jueves, 17 de julio de 2008

Comunión Querétaro N°544 20/julio/2008 PAGINA PRINCIPAL


Hoy Querétaro ante la Morenita del Tepeyac
Concluye la 50° Peregrinación femenina y la 118° Peregrinación masculina de Querétaro al Tepeyac.

Después de caminar algunos quince días desde el pasado viernes 4 de Julio cuando las mujeres peregrinas salieron de Neblinas en la Sierra de Querétaro, hoy miles de queretanos estarán a los pies de Nuestra Madre Santísima de Guadalupe, en su Basílica del Tepeyac. Hoy termina esta magnifica manifestación de fe; la Peregrinación, la 50° Peregrinación femenina y la 118° Peregrinación masculina, fueron para la vida de nuestra Diócesis momentos privilegiados, fuente de gracias y bendiciones.
La columna de las mujeres este año cumplieron 50 años, cuando en 1958 el señor Obispo Don Alfonso Toriz Cobian, expresaba generosamente su aprobación para que las mujeres pudieran caminar, ya como grupo formal. De ahí que el lema de este año fue: «50 Años junto a María agradeciendo al Señor el Don de la Fe» Momento emotivo fue el miércoles 16 en el Bosque donde se tuvo la Misa presidida por nuestro señor Obispo y donde se celebró el Jubileo de los 25 años de ordenación Episcopal del señor Obispo y los 50 años de la fundación de la Peregrinación Femenina.
En la columna de los hombres, se aprovecharan las enseñanzas del libro «Iniciación Cristiana y Formación Permanente», y el Documento de «Aparecida» para los temas de predicación, celebrando así, el Año Diocesano de la formación de Agentes, compromiso de vivir permanentemente en una formación catequética siendo fieles discípulos misioneros de Jesucristo.
Este año la columna estuvo formada por más de de 45 mil peregrinos de todos los puntos del Estado de Querétaro y de otros estados de la República, principalmente de Guanajuato. Fueron casi 30 mil hombres en 213 grupos (uno mas que año pasado) y más de 19 mil mujeres con 156 grupos (cinco mas que año pasado). Se contó con la presencia y acompañamiento de nuestro señor Obispo D. Mario De Gasperín Gasperín y de bastantes sacerdotes.



Año de San Pablo


Pablo de Tarso

Por su ciudad de origen es conocido el gran Apóstol de los gentiles, Pablo de Tarso. Pablo adorna con su nombre, con su vida y con sus enseñanzas a su ciudad natal. Se sentía orgulloso de su ciudad: «Yo soy judío, natural de Tarso de Cilicia, ciudadano de una ciudad importante» (Hech 21, 39). Así, con orgullo, se presentaba ante el comandante de la guardia romana, y razón no le faltaba, pues Tarso era la capital de la provincia romana, centro comercial, cruce de caminos y encuentro entre culturas y religiones. Pablo, ciudadano romano, le da un nuevo esplendor a esta vieja ciudad, aunque ahora allí sea escaso su recuerdo. Vicisitudes o ingratitudes de la historia. Pero el honor que Pablo le confirió se conservará siempre en la memoria cristiana. Es ley del cristiano honrar a su ciudad y a su gente.
Otro, muy distinto, es el uso geográfico de los nombres entre los paganos. Las ciudades y sus ciudadanos se destinan a honrar a sus jefes, mandatarios o tiranos. Cesarea de Filipo, por ejemplo, lugar de la confesión de fe de Pedro, lleva dos signos de dominio humano, el del emperador Augusto y el de Herodes Filipo. El gobernante o el héroe sobrepuesto a los ciudadanos, que le sirven de pedestal. Esta tendencia es común a los regímenes impositivos, cuyas reminiscencias encontramos, sin culpa de los próceres implicados, en títulos como San Miguel de Allende, Santiago de Arteaga, Cadereyta de Montes etcétera, modificando los de origen. A veces la suplantación es total.
La toponimia cristiana es para honrar a la ciudad o al lugar, donde el Santo llega como peregrino, huésped, misionero o servidor. Santiago se hace de Chile, de Cuba, de Compostela o de Querétaro; San Cristóbal de la Habana, San Agustín de Hipona, Santa Teresa de Ávila, la Madre Teresa de Calcuta, como San Pedro lo es de la Cañada o de Tolimán. Jesús no se avergüenza de ser de Nazaret. El santo cristiano no se apropia, sino que se identifica con la ciudad y la gente a la que sirve. Llega como gracia, no como imposición. Se hace «conciudadano de los santos», dirá Pablo, el de Tarso.

† Mario De Gasperín Gasperín
Obispo de Querétaro

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