jueves, 1 de marzo de 2012

Comunión, Órgano oficial de la Diócesis de Querétaro, 4 de Marzo de 2012 No. 733

Escucha
http://www.radiocristorey.com/
La radio oficial de la Visita del Papa a México


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Agenda
X ENCUENTRO
DIOCESANO DE
AGENTES DE
PASTORAL
FAMILIAR

I ENCUENTRO DIOCESANO DE ANIMADORES VOCACIONALES
PARROQUIALES


19 de marzo
Auditorio Juan Pablo II
Instituto Providencia
Calle de la Capilla No. 9
Pueblito, Corregidora, Qro.

Llevar alimentos para compartir
Cooperación $25°° por persona
8:00 a 15:00 hrs.

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Séptimo aniversario de ordenación episcopal
Mons. Faustino Armendáriz Jiménez


La tarde del jueves 24 de febrero en el Seminario Conciliar, nuestro señor Obispo D. Faustino Armendáriz Jiménez, acompañado por Mons. Florencio Olvera Ochoa, Obispo Emérito de Cuernavaca, Mons. Salvador Espinosa Medina, Mons. Javier Martínez Osornio (Vicarios Generales de los Diócesis); mas de un centenar de sacerdotes, diáconos y seminaristas, dieron gracias a Dios por el séptimo aniversario de la Consagración Episcopal de nuestro señor Obispo. En su homilía afirmo: «Sin metáforas, mi tarea como Obispo es llevar el amor de Dios a todos, hoy con la grave responsabilidad de impulsar la misión permanente, sin tregua, con sacerdotes que aspiren a la santidad, con religiosas, religiosos y laicos enamorados de Dios. Pensar, ver y obrar desde su posición de Cristo y a partir de él estar a disposición de los hombres, para que encuentren la vida» (Homília completa Pág. 3). Al término de la concelebración, Mons. Faustino Armendáriz hizo la bendición del remodelado y modernizado comedor del Seminario.


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LA VOZ DE NUESTRO SEÑOR OBISPO
† Faustino Armendáriz Jiménez.
IX Obispo de Querétaro
Un «parte aguas» en el silencio

En una ocasión, Don Lucio nos comentaba como el Señor le había salido a su encuentro en la vida y le había transformado, de tal manera que ahora no puede dejar de hablar de su amor por Él, y de su experiencia que continúa viviendo en los caminos de la misión. Un encuentro que marco su vida, por ello tiene la valentía de decir que hay un «parte aguas» en su vida, y es precisamente el momento de encuentro con una persona, con Cristo.

Esta experiencia implicó tener la valentía de hacer un alto en el camino, es decir tener la disponibilidad de ir al desierto y dejar de lado tantos ruidos exteriores e interiores que tanto nos distraen, y escuchar la voz de quien es la vida y el camino.

Jesús busca, cuando desea comunicarse con su Padre, el silencio y la soledad; busca la tranquilidad para orar. Jesús es impulsado por el Espíritu al desierto, no para separarse del mundo sino que es colocando en el centro de la lucha que se desarrolla en el mundo, ya que en la tradición bíblica el desierto es lugar de prueba y tentación, morada del mal. Pero también es lugar de encuentro con Dios, de oración, de descanso, de decisiones, de experiencias divinas.

Es posible superarlas, no solos, sino con la fuerza del Espíritu Santo que ya tenemos desde nuestro bautismo; el Señor afronta esta prueba precisamente después de haber recibido el bautismo y nos da la lección de que por ello puede afrontar en el desierto al adversario.

En el desierto del silencio se experimenta el enfrentamiento con Satanás y, al mismo tiempo, la ayuda de Dios; se vive en la lucha y al mismo tiempo se encuentra la paz. Esta es la realidad en que también a nosotros nos introduce el Espíritu.

En el silencio nos damos la oportunidad de hablar con Dios; es valioso que hablemos de Dios, pero solamente teniendo como base y referencia el hablar con Dios. Para ello vale la pena «hacer» nuestro desierto, que sin duda para muchos en nuestro tiempo no son apetecibles, y más aun, seguramente, a más de uno le puede producir terror y pánico. Vale la pena recorrer nuestra historia en el silencio, y dejar que Dios la recorra con nosotros para hacer de ella una historia de salvación.

