miércoles, 28 de marzo de 2012

Comunión, Órgano oficial de la Diócesis de Querétaro, 1 de Abril de 2012 No. 737

Larga y fecunda peregrinación terrena
Monseñor Salvador Espinosa Medina, Vicario General de la Diócesis y Párroco de la Inmaculada Concepción de María, ha sido llamado el 21 de marzo a la Casa del Padre.

Monseñor Salvador Espinosa Medina, nació el 2 de agosto de 1928. Sus padres fueron el Sr. D. Valentin Espinosa Silis y la Sra. D. Guadalupe Medina Galván. Fue bautizado el día 6 de agosto de 1928. El 12 de diciembre de 1935 hizo su Primera Comunión.

Entró aI Seminario el 7 de enero de 1941. Recibió la Ordenación Sacerdotal de manos del Excmo. Sr. Obispo Dr. Don. Marciano Tinajero y Estrada el 3 de enero de 1954. Cantó su primera Misa solemne el día 4 de enero de 1954.

Llegó a su primera parroquia, Bernal, municipio de Cadereyta de Montes, el día 19 de diciembre de 1954, 3 meses después fue como Vicario Cooperador a la Parroquia de Colón, Qro., 6 meses después fue como Vicario Cooperador a San Juan del Río, Qro., y 8 meses después, el 2 de 1956 fue nombrado Vicario de la Divina Pastora, en el Barrio de San Francisquito. El día 19 de diciembre de 1958 fue nombrado prefecto de disciplina del Seminario Menor Diocesano.

En octubre de 1960 fundó e inauguró el »Preseminario». En julio de 1962 es nombrado Asistente Diocesano de las Señoritas de Acción Católica, J. C. F. M. En octubre de 1962 fue nombrado tesorero del Oficio Catequístico Diocesano.

En el año de 1963 fundó junto con la Madre Juanita Rizo, Catequista de Jesús Crucificado, de Guadalajara, la Escuela Catequística Diocesana. En julio de 1967 comenzó la Carrera de Licenciado en Psicología, la terminó en septiembre de 1971 y el 27 dc junio de 1975 se recibió como Licenciado en Psicología.

El 8 de diciembre de 1971 fue nombrado Asistente Nacional de las Señoritas de la Acción Católica, J. C. F. M.

De 1978 a 1985 fue profesor de medio tiempo y posteriormente director del Departamento Psicopcdagógico del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey Campus Querétaro, ITESM CQ. y director del Departamento de Orientación Psicopedagógica del mismo Instituto.

En abril de 1980 fue nombrado primer párroco de la Parroquia de María Madre de la Iglesia, en la Col. San Pablo.

En julio de 1985 fue a trabajar al Movimiento por un Mundo Mejor para preparar el 500 aniversario de la llegada de la Fe a Latinoamérica. El 16 de agosto de1987 fue nombrado Párroco de la parroquia de Tequisquiapan, Qro.

El 20 de noviembre de 1992 fue nombrado Vicario General de la Diócesis de Querétaro, por el Excmo. Sr. Obispo D. Mario De Gaesperín Gasperín. El 19 de febrero de 1993 fue nombrado por Su Santidad el Papa Juan Pablo II, Protonotario Apostólico Supernumerario con el título de Monseñor. El 20 de enero de 2011 el Excmo. Sr. Obispo D. Mario De Gasperín Gasperín erigió la Parroquia de la Inmaculada Concepción de María en la Segunda Sección de la Colonia Álamos y nombró ese mismo día 20 de enero de 2011 Primer Párroco al Muy Ilustre Mons. Lic. Salvador Espinosa Medina.

El 16 de julio e 2011 el Excmo. Sr. Sr. D. Faustino Armentáriz Jiménez ratificó en su cargo de Vicario General de la Diócesis de Querétaro a Mons. Lic. Salvador Espinosa Medina. Falleció el 21 de marzo de 2012.

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Dios bendiga a nuestro Santo Padre por visitarnos, por venirnos a confirmar en la fe, por traernos esperanza e invitarnos a la caridad y vivir en Paz

Nuestro señor Obispo Don Faustino Armendáriz Jiménez acompañado del señor Arzobispo Carlos Aguiar Retes Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano y del CELAM el 23 de marzo en la ceremonia de bienvenida a S. S. Benedicto XVI

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ACENTOS
LA VOZ DE NUESTRO SEÑOR OBISPO
† Faustino Armendáriz Jiménez.
IX Obispo de Querétaro
Hablando de los seguidores de Jesús

«Queremos ver a Jesús» fue la audiencia solicitada al apóstol Felipe que era de Betsaida de Galilea, una ciudad medio pagana; por ello, seguramente recibió muchas peticiones como esta en su camino. El verdadero discípulo no tiene problemas en mostrar a Jesús, como seguramente lo hizo Felipe, mas aun esa es su tarea, pues su vida es transparencia de la presencia de Dios. Para ver a Jesús se necesita que algún Apóstol conduzca a Jesús.

En el itinerario del discipulado, después de ver a Jesús, hay que conocer y creer en Jesús, a quien el evangelista describe a la luz y la experiencia de la Pascua, diciendo que quien quiera ser su discípulo, ha de estar dispuesto a seguirle y a compartir su suerte en la muerte y en la vida.
Jesús lo afirma de manera desafiante, contundente y provocativa: «Si el grano de trigo cae en tierra y no muere, queda infecundo; en cambio, si muere, da mucho fruto». Jesús es claro. No se puede engendrar vida sin dar la propia. No se puede hacer vivir a los demás, si uno no está dispuesto a «des-vivirse» por los otros. La vida es fruto del amor, y brota en la medida en que nos entregamos.

El caer en la tierra y morir es condición para que el grano libere toda la energía que tiene. El fruto comienza en el mismo grano que muere. El don total de sí es lo que hace que la vida de una persona sea realmente fecunda. Jesús está hablando de sí y está hablando de sus seguidores.

Hoy quiero recordar a uno de ellos, y a quien precisamente sepultamos en días pasados, a Mons. Salvador Espinosa Medina, a quien he conocido en edad avanzada, y que sin embargo en ningún momento disminuyó la marcha de su entrega, como reflejo de ese grano de trigo, que sembrado en el dinamismo acogedor de la tierra queretana, dio frutos con creces a lo largo de toda su vida sacerdotal; como Vicario General se conservó activo, con la alegría de un corazón limitado físicamente, pero jovial, enorme y abierto al amor a Dios y a la Iglesia, donde teníamos cabida todos los que a él nos acercábamos regalándonos una palabra de consejo, o la contundente afirmación de quien habla con la autoridad del testimonio. Desde su ordenación sacerdotal, hace 58 años, se sembró como semilla que se fue muriendo cada día sin detenerse por ningún obstáculo o resistencia. Maestro de tantas generaciones en el seminario, y pastor de muchas ovejas que recuerdan sus enseñanzas y que son testigos de su trascendente obra.

