristo.
La doctrina social cristiana, necesita ser retomada con toda su fuerza para responder a los desafíos sociales y culturales en el campo de las ideas, de los principios rectores de la conciencia y de las orientaciones para la práctica concreta de una justicia social entre las personas y los pueblos.
El ya basta, es un clamor abarcador e integra los reclamos históricos y ancestrales del hambre, de la pobreza, de la impunidad a los derechos humanos y a la ecología, que no puede dejarnos indiferentes.
Que el Dios de la vida, del amor y de la paz transforme nuestra conciencia personal y colectiva para construir inteligente y laboriosamente ese otro mundo posible para todos.
P. Gabino Tepetate Hernández.

El arte y San Pablo...

Basílica de San Pablo Extramuros

Autor: AUTOR ANONIMO
Fecha: 440-Siglo XIX
Características:
Lugar: Roma
El martirio de San Pablo tuvo lugar a unos 11 kilómetros del de San Pedro, en Aquae Salviae (actualmente Tre Fontane), en la Vía Ostiense. El cadáver fue sepultado a tres kilómetros de ahí, en la propiedad de una dama llamada Lucina. Aquí se levantó la iglesia de San Pablo Extramuros de Roma, construida hacia el año 385, donde se repite el modelo basilical de San Pedro del Vaticano o de San Juan de Letrán. Fue construida por el emperador Teodosio I y el Papa San León Magno. En 1823 fue consumida por un incendio. Se reconstruyó, haciendo una imitación de la anterior y fue consagrada por el Papa Pío IX en 1854, El mosaico de la fachada, del siglo XI, fue sustituido por uno nuevo, alejado de los cánones estéticos paleocristianos. Restos del primer mosaico son visibles detrás del arco de triunfo.
La Basílica actual es un edificio neoclásico, estilo que toma sus referencias del Alto Imperio, y no paleocristiano, esto es, un arte de la Antigüedad Tardía. La construcción mide de largo 131,66 metros, 65 de ancho y 29,70 de alto. Es imponente y es, en tamaño, la segunda de las cuatro basílicas patriarcales de Roma. En su interior, las naves y el transepto tienen tondos conteniendo las efigies de todos los pontífices, desde San Pedro al actual Benedicto XVI.

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