Madre Teresa de Calcuta, la enamorada de Dios y del silencio invitaba a experimentarlo de la siguiente manera: «Las almas de oración son almas de gran silencio… escucha en silencio, porque si tu corazón está lleno con otras cosas, no podrás escuchar la voz de Dios… Estar a solas con Él, no con nuestros libros, pensamientos y recuerdos, sino despojados por completo de todo, permanecer amorosamente en su presencia, silenciosos, vacíos, ansiosos e inmóviles. No podemos encontrar a Dios en medio del ruido o de la agitación».

La invitación es a que, en el discernimiento maduro nos despojemos de «nuestro valioso» tiempo y dedicarle momentos largos al silencio con Dios; quitarle tiempo a la muy «justificada» inversión de horas delante de pantallas de cualquier tipo y abrir ventanas a la contemplación.

Jesús lo hacía con sus discípulos como base de la misión salvadora. Don Lucio le apostó al desierto (retiro de evangelización) y lo tiene como una valiosa referencia que transformó su vida.

Cuaresma es propuesta de escuchar a Dios; es propuesta de silencio… ¡Ánimo!

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SIGNOS VITALES
P. Gabino Tepetate Hernández. gabino_th@hotmail.com
La cuaresma una llamada a la conversión

La cuaresma es la propuesta de preparación que nos hace la Iglesia para celebrar la Pascua de Jesùs. Es un periodo temporal simbólico, con fundamentos bíblicos y de una milenaria tradición viva de la Iglesia. Este recorrido espiritual que se realiza año con año de preparación a la Pascua, resalta y actualiza solemnemente el contenido central de la fe cristiana: la muerte y resurrección de Jesùs.

La llamada a la conversión es una nota característica de este tiempo cuaresmal y un imperativo permanente para el seguimiento de Jesùs, crean y cambien porque el Reino de Dios ya esta entre ustedes (Cfr. Mc. 1,15), un cambio que inicia desde el interior y es generadora de nuevas realidades, es decir, un cambio que nos ubica en el camino de una vida en Dios, de fe, de hermandad, de reconciliación, de justicia social y de una profunda esperanza en el Dios de la vida y en la buena voluntad humana.

Algunos analistas sociales a los cambios constante que ofrece nuestra sociedad actual, le llaman estado de cambio y se manifiesta en lo que hoy es y mañana ya no, es decir, abunda lo provisional y lo pasajero, las novedades, todo para seguir fomentando, en algunos casos, ideologías y practicas mercantilistas, trastocando las culturas de los pueblos. El cambio en este sentido es algo de todos los días, pero evidentemente distinto al llamado de Jesùs. Hay otros cambios que se asemejan mas al sentido religioso, los que se refieren a cuestiones humanistas y a un auténtico compromiso por la justicia social, como por el progreso y el respeto a la diversidad cultural de los pueblos.

También es importante resaltar que como seres humanos, algo que nos caracteriza, es que somos sujetos de cambio, pero no siempre para responder favorablemente a nuestro desarrollo y crecimiento humano y espiritual, ya que las debilidades y sobre todo las decisiones egoístas y mal intencionadas, moralmente hablando y los efectos del mal social nos influyen y terminan atrapándonos hasta convertirnos conscientemente en portadores de ideologías y practicas que atentan contra nuestra condición humana y contra nuestra dignidad de ser hijos de Dios e impiden en consecuencia, una convivencia social justa y pacifica. Que en lenguaje religioso se le llama pecado.

Pero, el cambio en sentido religioso, lo que se entiende por conversión cristiana surge de un encuentro y de una experiencia intima con la persona de Jesucristo, que descubre y ofrece un nuevo horizonte y sentido a la vida, transformando la mente y el corazón. Es el proceso en el que sólo Dios recrea a través de la fe y la apertura humana para este horizonte nuevo del camino de la vida en Dios. Esta conversión interior es un proceso de vida espiritual permanente de parte del pueblo de Dios, de los discípulos misioneros y es importante reiterar, que sólo Dios puede darnos esa vida nueva, renovarnos en espíritu y en verdad y marginar a Dios nos hace presa fácil del pecado y tardos para las obras de amor, de bien y de verdad.