Días antes me mostró su preocupación de morir en una próxima cirugía, pero resaltó más su fe al decir «me pongo en las manos de Dios». Hoy el evangelio del grano de trigo se actualiza por el testimonio y los frutos de su vida sacerdotal. Que en paz descanse.

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SIGNOS VITALES
P. Gabino Tepetate Hernández
gabino_th@hotmail.com
Acontecimientos de la recta final de la Cuaresma y la Pascua

Hemos vivido la recta final de la cuaresma en nuestro país con acontecimientos trascendentales dignos de ser considerados, la visita de su Santidad Benedicto XVI (23 al 26 de marzo), el 32 aniversario de la muerte de Mons. Romero profeta y mártir (24 de marzo), el contexto electoral y desde luego la preocupación por la desigualdad económica, como la violencia son los grandes desafíos entre otros en nuestro país.

El Santo Padre Benedicto XVI para nosotros los católicos estamos convencidos que su presencia es un bálsamo para nuestro pueblo sufriente que no pierde la esperanza desde la fe de seguir buscando caminos de justicia y de paz para el bienestar de nuestra patria. Esta fe y esta esperanza en Jesucristo es el mensaje central del Santo Padre, que firme en su ministerio del cuidado y conducción de la fe ha venido convocando en su actividad programática a sustentar la primacía de la fe en Jesucristo, que es la fe de la Iglesia y de todos los cristianos, a la que todos pueden acceder, don de Dios que nos introduce en un itinerario de encuentro transformador, de alegría y entrega generosa al servicio de la dignidad humana y de un verdadero desarrollo y progreso integral de las familias y de los pueblos.

Reiteradamente el Santo Padre nos ha hecho notar que no hay que seguir «considerando la fe como un presupuesto obvio de la vida común». Este señalamiento que hace el Papa es claramente comprobable en los mal creyentes, indiferentes y en los que incluso rechazan y niegan explícitamente la fe y los valores que son inspirados en ella.

Este desafío eclesial requiere de una renovación profunda de la fe y el Papa ha venido a plantearnos con sus mensajes y con su testimonio el llamado a ser verdaderos discípulos y misioneros de Jesùs, a confirmar en la fe a nuestro pueblo creyente de México y a responder desde la fe a los problemas que aquejan a nuestro país. Una presencia que nos reanima a introducirnos con un espíritu renovado a celebrar la Pascua.

Mons. Romero un profeta y mártir de nuestros tiempos sembró en los corazones las esperanzas del pueblo salvadoreño, con una cuaresma intensa que lo llevó a celebrar la Pascua de Jesùs derramando su sangre como la de Cristo para tiempos nuevos del pueblo salvadoreño.

La familia de Dios que nace de la fe en Jesucristo honramos y veneramos a este hermano semilla de santos para nuestra Iglesia. La fe es más que una devoción es darse para que el pueblo viva. La pascua de Mons. Romero fue y sigue siendo una de las luces de la Iglesia que sigue iluminando la vida de muchos cristianos y cristianas.

El contexto electoral es un asunto político que para todos son tiempos coyunturales para decidir el rumbo de nuestro país, en el que la participación ciudadana consciente, responsable y libre «no recibe línea». Los cristianos como todo ciudadano tenemos que ejercer nuestro derecho de elegir a nuestros gobernantes, aquí tenemos que poner en practica una de las implicaciones sociales y políticas de nuestra fe.

La Cuaresma que nos ha preparado a esta Pascua Cristiana es un tiempo de gracia para renovarnos y renovar desde el corazón la vida y las estructuras que nos impiden una vida digna, justa y solidaria.

Todos estos acontecimientos son signos vitales de una sociedad dinámica, creyente y participativa y que como cristianos católicos forman parte de nuestro proceso de fe que nos ayudan a purificar, renovar, profundizar y celebrar la Pascua del Señor, nuestra pascua. Que Dios los bendiga.

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Homilia misa exequial Monseñor Salvador Espinosa Medina
Seminario Conciliar de Ntra. Sra. de Guadalupe, Santiago de Querétaro, Qro., 22 de marzo de 2012


Señor arzobispo: Venerados hermanos en el episcopado: Estimados hermanos presbíteros y diáconos: Miembros de la Vida Consagrada: Familiares y amigos, queridos fieles todos:
 
Al inicio de esta celebración eucarística hemos encendido el cirio pascual «Símbolo de Cristo glorioso y resucitado», que nos permite ver el marco en el que celebramos hoy las exequias de nuestro querido y venerado hermano Mons. Salvador Espinosa Medina, quien, a la edad de 84 años, terminó su larga y fecunda peregrinación terrena experimentando el amor de Dios mediante una vida de fe y de esperanza al servicio del Reino. Nos alegra el pensar que pertenece al grupo de aquellos que entregaron sin reservas su vida por el reino de Dios, y por esto confiamos en que ahora su nombre esté inscrito en el «libro de la vida».

En este contexto hemos escuchado la Palabra de Dios que nos revela cómo es que «Las almas de los justos están en las manos de Dios» (Sb 3, 1). La primera lectura, tomada del libro de la Sabiduría, habla de justos perseguidos, llevados injustamente a la muerte. Aunque su muerte —subraya el autor sagrado— se produzca en circunstancias humillantes y dolorosas, que parecen una desgracia, en verdad para quienes tienen fe no es así: «están en paz» y, aunque a los ojos de los hombres hayan sufrido castigos, «su esperanza está llena de inmortalidad»(vv.3-4). Separarse de los seres queridos es doloroso; el hecho de la muerte es un enigma cargado de inquietud, pero para los creyentes, como quiera que suceda, siempre está iluminado por la «esperanza de la inmortalidad». La fe nos sostiene en esos momentos humanamente llenos de tristeza y de desconsuelo: «La vida de los que en ti creemos, Señor, no termina, se transforma —recuerda la liturgia—; y al deshacerse nuestra morada terrenal, adquirimos una mansión eterna en el cielo» (Prefacio de difuntos). Queridos hermanos y hermanas, sabemos bien y lo experimentamos en nuestro camino, que en esta vida no faltan dificultades y problemas, pasamos por situaciones de sufrimiento y de dolor, por momentos difíciles de comprender y aceptar. Pero todo adquiere valor y significado si lo consideramos desde la perspectiva de la eternidad. Las pruebas, si las acogemos con paciencia perseverante y las ofrecemos por el reino de Dios, redundan en beneficio espiritual ya en esta vida y sobre todo en la futura, en el cielo. En este mundo estamos de paso y somos probados como el oro en el crisol, afirma la Sagrada Escritura (cf. Sb 3, 6). Asociados misteriosamente a la pasión de Cristo, podemos hacer de nuestra existencia una ofrenda agradable a Dios, un sacrificio voluntario de amor. En este corto tiempo, pero muy fecundo, puede constatar en la relación tan estrecha con Mons. Salvador, que la vida de consagración no tiene otro objetivo sino la de ser ofrecido como oblación pura y perfecta. Su vida ha sido sin dada un ejemplo de fidelidad, de fe y de amor a la Iglesia, buscando siempre estar vinculado en la obediencia y en el respeto por la autoridad a Dios, al Obispo y a la disciplina de la Iglesia. Hombre prudente y fiel a quien el Señor le confió no solo el don del sacerdocio, un don que ejerció en diversas comunidades.

