jueves, 3 de julio de 2008

Comunión Querétaro N°542 06/julio/2008 Opinión

Para reflexionar...

Las cifras, importantes hasta cierto punto

Según una fuente nada sospechosa, el Anuario Pontificio, el número de musulmanes supera por primera vez al de católicos. Según los últimos datos los musulmanes serían 1.322 millones (el 19,2 de la población mundial) y los católicos 1.130 (el 17,4 de los habitantes del mundo). A las números como tales conviene hacer dos matizaciones: primera, mientras el número de católicos es reflejo de datos contrastados (a saber, los registros bautismales), las cifras de musulmanes se basan en estimaciones de aumento de población en sus respectivos países. Segunda, la comparación no es entre cristianos y musulmanes, sino entre católicos y musulmanes. No hay que olvidar que los musulmanes, como los cristianos, están divididos en diferentes ramas.
En todo caso, a mí las cifras no me impresionan. Me preocupa más la calidad religiosa de unos y otros. Porque hablar de católicos por el mero hecho de estar bautizado no me parece representativo de la fuerza de la fe. Ser católico es mucho más que estar inscrito en un registro parroquial. Incluso hay bautizados que reniegan de su fe. Lo que importa es la adhesión a Cristo, la acogida del Evangelio, la madurez de la fe, la fuerza de la esperanza y el compromiso del amor. Y eso siempre ha sido para minorías. Es lógico que así sea. Porque vivir el espíritu de las bienaventuranzas, o estar dispuesto a cargar con la propia cruz, en el seguimiento de Cristo, es sin duda para todos, pero no todos están dispuestos a vivirlo ya no digo hasta las últimas consecuencias, sino con un mínimo de coherencia.
Sobre cifras cabe hacer muchas lecturas. Algunos las aprovechan para decir que la vida religiosa o consagrada está envejecida. Me parece un dato irrelevante. Entre otras cosas porque pienso que este tipo de vida es para pocos. Y si en un momento dado, por circunstancias socio-económico-sociales hubo entradas numerosas, esos momentos tienen más bien carácter excepcional. Lo importante es la calidad de la vida cristiana y de la vida consagrada. Las cifras son importantes, pero no tanto.
Martín Gelabert Ballester, O.P.


El rincón de los jóvenes...


Decálogo para vivir un verano cristiano

1. Vive la naturaleza. En la playa, en la montaña, en la serranía, descubre la presencia de Dios. Alábalo por haberla hecho tan hermosa.
2. .Vive tu nombre y condición de cristiano. No te avergüences en verano de ser cristiano. Falsearías tu identidad.
3.Vive el domingo. En vacaciones, el domingo sigue siendo el día del Señor y Dios no se va de vacaciones. Acude a la eucaristía dominical. Tienes, además, más tiempo libre.
4.Vive la familia. Dialoga, juega, goza con ellos sin prisas, reza en familia. Asiste al templo también con ellos.
5. Vive la vida. La vida es el gran don de Dios. No hagas peligrar tu propia vida y evita riesgos a la vida de los demás.
6. Vive la amistad. Desde la escucha, la confianza, la ayuda, el diálogo, el enriquecimiento y el respeto a la dignidad sagrada de las demás personas.
7. Vive la justicia. No esperes que todo te lo den hecho. Otros trabajan para que tú tengas vacaciones. Ellos también tienen sus derechos. Respétalos y respeta sus bienes.
8. Vive la verdad. Evita la hipocresía, la mentira, la crítica, la presunción engañosa e interesada o la vanagloria.
9. Vive la limpieza de corazón. Supera la codicia, el egoísmo y el hedonismo. Vacación no equivale a permisividad.
10. Vive la solidaridad. No lo quieras todo para ti. Piensa en quienes no tienen vacaciones, porque ni siquiera tienen el pan de cada día. La caridad tampoco se toma vacaciones.

Voz sacerdotal...

VIII Encuentro Latinoamericano De CEB
(Comunidades Eclesiales de Base)

El Documento de «Aparecida», con un poco mas de un año de estar sirviendo como instrumento orientador y sugerente para el caminar de la Iglesia Latinoamericana y El Caribe, ha retomado la importancia de una de las experiencias eclesiales mas significativas en el Continente: las Comunidades Eclesiales de Base (CEB). El Documento reconoce, como uno de los lugares de comunión y formación cristiana, a las CEB, abiertas y vinculadas a la Parroquia y a la Diócesis para hacer discípulos y misioneros de Jesucristo. (No. 178-180).

El proceso de las CEB en el pasado ha sido duro y difícil, pero esta experiencia ha enseñado que es Dios quien marca los pasos y los tiempos. La integra una minoría, pero siempre con la convicción de que no caminan solas, porque nunca han faltado obispos y sacerdotes cercanos que con su testimonio y entrega asumen los riesgos que exige ser fieles al Evangelio en el tiempo y ante las circunstancias actuales.

El Espíritu de Jesús muerto y resucitado, hace que las CEB se renueven y revitalicen para seguir siendo servidoras del Reino, como Iglesia entre los más pobres y necesitados.

En nuestra diócesis con la anuncia y el apoyo del Sr. Obispo Don Mario Gasperìn fuimos sede del VII Encuentro Latinoamericano de CEB, en septiembre del 2004 y próximamente, del día 1 al 5 de julio de este año del 2008 se llevará a cabo el VIII Encuentro Latinoamericano en Santa Cruz, Bolivia., con el objetivo de Celebrar y animar el proceso de las Comunidades Eclesiales de Base en nuestro Continente para que sigan cuidando la vida y generando la esperanza del Reino.

Las CEB no han dejado de cuestionarse para replantear desde el Evangelio y las orientaciones del los señores obispos, expresadas y contenidas en el Documento de Aparecida, su presencia en la evangelización de nuestro Continente; la relación que existe entre las distintas identidades de CEB, los Movimientos, la posible formación de nuevas comunidades y el mismo concepto de Comunidad que se va enriqueciendo desde la realidad cambiante.

Las CEB en nuestro país, en su XVII Encuentro Nacional del 26 de febrero al 1 de marzo de este año del 2008 en Coatzacoalcos, Ver., se comprometió impulsar la defensa del agua y trabajar a favor de la ecología; reafirmó promover la cultura y la defensa de los Derechos Humanos; apoyar el trabajo de los jóvenes en CEB; fortalecer la Pastoral de Emigrantes; dinamizar los proyectos alternativos; favorecer una cultura de participación ciudadana; y dar seguimiento a las estrategias con indígenas y mujeres. Pastoralmente dinamizar el espíritu y compromiso misionero de las CEB e impulsar y fortalecer diversos ministerios.

Estos compromisos se están tratando de concretar en las CEB de la diócesis en el marco del Plan Diocesano de Pastoral para seguir caminando, conociendo y celebrando a Jesús, animando la vida de la comunidad cristiana e inculcando la conciencia de lo que significa ser cristiano en el tiempo y en las actuales circunstancias, como discípulos y misioneros de Jesucristo.
P. Gabino Tepetate Hernández.

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