Por lo tanto, necesitamos tiempos fuertes para la conversión, la Cuaresma, es un tiempo especial, una nueva llamada para nuestra conversión personal, familiar, organizacional, institución e incluso gubernamental, porque la dimensión social es parte fundamental para retomar el camino de la reconciliación, de la justicia social y de la paz, para encaminarnos a celebrar con espíritu renovado la FIESTA DE LA PASCUA DEL SEÑOR.

Que Dios los bendiga.

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Celebración Eucarística por el 7° Aniversario de Consagración Episcopal
Queridos hermanos sacerdotes diocesanos y religiosos, muy queridos seminaristas, hermanos y hermanas en el Señor:

1. Saludo con grande gozo y afecto en el Señor a todos ustedes, quienes el día de hoy se han congregado en este lugar tan significativo para todos, el Seminario, para ofrecer junto conmigo, el sacrificio de acción de gracias al Dios grande y bueno, por el don del episcopado que ha confiado en mi persona y que reconozco como un don al servicio del pueblo de Dios, movido por su gracia, la cual me ha sostenido y acompañado durante estos ya siete años de servicio episcopal. Gracias a todos ustedes por sus oraciones y su disposición a colaborar en esta tarea que no es mía sino de Jesucristo, el Gran Pastor de las Ovejas (Jn 10,11).

Su presencia hoy es un testimonio visible de su compromiso gozoso para vivir la fe, en comunión con toda la Iglesia y con el sucesor de los apóstoles en esta Iglesia Diocesana, y de ser anunciadores valientes del Evangelio. Gracias por sus oraciones. Desde aquí, expreso también mi gratitud a quienes serví durante mas de seis años en Matamoros; gracias por su apoyo en la oración y sus manifestaciones de afecto espiritual. Agradezco a Mons. Salvador Espinosa Medina, las amables palabras que ha tenido a bien dirigirme en nombre de todos ustedes. Gracias Monseñor.

2. El día de ayer hemos dado inicio al itinerario cuaresmal que la Iglesia nos propone como un camino de conversión y de regeneración cristiana, que nos permita llegar a la gran fiesta de la pascua, donde celebraremos el triunfo del Señor resucitado, y renovaremos nuestro compromiso bautismal. Indudablemente que quien nos irá marcando la pauta y el recorrido es la Palabra de Dios, vivida y celebrada en la liturgia de la Iglesia.

3. En esta solemne liturgia hemos escuchado del evangelio según san Lucas, un trozo paradigmático que toca la medula de la existencia cristiana. Y que representa la novedad en el seguimiento de Jesús. «si alguno quiere acompañarme que no se busque así mismo que tome su cruz de cada día y me siga» (Lc 9, 23). La gloria de Cristo pasa primero por la cruz. Y pasa por la cruz como consecuencia de su manera de vivir la misión. La cruz de Jesús no es un accidente, tampoco una equivocación. Los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, asesinaron a Jesús porque no podían tolerar más su forma de vivir. Porque estorbaba y amenazaba su poder. Jesús representaba una propuesta absolutamente distinta de vida buena y justa: el reino de Dios. Una alternativa al sistema dominante de la «normalidad de la vida», cuyos valores e ideología se hallaba diametralmente opuesta al querer de Dios. Cuando Jesús anuncia su muerte, no está diciendo otra cosa que asumirá consecuentemente su vida justa y solidaria. Pero, no anuncia sólo su muerte, anuncia también su resurrección. Resurrección que sólo vendrá como consecuencia de su muerte en la cruz. El resucitado es el crucificado. El crucificado es el encarnado. En otras palabras, por la encarnación a la crucifixión y por la crucifixión a la resurrección.