El día 19 de diciembre de 1954 fue nombrado párroco en la Parroquia de San Sebastián en Bernal. Fue Vicario Cooperador en las Parroquias de San Francisco de Asís en Colón y San Juan del Río, Vicario Parroquial de la Divina Pastora en San Francisquito.

El día 19 de diciembre de 1958 fue nombrado Prefecto de Disciplina del Seminario Menor. En 1960 fundó el Preseminario, en 1962 es nombrado Asistente Diocesano de las Señoritas de Acción Católica, JCFM. En 1962 fue nombrado Tesorero del Oficio Catequístico Diocesano. En 1963 fundó junto con la Madre Juanita Rizo, Catequista de Jesús Crucificado, la Escuela Catequística Diocesana.

En 1967 comenzó la licenciatura en Psicología y se tituló en 1975. Fue nombrado Asistente Nacional de las Señoritas de la Acción Católica, JCFM, en 1971. Fue profesor de medio tiempo y director del Departamento Psicopedagógico del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey Campus Querétaro y director del Departamento de Orientación Psicopedagógica del mismo Instituto. En 1980, fue nombrado párroco en Santa María Madre de la Iglesia de San Pablo. En julio de 1985 fue a trabajar al Movimiento por un Mundo Mejor para preparar el 500 aniversario de la llegada de la Fe a Latinoamérica.
En 1987 es nombrado Párroco de la parroquia Santa María de la Asunción en Tequisquiapan. El 20 de noviembre de 1992 fue nombrado Vicario General de la Diócesis de Querétaro, por el Excmo. Sr. Obispo Don Mario de Gasperín Gasperín. El 19 de febrero de 1993 es nombrado por Juan Pablo II Protonotario Apostólico Supernumerario con el título de Monseñor. El 20 de enero de 2011 es nombrado Párroco en la Parroquia de la Inmaculada Concepción de María en Álamos. El 16 de julio de 2011 lo ratificó en su cargo de Vicario General de la Diócesis de Querétaro. Lo encomendamos ahora a la paternal bondad de Dios, que transfigurará su cuerpo en el cuerpo glorioso de Cristo. Al tributar al querido Monseñor Espinosa la última despedida, damos gracias al Señor por el bien que realizó y, al mismo tiempo, invocamos para él la misericordia divina.

El salmo responsorial y la segunda lectura, tomada de la primera carta de san Pedro, se hacen eco de las palabras del libro de la Sabiduría. Por un lado, el Salmo 122, retomando el canto de los peregrinos que van a la ciudad santa y después de un largo camino llegan llenos de alegría a sus umbrales, nos proyecta en el clima de fiesta del Paraíso; por otro, san Pedro nos exhorta a mantener viva en el corazón, durante nuestra peregrinación en esta tierra, la perspectiva de la esperanza, de una «esperanza viva» (1, 3). Frente a la inevitable caducidad de la escena de este mundo —observa— se nos hace la promesa de «una herencia incorruptible, inmaculada e inmarcesible» (1, 4), porque Dios nos ha regenerado, en su gran misericordia, «mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos» (1, 3). Por este motivo debemos estar «rebosantes de alegría», aunque por algún tiempo debamos sufrir la nostalgia de la pérdida humana. Porque si perseveramos en el bien, nuestra fe, purificada por muchas pruebas, resplandecerá un día en todo su esplendor y redundará en nuestra alabanza, gloria y honor cuando Jesús se manifieste en su gloria. Esta es la razón de nuestra esperanza, que ya nos colma «de alegría inefable y gloriosa», mientras estamos en camino hacia la meta de nuestra fe: la salvación de las almas (cf. vv. 6-8). La gracia divina derramada con abundancia sobre nosotros a través de la sangre redentora de Cristo crucificado, nos lava de las culpas, nos libera de la muerte y nos abre la puerta de la vida eterna. El Apóstol san Pablo dirá dirigiéndose a los efesios con fuerza: «Por gracia han sido salvados» (Ef 2, 5), por un don del amor sobreabundante del Padre que sacrificó a su Hijo. En Cristo el hombre encuentra el camino de la salvación, y también la historia humana recibe su punto de referencia y su significado profundo. En este horizonte de esperanza, pensamos hoy en Monseñor: se ha dormido en el Señor al término de una laboriosa existencia, en la cual profesó incesantemente la fe en este misterio de amor, proclamando a todos con la palabra y con la vida: «Por gracia ha sido salvado» (cf. Ef 2, 5).

Esta experiencia nos debe confirmar y fortalecer en la certeza de la oración sacerdotal que Jesús antes de padecer oró al Padre diciendo: «Padre, quiero que los que tú me has dado estén también conmigo donde yo esté» (Jn 17, 24). Esta ardiente voluntad salvífica de Cristo ilumina la vida después de la muerte: Jesús quiere que los que el Padre le ha dado estén con él y contemplen su gloria. Por tanto, hay un destino de felicidad, de unión plena con Dios, que sigue a la fidelidad con la hemos quedado unidos a Jesucristo en nuestro camino terreno. Será entrar en la comunión de los santos donde reinan la paz y la alegría de participar juntos en la gloria de Cristo. La luminosa verdad de fe de la vida eterna nos conforta hoy que damos la última despedida a un hermano Mons. Salvador, quien como uno de los discípulos fieles que el Padre dio a Cristo «para que estén con él»; estuvo «con Jesús» durante su larga existencia, conoció su nombre (cf. v. 26), lo amó viviendo en íntima unión con él, especialmente en los prolongados tiempos de oración, donde encontraba en la fuente de la salvación la fuerza para ser fiel a la voluntad de Dios, en toda circunstancia, incluso la más adversa. Esto lo había aprendido desde pequeño en su familia, gracias al luminoso ejemplo de sus padres Don Valentín y Doña Guadalupe, los cuales supieron crear en la familia un clima de profunda fe cristiana, favoreciendo en sus hijos, la valentía de dar testimonio de su fe, sin anteponer nada al amor de Cristo y haciéndolo todo para la mayor gloria de Dios.

Estamos muy agradecidos con Dios porque nos ha permitido «coincidir» en este periodo de la historia con el Padre Chava, su ejemplo de vida nos impulse para entregarnos cada día más con generosidad en la labor evangélica y evangelizadora. Queridos hermanos, esta es la mirada de fe que ha sostenido la larga vida de nuestro venerado hermano, y esta es la fe que ha predicado. Queremos dirigirnos a Dios, rico en misericordia, para que ahora la fe de Mons. Salvador Espinosa se convierta en visión, encuentro cara a cara con él, en cuyo amor supo reconocer y buscar el cumplimiento de toda ley. A la intercesión de la Madre de Jesús y Madre nuestra encomendamos su alma. Estamos seguros de que ella, Espejo de justicia, lo acogerá para introducirlo en el cielo de Dios, donde podrá gozar eternamente de la plenitud de la paz. Amén.

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Nuestra Diócesis de Querétaro en la visita de S. S. Benedicto XVI



Los jóvenes voluntarios de la Parroquia San Pedro La Cañada en su Servicio en la visita de S.S. Benedicto XVI


Cientos de queretanos participaron en la Santa Misa que presidio S. S. Benedicto XVI, el 25 de marzo en el Parque Bicentenario de Guanajuato, los boletos se distribuyeron en las parroquias.


Miguel Zarazúa Virula seminarista de cuarto de Teología del Seminario Conciliar de Querétaro, fue el encargado de detener el Báculo de su S. S. Benedicto XVI, en la Santa Misa del 25 de marzo en el Parque Bicentenario den Guanajuato.


Presentes también sacerdotes y seminaristas de nuestra Diócesis en el Parque Bicentenario de Guanajuato, fueron varias horas bajo el sol, hambre cansancio y frío, valió la pena.


El Diácono Juan Manuel Granados Olguín de nuestra Diócesis, proclamo el Evangelio Cantado en la Santa Misa que presidio S. S. Benedicto XVI, el 25 de marzo en el Parque Bicentenario de Guanajuato, muy buena representación de nuestra Diócesis, no sentimos orgullosos.

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Misa exequial Monseñor Salvador Espinosa Medina

El 20 de noviembre de 1992 fue nombrado Vicario General de la Diócesis de Querétaro, por el Excmo. Sr. Obispo Don Mario de Gasperín Gasperín.


«En este corto tiempo, pero muy fecundo, puede constatar en la relación tan estrecha con Mons. Salvador, que la vida de consagración no tiene otro objetivo sino la de ser ofrecido como oblación pura y perfecta». (Mons. Faustino Armendáriz)


El jueves 22, a las 13.00 hrs. tuvo lugar el funeral de cuerpo presente en el Seminario Conciliar de Nuestra Señora de Guadalupe que presidió el señor Obispo.


Momentos antes de la Concelebración Eucarística en la Capilla de Filosofía del Seminario, para ser llevado en procesión.


Antes de la celebración dos Diáconos colocaron sobre el féretro los ornamentos sagrados y la Palabra de Dios.


Concelebraron con nuestro señor Obispo, e el señor Arzobispo de Tuxtla Gutiérrez Monseñor Rogelio Cabrera los Obispo Eméritos Mons. Florencio Olvera Ochoa de Cuernavaca y Mons. Mario De Gasperín Gasperín de Querétaro.


Una Capilla del Seminario llena en su totalidad donde estuvieron presentes casi 200 sacerdotes, seminaristas, religiosas, amigos y familiares de Monseñor.


Los restos mortales de Monseñor Salvador Espinosa Medina fueron incinerados y por la tarde a las 19:00 hrs. fueron depositados en la Cripta del Seminario Conciliar.

POR MANUEL PAREDÓN / Noticias
El Vicario General de la Diócesis y Párroco de la Parroquia de la Inmaculada Concepción de María. Monseñor Salvador Espinosa Medina falleció el 21 de marzo, noticia que causó hondo pesar en la grey católica. Hacia el medio día fue ingresado al con la ayuda del Padre Arturo Thomas (Vicario parroquial de la mencionada parroquia) al Hospital San José y tan pronto como fue posible, se hizo llegar al señor Obispo D. Faustino Armendáriz Jiménez, quien se encontraba de visita en la Sierra, regresó rápida mente a la ciudad. Estaba programada para el sábado 24 una intervención quirúrgica para dar mantenimiento a su marcapaso.

Al confirmarse la gravedad de su salud, el Padre Joel Galván, le suministró los Santos Oleos, de inmediato llegaron al hospital el Vicario General de la Diócesis Mons. Javier Martínez y el Vicario de Pastoral Pbro. Fidencio López Plaza, el hermano de Monseñor, el Alejandro Espinosa y otros familiares. Minutos después de las 14.00 horas, se dio a conocer la noticia de que ya había sido llamado y había llegado a la Casa de Nuestro Padre Dios. La causa Infarto múltiple.
A las 18.45 horas, el cuerpo llegó al Templo Parroquial donde prestaba sus servicios. Minutos después, el señor obispo Emérito Don Mario De Gasperín Gasperín, ofició la primera misa, en su homilía llamó a Monseñor Espinosa un gran sacerdote.
A las ocho y media de la noche, el señor Obispo D. Faustino Armendáriz Jiménez, presidio la concelebración Eucarística ante los restos de Monseñor Salvador Espinosa Medina en la parroquia de la Inmaculada Concepción de María. En su homilía Monseñor Faustino Armendáriz exaltó su entrega generosa, su fidelidad a Dios, a la Iglesia y a su obispo: «Cuando recibí la noticia, dijo, pensaba que quiso acompañarme estos nueve meses como Vicario General para encarrilarme en la Diócesis con su consejo, sus motivaciones y sobre todo, con su testimonio.
El jueves, a las 10.00 horas, el Vicario General Javier Martínez, presidio la celebración de la Santa Misa, a las 13.00 hrs. tuvo lugar el funeral de cuerpo presente en el Seminario Conciliar de Nuestra Señora de Guadalupe que presidió el señor Obispo, una Capilla del Seminario llena en su totalidad donde estuvieron presentes el señor Arzobispo de Tuxtla Gutiérrez Monseñor Rogelio Cabrera los Obispo Eméritos Mons. Florencio Olvera Ochoa de Cuernavaca y Mons. Mario De Gasperín Gasperín de Querétaro, casi 200 sacerdotes, seminaristas, religiosas, amigos y familiares de Monseñor.