4. «Tomar la cruz» no es otra cosa que asumir el proyecto de vida que Jesús nos mostró a través de su encarnación. La cruz es el resultado de decisiones voluntarias y compromisos escogidos al querer seguir a Jesús. Cargar la cruz es un estilo de vida cotidiana como resultado de enfatizar los valores del reino, de escoger una ética de justicia y de solidaridad, y de comprometerse con el proyecto de Dios en la transformación del mundo. ¿Cuál es, entonces, el camino que debe recorrer quien quiere ser discípulo? Es el camino del Maestro, es el camino de la total obediencia a Dios. Seguir a Cristo como discípulo es vivir como condenados a muerte por el mundo (2 Cor 4,10), dispuestos cada día a afrontar el desprecio de todos. Pero lo característico de esta muerte concreta es conducirnos ala verdadera vida.

5. Por eso Jesús en otro pasaje pregunta a Santiago y a Juan: ¿están dispuestos a compartir mi opción de realizar hasta el final la voluntad del Padre? ¿Están dispuestos a recorrer este camino que pasa por la humillación, el sufrimiento y la muerte por amor? Los dos discípulos, con su respuesta segura, «podemos», muestran, una vez más, no haber entendido el sentido real de lo que les promete el Maestro. Y de nuevo, Jesús, con paciencia, les hace dar un paso más: ni siquiera experimentar el cáliz del sufrimiento y el bautismo de la muerte les da derecho a los primeros puestos porque estos son «para aquellos para los cuales han sido preparados», está en las manos del Padre celestial; el hombre no debe calcular, debe simplemente abandonarse en Dios, sin pretensiones, conformándose a su voluntad.

6. El señor pone ante nosotros la vida y la muerte, pidiéndonos tomar una decisión y ratificarla día tras día. Se trata de una opción que no es evidente, ya que Jesús lo indica con una paradoja: a la vida según Dios, a la vida que es Dios, se llega negándonos a nosotros mismos, llevando nuestra cruz cada día tras el Maestro, aceptando perder por él la vida presente. Nuestra vida queridos hermanos sacerdotes y seminaristas es una disposición radical a seguir a Cristo hasta el final, no es un esfuerzo moral por mejorar el propio carácter o las propias costumbres.

7. No es fácil responder con un sí decidido a la invitación, que no deja lugar a ilusiones: «El que quiera seguirme…». Sin embargo, si aparece clara la perspectiva de sufrimiento incluida en el seguimiento, no aparece menos clara la meta final: la resurrección, salvar la vida, una vida en plenitud sin parangón con ganar el mundo entero. Optamos, pues, por la vida amando al Señor, obedeciendo su voz y manifestándonos unidos a él: si con él logramos atravesar la muerte a nosotros mismos cada día, con él experimentaremos desde ahora el inefable gozo de la resurrección y de la vida con él.

8. ¿Cómo puede describir su experiencia a lo largo de estos siete años? Es una pregunta que hoy y cada aniversario afronto y que la quiero responder, en esta ocasión, con palabras de su Santidad Benedicto XVI, las cuales asumo y creo que de alguna manera reflejan mi esfuerzo permanente en este servicio y el de todo Sacerdote, en el nombre de Cristo: «En el texto griego la palabra «guardián» (1 P 2, 25) se expresa con el término epíscopos (obispo). Un poco más adelante a Cristo se le califica como el Pastor supremo, archipoimen (1 P 5, 4). Sorprende que san Pedro llame a Cristo mismo «obispo», «obispo de las almas». ¿Qué quiere decir con esa expresión? En la raíz de la palabra griega «episcopos» se encuentra el verbo «ver»; por eso, se suele traducir por «guardián», es decir, «vigilante». Pero ciertamente no se refiere a una vigilancia externa, como podría ser la del guardián de una cárcel. Más bien, se entiende como un «ver desde lo alto», un ver desde la altura de Dios. Ver desde la perspectiva de Dios es ver con un amor que quiere servir al otro, que quiere ayudarle a llegar a ser lo que debe ser. Cristo es el «obispo de las almas», nos dice san Pedro. Eso significa que nos ve desde la perspectiva de Dios. Contemplando desde Dios, se tiene una visión de conjunto, se ven los peligros al igual que las esperanzas y las posibilidades.