En la homilía Mons. Armendáriz afirmo: «Terminó su larga y fecunda peregrinación terrena experimentando el amor de Dios mediante una vida de fe y de esperanza al servicio del Reino. Nos alegra el pensar que pertenece al grupo de aquellos que entregaron sin reservas su vida por el reino de Dios, y por esto confiamos en que ahora su nombre esté inscrito en el «libro de la vida». Casi al termiino afirmo: «Estamos muy agradecidos con Dios porque nos ha permitido “coincidir” en este periodo de la historia con el Padre Chava, su ejemplo de vida nos impulse para entregarnos cada día más con generosidad en la labor evangélica y evangelizadora». (Homilía completa pág. 3)

Los restos mortales de Monseñor Salvador Espinosa Medina fueron incinerados y por la tarde a las 19:00 hrs. fueron depositados en la Cripta del Seminario Conciliar.

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Circulo Bíblico
Pbro. José Luis Salinas Ledesma
La Pasión del Señor (Domingo de Ramos) – Ciclo B

1. Lectura del texto: Mc 14,1-15,47
(Se pide la luz del Espíritu Santo)
Ven, espíritu creador, visita las almas de los fieles y llena de la gracia divina los corazones que tú mismo creaste. Tú eres nuestro consolador. Don del Dios Altísimo, fuente vivo, fuego, caridad y espiritualidad unción.

Tú derramaste sobre nosotros los siete dones. Tú el dedo de la mano de Dios. Tú el prometido del Padre. Tú que pones en nuestros labios los tesoros de tu palabra. Enciende en tu luz nuestros sentidos. Infunde tu amor en nuestros corazones y con tu perpetuo auxilio, fortalece nuestra débil carne. Aleja de nosotros al enemigo, danos pronto la paz, sé tu mismo nuestro guía, y puestos bajo tu dirección, evitaremos todo lo nocivo Por ti conozcamos al padre, y también al Hijo; y que en ti, espíritu de entre ambos, creamos en todo tiempo. Gloria a Dios Padre, y al Hijo que resucito, al espíritu Santo consolador por los siglos infinitos. Amen.

(Cada uno lee en su Sagrada Escritura
el texto)
Faltaban dos días para la fiesta de la pascua y de los panes Ázimos. Los sumos sacerdotes y los letrados buscaban apoderarse de él mediante un engaño para darle muerte. Pero decían no debía ser durante las fiestas, para que no se amotinase el pueblo. Estando él en Betania, invitado en casa de Simón el leproso, llego una mujer con un frasco de perfume de nardo puro muy costoso. Quebró el frasco y se lo derramo en la cabeza. Algunos comentaban indignados: «¿A qué viene este derroche de perfume? Se podía haberlo vendido por trescientos denarios para dárselos a los pobres.» Y la reprendían. Pero Jesús dijo: «Déjenla, ¿Por qué la molestan? Ha hecho una obra buena conmigo. A los pobres los tendrán siempre entre ustedes y podrán socorrerlos cuando quieran; pero a mí no siempre me tendrán. Ha hecho lo que podía: sea adelantado a preparar mi cuerpo para la sepultura. Les aseguro que en cualquier parte del mundo donde se proclame la Buena Noticia, se mencionará también lo que ella a hecho.» Judas Iscariote, uno de los doce, se dirigió a los sumos sacerdotes para entregárselo. Al oírlo se alegraron y prometieron darle dinero y él se puso a buscar una oportunidad para ello.

El primer día de los Ázimos, cuando se inmolaba la victima pascual, le dijeron los discípulos: «¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?» Él envió a dos de sus discípulos encargándoles: «Vayan a la ciudad y le saldrá al encuentro un hombre llevando un cántaro de agua, síganlo y donde entre, digan al dueño de la casa. ‘Dice el Maestro que donde esta la sala en que va a comer la cena de Pascua con sus discípulos.’ El les mostrara un salón en el piso superior, preparado con divanes. Preparen allí la cena.» (Salieron los discípulos, se dirigieron ala ciudad, encontraron lo que les había dicho y prepararon la cena de pascua.) Al atardecer llego con los doce. Se pusieron a la mesa y, mientras comían, dijo Jesús: «Les aseguro que uno de ustedes me va a entregar, uno que come con migo.» Entristecidos, empezaron a preguntarle uno por uno: «¿Soy yo?» Ellos empezaron a entristecerse y a decirle uno por uno: «¿Acaso soy yo?» Él les dijo: «Uno de los doce que moja conmigo en el mismo plato. Palabra del Señor.

Repasar el texto leído
(Se pregunta a los participantes y responden leyendo los versículos en su Biblia)
¿Faltaban dos días para cuál fiesta y que tramaban hacer los letrados y sumos sacerdotes? v.1 ¿Qué decían? v.2 ¿Dónde estaba él y quien llego a la casa de Simón el Leproso y que hizo? v.3 ¿Qué preguntan sus acompañantes? v.4 ¿Por cuánto se podía vender el perfume de nardo? v.5 ¿Qué responde Jesús? v.6 ¿Qué dice de los pobres y de él? v.7 ¿A qué se adelantó aquella mujer v.8 ¿Al llevar la Buena Nueva de quién se habla? v.9 ¿Quién se dirigió a los sumos sacerdotes? v.10 ¿Qué le prometieron? v.11 ¿Qué le dijeron los discípulos a Jesús? v.12 ¿A dónde mandó Jesús a dos de ellos? v.13 ¿Qué tienen que preguntar al dueño de la casa? v.14 ¿Qué tienen que hacer los discípulos? v.15 ¿Qué hicieron los dos discípulos? v.16 ¿A qué hora llegó Jesús con sus discípulos? v.17

Explicación del texto
La indicación cronológica del evangelista sitúa la conspiración de los dirigentes judíos contra Jesús en el calendario litúrgico hebreo; el miércoles que procede al viernes, día 15 del mes de Nisán, se trata únicamente de buscar, recurriendo al engaño, el modo de eliminarle; la decisión de acabar con él, había sido tomada ya desde el principio. El breve dialogo que las autoridades judías mantenían entre sí pone de manifiesto, además de su responsabilidad respecto a la muerte de Jesús, su confusión y su impotencia. A pesar de todos sus planes, Jesús será arrastrado y crucificado en plena fiesta de pascua, siendo precisamente él el cordero que con su sangre redentora proporcione al hombre la verdadera libertad.

El relato es como un rayo de luz que surgiendo de la obscura aldea de Betania, se proyecta sobre la oscuridad que reina en Jerusalén. la acción de aquella mujer anónima, expresa que, aún en medio del odio, el engaño y la traición, Jesús sigue siendo objeto de aprecio y de amor generoso. Este gesto de amor considerado por algunos como un despilfarro y una injusticia inferida a los pobres, es defendido y justificado por el mismo Jesús quien lo califica de «obra buena» adquiere todo su sentido en el contexto de la piedad judía y de sus ideas sobre la beneficencia, donde se hacia una clara distinción entre limosna y una obra buena de amor. Mientras que la limosna es algo que se da solo a los pobres, que atañe solo a los vivos y que implica solo la donación de una cierta cantidad de dinero, la obra de amor puede realizarse tanto sobre los pobres como sobre los ricos, puede dirigirse tanto a los vivos como a los muertos y exige siempre un compromiso personal, es decir la donación de uno mismo realizando una obra de amor con Jesús. Viendo aquel gesto como una «acción anticipada» para su sepultura, no solo lo sitúa entre las principales obras de amor, semejante a la de enterrar a los muertos, sino que lo eleva a rango de «evangelio», asegurando su difusión por todo el mundo precisamente cuando toda su vida parece estar abocada al fracaso.

Las palabras interpretativas de Jesús revelan una clara conciencia del futuro que le aguarda, un futuro que traspasa la barrera de la muerte. No es alguien que sea sorprendido por unos acontecimientos que llegan de improviso. El proyecto de los enemigos de Jesús puede hacerse realidad por el ofrecimiento y colaboración de Judas. Es la acción indigna de un discípulo. Dejando de ser discípulo de Jesús, Judas se convierte en discípulo de las autoridades Judías, compartiendo con ellos una misma «búsqueda» afanosa contra Jesús. Esta búsqueda, tiene el objetivo concreto de «entregar» a Jesús en manos de sus adversarios. Toda la atmosfera del relato contribuye a presentar a Jesús una vez mas como señor de los acontecimientos. No son acontecimientos los que salen a su encuentro y le dominan, es él quien conscientemente se acerca a ellos.

2. Meditación de texto
(Cada participante puede compartir su reflexión personal)
Nos encontramos a Jesús que no es extraño a las fiestas de su pueblo sino al contrario, aun judío fiel cumplidor de la ley manifestado por la participación de la fiesta de la pascua y de los panes Ázimos. Así como de la preparación de la misma. En el gozo que trae consigo la fiesta de pascua, en memoria de la liberación de Egipto del pueblo de Israel por parte de Dios, Jesús tiene que entrar la misión encomendada por su padre, mostrar que él es el Mesías de Dios, a través de la entrega de si mismo por todos los hombre y poner de manifiesto el amor del padre.

En este ambiente festivo Jesús sabe de las conspiraciones que hay encontrar de él por parte de los principales en el pueblo de Israel y mas bien de la traición de uno de sus discípulos. Jesús, pone de manifiesto la acción de aquella mujer, preludiando el acontecimiento grande de su muerte, ha sido ungido para que esté listo a la muerte. Jesús no es extraño ante la necesidad de los pobres al contrario el mismo se ha identificado con ellos, no haciendo alarde de su condición de Dios si no que se abaja por nosotros los hombres y mas aun asumir el vivir en una familia pobre a tal grado de ser llamado el hijo del carpintero; esta identificación de parte de Jesús es la aceptación que hace de ellos, pero en este momento es el culmen, por que tiene que partir al Padre y es necesaria la unción, de ahí que diga a los pobres los tendrán siempre y podrán socorrerlos cuando quieran pero a mi no siempre me tendrán.

En este mismo sentido Jesús no solo acepta a los pobres, para mostrar amor hacia ellos, sino que también al tener cercanía y dejarse unguir por una mujer, con ello se muestra no el rechazo a los pobres, ni a la mujer, que de una u otra forma no eran bien vistos en el pueblo de Israel, con ello da a conocer que Dios en la persona de Jesús acepta a todos y que para Dios nadie esta perdido por que Dios ha apostado por nosotros.

3. Compromiso personal y comunitario
(Cada participante puede proponer compromisos personales y comunitarios)
§Ser fieles a personas, ideas, vocación. §Poner amor ante toda norma. §Actuar coherente mente para ser testimonio ante la agente. §Que seamos fieles cumplidores de las enseñanzas de la Iglesia, viviendo lo que realmente da sentido a nuestra fe. §Creer en la palabra de Dios, porque Jesús es veraz. §Celebrar nuestras fiestas con un profundo sentido religioso y no solo de comercio y faltas de profundidad litúrgica.

4. Oración
(Se puede hacer alguna oración en voz alta donde participen quienes gusten dando gracias a Dios por la palabra escuchada. Se puede recitar algún Salmo o alguna oración ya formulada).

Te agradecemos padre bueno por habernos mandado a tu Hijo, que es la Palabra, para salvarnos, te suplicamos que siempre nos mires amorosamente, por que podemos fallarte y así traicionar el llamado que nos haces a vivir unidos a Ti; permítenos corresponder a tu amor a través de la escucha de tu Palabra y de la participación de tus sacramentos. Enséñanos a mirar la necesidades de los otros sobre todo cuando se encuentran en momentos difíciles de su vida, y no permitas que nos cerremos ante la necesidad de nuestros hermanos más necesitados. Amén.


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La Patrona de la Diócesis
(Segunda de dos partes)

En sección extraordinaria celebrada 2 de octubre de 1968 y después de considerar detenidamente las razones en el Comité Pro Patronato de Nuestra Señora de los Dolores de Soriano sobre la Diócesis se funda para solicitarlo, el M. I. y V. Cabildo Catedral, acordó adherirse a la petición para declarar y jurar a la Virgen María Patrona Principal de la Diócesis en esa hermosa y significativa Advocación y pedir después la confirmación de la Santa Sede.

El 19 de noviembre de 1968, en una carta dirigida al señor Obispo, los religiosos residentes en la Diócesis, le hacia saber que una vez recogidos los votos de los representantes de ellas y de las corporaciones religiosas le hacán la misma petición.