Desde la perspectiva de Dios se ve la esencia, se ve al hombre interior. Si Cristo es el obispo de las almas, el objetivo es evitar que en el hombre el alma se empobrezca; hacer que el hombre no pierda su esencia, la capacidad para la verdad y para el amor; hacer que el hombre llegue a conocer a Dios, que no se pierda en callejones sin salida, que no se pierda en el aislamiento, sino que permanezca abierto al conjunto. Jesús, el «obispo de las almas», es el prototipo de todo ministerio episcopal y sacerdotal. Desde esta perspectiva, ser obispo, ser sacerdote, significa asumir la posición de Cristo. Pensar, ver y obrar desde su posición elevada. A partir de él estar a disposición de los hombres, para que encuentren la vida. Así, la palabra «obispo» se acerca mucho al término «pastor»; más aún, los dos conceptos se pueden intercambiar. La tarea del pastor consiste en apacentar, en cuidar la grey y llevarla a buenos pastos. Apacentar la grey quiere decir encargarse de que las ovejas encuentren el alimento necesario, de que sacien su hambre y apaguen su sed. Sin metáfora, esto significa: la Palabra de Dios es el alimento que el hombre necesita. Hacer continuamente presente la Palabra de Dios y dar así alimento a los hombres es tarea del buen pastor. Y este también debe saber resistir a los enemigos, a los lobos. Debe preceder, indicar el camino, conservar la unidad de la grey» (En la toma del palio. Junio de 2009). Sin metáforas, mi tarea como Obispo es llevar el amor de Dios a todos, hoy con la grave responsabilidad de impulsar la misión permanente, sin tregua, con sacerdotes que aspiren a la santidad, con religiosas, religiosos y laicos enamorados de Dios. Pensar, ver y obrar desde su posición de Cristo y a partir de él estar a disposición de los hombres, para que encuentren la vida.

9. Durante estos ya casi 30 años de vida sacerdotal y 7 de servicio episcopal, he podido experimentar la certeza de estas cosas, he podido ser consciente que vivimos para Aquel que muriendo por nosotros, es la Vida; morimos a nosotros mismos para vivir para Cristo, pues no podemos vivir para él si antes no morimos a nosotros mismos, a nuestra propia voluntad. Somos de Cristo no de nosotros. Morimos pero morimos en favor de nuestro pueblo, en favor de que los fieles tengan vida, porque la Vida muere en favor de los que están muertos. Ninguno puede morir a sí mismo si Cristo no vive en él. Si Cristo vive en él, ninguno puede vivir para sí. ¡Vive en Cristo como Cristo vive en ti! Se ama a sí mismo quien se odia así mismo para su bien.» San Juan Crisóstomo escribe: «Él, es mi báculo, él es mi seguridad, él, es mi puerto tranquilo. Aunque se turbe el mundo entero, yo leo esta su palabra escrita que llevo conmigo, porque ella es mi muro y mi defensa. ¿Qué es lo que ella me dice? Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo». (De las homilía de san Juan Crisóstomo antes de partir al exilio, 1-3).

10. Finalmente, quiero reiterar mi consagración episcopal y la de toda nuestra querida Diócesis de Querétaro al Corazón Inmaculado de María; le pido también que sostenga con su intercesión la tarea de la misión permanente y acoja bajo su manto a todo nuestro Presbiterio y nuestro Seminario; pedimos también al Señor que nos conceda ser, siguiendo sus huellas, buenos pastores, «no forzados, sino voluntariamente, según Dios (...), con prontitud de ánimo (...), modelos de la grey» (1P 5, 2-3). Amén.

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La Palabra y Yo

El Pbro. José Wenceslao Ferrusquía Navarrete, Párroco de la Parroquia de Nuestra Señora de la Esperanza, Fracc. Santa Sofía, Corregidora Qro., presento el cuaderno titulado «La Palabra y Yo», camino hacia la íntima comunión con Dios, el cual es un instrumento útil para iniciarse en el hábito de la lectura de la Palabra de Dios y lograr así vivir en contacto diario la íntima comunión con Dios, disfrutando del exquisito manjar para el espíritu que ofrece la Palabra.

El método
1.- Se sigue el itinerario del ciclo litúrgico, tomando el evangelio de cada día, más una lectura adicional en este caso es el salmo.

2.- Después de leer la lectura principal, que es el evangelio, se debe seguir cuatro pasos:

a) Paso 1 : Escribe el versículo que te llamó más la atención. Tiene como intención hacer el doble ejercicio de leer y escribir, anotando el número de versículo y escribiéndolo textualmente, para poder grabárselo en la mente y el corazón. Trata de memorizar y citar ese versículo, para que quede grabado en tu mente y en tu corazón.

b) Paso 2: ¿Qué mensaje te deja la Palabra?
Esta pregunta ayuda a asumir el mensaje que contiene la Palabra, se trata de hacerlo tuyo, de ser consciente de que Dios te habla a tí.

c) Paso 3: ¿Cómo lo aplicarás a tu vida? Pretende encontrarle una aplicación práctica, actual que responda a tus necesidades, que ayude a corregir lo que se tenga que corregir en tu vida, a comprometerte con los demás, a fin de que la Palabra se encarne en tí.

d) Paso 4: Escribe una oración inspirada en la Lectura.
Busca que la Palabra se convierta en tu palabra, que la Palabra se haga oración y que la oración sea alabanza, agradecimiento, súplica, intercesión.

Con esta sencilla metodología y la voluntad de ser constantes en la lectura de las Sagradas Escrituras, lograremos andar por los caminos de la íntima comunión con Dios.

Puede adquirirse en Alejandría No.2 esq. con Avenida Candiles  A.P. 69 Fracc. Santa Sofía, Corregidora Qro. Tel 442 477 79  93.

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Presentación del libro misionero por Karina Conde

Dentro del séptimo aniversario episcopal de Monseñor Faustino Armendáriz Jiménez, se llevó a cabo la presentación del libro «Misionero», escrito por la periodista matamorense Karina Conde. La obra es una narrativa sobre la labor misionera del señor Obispo durante su apostolado en la Diócesis de Matamoros. El evento se llevó a cabo el día 24 de febrero, en el Museo Casamata, en donde asisitió Monseñor Faustino Armendáriz y autoridades eclesiásticas. El libro Misionero, destaca la misión y entrega de quien fuera por 6 años Obispo de la Diócesis de Matamoros. La periodista Karina Conde ha colaborado en diversos medios de comunicación, en el año del 2006 presentó su primer libro «67 Poemas de Amor». Seguramente será una buena lectura, una literatura escrita desde la perspectiva de una periodista.

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¿40 días la cuaresma? Al contar me salen más días
La Cuaresma dura cuarenta días. Comienza el miércoles de ceniza y termina el jueves santo por la tarde-noche, antes de la Misa «en la Cena del Señor». También cabe decir que la liturgia considera el Jueves a la noche, con el Viernes Santo, Sábado Santo y Domingo de resurrección, como el Corazón del Año Litúrgico, lo que llamamos el «Triduo Pascual».

Comienza este Triduo con la Misa «en la Cena del Señor», y culmina con la Vigilia Pascual el sábado a la noche y el domingo de Resurrección. No olvidemos que la costumbre judeo cristiana considera el día comenzado en sus vísperas.

Inicialmente, la Cuaresma iba desde el Primer Domingo de Cuaresma al Jueves Santo, pero a raíz de una reforma litúrgica, se descontaron los domingos, por considerarlos pascuales. Este año 1°. Domingo de Cuaresma: domingo 26 de febrero. 2°. Domingo de Cuaresma: domingo 4 de marzo. 3°. Domingo de Cuaresma: domingo 11 de marzo. 4°. Domingo de Cuaresma: domingo 18 de marzo. 5°. Domingo de Cuaresma: domingo 25 de marzo. Para redondear nuevamente el número 40, se añadió a la Cuaresma los días que van del Miércoles de Ceniza hasta el Primer Domingo de Cuaresma. De esta manera salen los 40 días.