Mediante una carta pastoral del señor Obispo diocesano Don Alfonso Toriz Cobián, fechada el 6 de enero de 1969 hablaba de las razones por que la Imagen de Nuestra Señora de los Dolores de Soriano era elegida como Patrona y no así nuestra Señora del Pueblito: «Bien sabido es que la Santísima Virgen María en su título de Nuestra Señora del Pueblito, es Patrona principal de esta ciudad y de las parroquias de El Pueblito, La Cañada y Hércules. Podía trabajarse por extender su patronato a toda la diócesis, pero atendiendo a la gran devoción que se le tiene, sobre todo entre los campesinos, de los cuales es generalmente conocida en su advocación de Nuestra Señora de los Dolores de Soriano; a que este título es muy humano y consolador para los que, en una forma o en otra, sufren, hallando consuelo y fortaleza en ella; a la que la gente de las parroquias foráneas debe ser objeto de nuestra especial solicitud en sus necesidades espirituales y corporales. Nos ha parecido que sin dejar de reconocer cuanto debe Querétaro a la Virgen Santísima en la advocación de El Pueblito, y sin intentar menoscabar la devoción y cariño que se le tiene, nada perderá al declarar a Nuestra Señora de los Dolores de Soriano Patrona de toda la Diócesis, como sucede en otras Diócesis, en las cuales la Madre de Dios es Patrona de toda la diócesis bajo un título y de alguna de sus parroquias en otro, hemos decidido hacerlo». (Archivo Curia Diocesana).

El acto de la Jura del Patronato a nivel diocesano se había fijado pare el viernes 30 de mayo de 1969 en el Santuario de Soriano, pero se llevó a cabo el 18 de julio, se juro con extraordinaria solemnidad PATRONA PRINCIPAL DE TODA LA DIOCESIS A LA SENTISIMA VIRGEN MARIA EN SU ADVOCACION DE NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES DE SORIANO, como lo había pedido el M. I. y V. Cabildo y tal número de fieles de las parroquias de la Diócesis, que pudo decirse que toda ella lo solicitaba. Dicho juramento se hizo con entera espontaneidad y con grande fervor; mas, para que tuvieran valor jurídico, era condición indispensable que la Santa Sede, con autoridad suprema, lo confirmara. El Excmo. señor Obispo se apresuro a exponer al Santo Padre el Papa Paulo VI, los hechos que motivaron el juramento y a pedirle esa gracia.
El 21 de noviembre de 1969, por medio de una circular el Excmo. señor obispo anunciaba al Ilmo. y Rvmo. Mons. Arcediano y Vicario General de la Diócesis, al M. I. y V. Cabildo de la Santa Iglesia Catedral, al V. Clero Secular y Regular y a todos los diocesanos que había recibido un respetable documento en el que se concedía por parte de la Santa Sede la confirmación solicitada.

El breve dice:
El Excmo. señor Don Alfonso Toriz Cobían, Obispo de Querétaro, en la República Mexicana, aceptando los votos del clero y de los fieles cristianos de la Diócesis que tiene encomendada, rogó encarecidamente a Su Santidad que se dignará benignamente constituir y declarar Patrona principal de toda la Diócesis de Querétaro a la BIENAVENTURADA VIRGEN MARIA DE LOS DOLORES «de Soriano» , porque todos los fieles cristianos de la Diócesis hace ya mucho tiempo han profesado y profesan todavía singular devoción a la misma Madre de Dios, venerada con ese título.

En vigor de las facultadas que de manera especial le ha concedido el mismo Sumo Pontífice Paulo VI, la Sagrada Congregación para el Culto Divino, accediendo benignamente como gracia a esas preces, constituyó, declaró y confirmó Patrona Principal de toda la Diócesis de Querétaro delante de Dios a la BIENAVENTURADA VIRGEN MARIA DE LOS DOLORES «de Soriano» con todos los derechos y privilegios que según las rúbricas le corresponden. Sobre lo cual se expedirán las Letras Apostólica en forma de breve.

No obstando nada en contrario. De la ciudad del Vaticano, el día 31 de octubre de 1969.

Es así como el 31 de octubre de 1969, fue constituida y declarada por la Santa Sede, la BIENAVENTURADA VIRGEN MARIA DE LOS DOLORES «de Soriano» Patrona Principal de Nuestra Diócesis de Querétaro. La imagen tan querida y venerada de Nuestra Señora del Pueblito, y misionera de la ciudad episcopal, seguirá como hasta ahora Patrona principal de la Ciudad de Querétaro.

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Cápsula de Liturgia
CONGREGACIÓN PARA EL CULTO DIVINO Y LA DISCIPLINA DE LOS SACRAMENTOS DIRECTORIO SOBRE LA PIEDAD POPULAR Y LA LITURGIA PRINCIPIOS Y ORIENTACIONES CIUDAD DEL VATICANO 2002.
Capítulo VIII
SANTUARIOS Y PEREGRINACIONES

261. El santuario, tanto si está dedicado a la Santísima Trinidad como a Cristo el Señor, a la Virgen, a los Ángeles, a los Santos o a los Beatos, es quizá el lugar donde las relaciones entre Liturgia y piedad popular son más frecuentes y evidentes. «En los santuarios se debe proporcionar a los fieles de manera más abundante los medios de la salvación, predicando con diligencia la Palabra de Dios y fomentando con esmero la vida litúrgica, principalmente mediante la celebración de la Eucaristía y la penitencia, y practicando también otras formas aprobadas de piedad popular».

En estrecha relación con el santuario está la peregrinación, que también es una expresión muy difundida y característica de la piedad popular.

En nuestros días, el interés por los santuarios y la participación en las peregrinaciones, lejos de haberse debilitado por el secularismo, gozan de amplio favor entre los fieles.

Parece conveniente, en conformidad con los objetivos de este Documento, ofrecer algunas indicaciones para que, en la actividad pastoral de los santuarios y en el desarrollo de las peregrinaciones, se establezca y favorezca una relación correcta entre acciones litúrgicas y ejercicios de piedad.

El Santuario Algunos principios
262. Según la revelación cristiana, el santuario supremo y definitivo es Cristo resucitado (cfr. Jn 2,18-21; Ap 21,22), en torno al cual se congrega y organiza la comunidad de los discípulos, que a su vez es la nueva casa del Señor (cfr. 1 Pe 2,5; Ef 2,19-22).

Desde un punto de vista teológico, el santuario, que no pocas veces ha surgido de un movimiento de piedad popular, es un signo de la presencia activa, salvífica, del Señor en la historia y un refugio donde el pueblo de Dios, peregrino por los caminos del mundo hacia la Ciudad futura (cfr. Heb 13,14), restaura sus fuerzas para continuar la marcha.

263. El santuario, como las iglesias, tiene un gran valor simbólico: es imagen de la «morada de Dios con los hombres» (Ap 21,3) y remite al «misterio del Templo» que se ha realizado en el cuerpo de Cristo (Cfr. Jn 1,14; 2,21), en la comunidad eclesial (cfr. 1 Pe 2,5) y en cada uno de los fieles (cfr. 1 Cor 3,16-17; 6,19; 2 Cor 6,16).

A los ojos de los fieles los santuarios son:

- por su origen, quizá, recuerdo de un acontecimiento considerado milagroso, que ha determinado la aparición de manifestaciones de devoción duradera, o de testimonio de la piedad y el agradecimiento de un pueblo por los beneficios recibidos;

- por los frecuentes signos de misericordia que suceden en ellos, lugares privilegiados de la asistencia divina y de la intercesión de la Virgen María, de los Santos o de los Beatos;

- por la situación, con frecuencia aislada y elevada, y por la belleza, ya sea austera, ya exuberante de los lugares en los que se encuentran, signo de la armonía del cosmos y reflejo de la belleza divina;

- por la predicación que allí resuena, llamada eficaz a la conversión, invitación a vivir en la caridad y aumentar las obras de misericordia, exhortación a llevar una vida caracterizada por el seguimiento de Cristo.


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DE PARROQUIA EN PARROQUIA
Pbro. Reynaldo Huerta Cerna deparroquiaenparroquia@hotmail.com
Una experiencia con Monseñor Salvador Espinosa Medina

Transcribo casi al pie de la letra, un artículo que escribí a finales del año pasado, acerca de la Parroquia de «La Inmaculada Concepción de María», la cual fue la última gran obra del queridísimo Padre «Chava», que de Dios goce.

La parroquia inició como tal, el 20 de enero de este mismo año del 2011, cuando fue desmembrada de la parroquia de San Sebastián. La construcción del templo actual inició con la bendición de la «primera piedra» por el Excelentísimo Sr. Obispo, ahora emérito, Don Mario De Gasperín Gasperín, el 8 de diciembre del año 2007; en la misma fecha, dos años después exactamente (2009), se bendijo el templo. Quienes planearon y llevaron hasta su término la obra, fueron la arquitecta Jessica Alegría Izquierdo y el Arq. David Alegría Juaristi, pero «el alma» de la obra fue la Sra. Araceli González de Vega, quien actualmente sigue siendo la presidenta del patronato pro-construcción. Según se nos refirió que, hasta el año del 2007, solo había «un galerón» donde se celebraba la Santa Misa para los vecinos de la colonia «Álamos». De lo que tenían hace 4 años, a lo que tienen ahora, es la demostración práctica de que, cuando se quiere se puede, y de que, una comunidad realmente unida, es capaz de solucionar todos los obstáculos, aun los que pudieran encontrarse dentro de la misma Iglesia. El actual templo parroquial es una obra 100% moderna, que si contara con estacionamiento sería «perfecta».

Actualmente se encuentra en proceso de formación el Consejo Parroquial y todas las comisiones y dimensiones que conforman la Pastoral de la parroquia.

La reunión de decanato se desarrolló normalmente. Se trató de una junta extraordinaria, no solo porque no fue ordinaria, sino porque el ambiente de estudio fue muy ameno y por el tema que fue magistralmente expuesto, lográndose una gran participación de todos los asistentes. Cerramos la convivencia fraternal con una deliciosa comida que disfrutamos y que se sirvió por encargo del Señor Cura.

Después de la reunión, me fui al hospital Ángeles para visitar a Monseñor Salvador Espinosa Medina. No fue posible verlo, y en un segundo intento me informaron que ya lo habían dado de alta. Entonces me dirigí al Seminario Conciliar, que es el lugar donde vivía, pero tampoco estaba allá. Me informaron que se encontraba convaleciendo en la «Casa del sacerdote». Gracias al padre Daniel Martínez, el actual párroco de San Sebastián, pude localizar rápido a Monseñor Espinosa. Me llevé la grata sorpresa de encontrarlo muy recuperado, de hecho, gracias a Dios, se encuentra nuevamente al 100%, con su característico aplomo.

Estuve platicando «largo y tendido» con este sacerdote a quien, sinceramente, yo tanto quiero. El porqué, no necesito decirlo. Pero sé que, si alguien le hubiera preguntado, ¿por qué Reynaldo lo quiere tanto?, tal vez les hubiera contestado: «Porque cuando él era niño, siendo muy rebelde y travieso, yo le pegué, y gracias a eso, se logró corregir».

Me platicó algo que quisiera compartir con mis amables lectores. Estuvo hablando con mucho entusiasmo del acontecer de su ministerio sacerdotal. Helo aquí:
- A la edad de 25 años, el 3 de enero de 1954 fue ordenado sacerdote por el excelentísimo señor Obispo Don Marciano Tinajero. Su primera experiencia pastoral la desarrolló como vicario parroquial de Bernal, donde estuvo 3 meses. Otros tres meses estuvo en la parroquia de Colón.

­ En septiembre de 1955 llegó a la parroquia de San Juan del Río. Ahí permaneció 8 meses. En 1956 llegó como vicario parroquial a la parroquia de San Francisquito, donde estuvo 2 años y medio con el padre Agustín Saavedra, de feliz memoria. En 1958 llegó al Seminario Conciliar como prefecto de disciplina.

- En diciembre de 1959 fue nombrado «Promotor Vocacional». Él fue el primero con ese cargo.En 1962 «inventó» el Preseminario. Contra todo y contra todos, y dueño de una visión a futuro, inicia esta experiencia en una casa del barrio de Santa Ana. cinco años después, (en 1967), el excelentísimo Señor Obispo Don Alfonso Toriz Cobián (que de Dios goce), establece que, lo que ahora conocemos como «Seminario Menor», tenga el mismo esquema del «Preseminario» del «Padre Chava».

­ De 1967 a 1971 estudia la licenciatura en Psicología y trabaja como prefecto de disciplina del Seminario Menor. De 1971 a 1979 lleva a cabo un trabajo muy fecundo como Asistente Nacional de la JCFM (Juventud Católica Femenina Mexicana). Recorrió toda la República Mexicana trabajando incansablemente por los jóvenes. De 1980 a 1985 es nombrado Primer Párroco de San Pablo. En 1986 trabaja en el movimiento «Por un Mundo Mejor». En 1987 llega como párroco a Nuestra Señora de la Asunción de Tequisquiapan. El 12 de noviembre de 1992 es nombrado Vicario General de nuestra diócesis. El 20 de enero del 2011 es nombrado, además, primer párroco de La Inmaculada Concepción de María en la colonia Álamos.
¡DIOS NOS CONSERVE ALEGRES EN SU SANTO SERVICIO!

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