Por lo que, actualmente, la Cuaresma va, según lo dicho más arriba, desde el Miércoles de Ceniza hasta el Jueves Santo excluida la noche con la Misa de la Cena del Señor, donde comienza el Triduo Pascual. Sentido de la Cuaresma. A lo largo de este tiempo, sobre todo en la liturgia del domingo, hacemos un esfuerzo por recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes que debemos vivir como hijos de Dios. La cuaresma es un gran ejercicio espiritual para ponernos en forma para festejar los 50 días pascuales.

La Cuaresma es un medio, nunca un fin. El fin es la Pascua, la Resurrección, la Vida Feliz y para siempre. El color litúrgico de este tiempo es el lila, que significa preparación. Es un tiempo de reflexión, de silencio y retiro si es posible, de desapego de las cosas, de conversión espiritual a Jesús; tiempo de preparación al misterio pascual, a lo definitivo, a la realidad total a la que tendemos.

La Cuaresma es un camino hacia la Pascua, que es la fiesta más importante de la Iglesia por ser la resurrección de Jesús, la experiencia fundamental del ser cristiano. La novedad cristiana. La Cruz es una cara de la moneda. La otra es la Pascua. No hay cruz sin resurrección, ni resurrección y gloria sin sufrimiento ni dolor. Pero la gloria es lo definitivo. El sufrimiento, la enfermedad y el mal son pasajeros.

La duración de la Cuaresma está basada en el símbolo del número cuarenta en la Biblia.

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Prot. N°. 13/2012
Circular N°.8/2012

Asunto: Sobre la
Cuaresma


A los hermanos Presbíteros,
a los miembros de la Vida Consagrada
y a todos los fieles de la Diócesis de Querétaro:

La cuaresma es un tiempo oportuno para renovar nuestro camino de fe y de seguimiento del Señor como Discípulos Misioneros, es tiempo de intensificar la oración, el ayuno y el deseo de compartir con los demás. En este itinerario de fe nos ayudan la Palabra de Dios y los Sacramentos, especialmente la Sagrada Eucaristía y la Reconciliación.

El Santo Padre Benedicto XVI en su mensaje de cuaresma comenta un texto de la carta a los hebreos: «Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras» (10,24). En el que nos exhorta a ser responsables de los demás, a fijar la mirada en el otro, especialmente en Jesús y a no mostrarnos extraños e indiferentes dejando a su suerte al hermano, a ocupamos no solo de su bien material sino también espiritual, sobre todo con la práctica de la corrección fraterna en vistas a su salvación eterna. Al don de la reciprocidad porque unidos a Cristo en la Eucaristía nuestra vida entra en comunión con la de los demás, en cierto modo, ellos nos pertenecen; la práctica del ayuno, la oración y la limosna radican en esta comunión. A caminar juntos hacia la santidad hasta alcanzar la plena madurez en el amor y las buenas obras.

El mundo exige de nosotros un testimonio renovado de amor y fidelidad a Jesús, todos debemos entrar a competir en la caridad, en el servicio a los demás, y en las buenas obras. Por ello señalo algunas orientaciones que ayuden en el fortalecimiento de la vida cristiana en este tiempo: la practica del sacramento de la reconciliación y la Eucaristía, el conveniente ayuno, también los viernes de toda la cuaresma, la oración con la lectura orante de la Palabra de Dios, el fortalecimiento de la conciencia misionera comprometiéndonos en salir a anunciar el amor de Dios, porque a Misionar se aprende misionando; es así como detectaremos y nos fijaremos en las necesidades de nuestros hermanos en la comunidad para dar una respuesta a los mas necesitados, y hacer realidad el mandamiento de la caridad.

Que el tiempo cuaresmal no pase sin que la comunidad viva compromisos concretos, junto con todas las celebraciones que también ocupan nuestra atención y tiempo. Que nuestro camino de conversión se manifieste en las obras de amor, iniciando por estar muy cercanos y en búsqueda de los que sufren en nuestras comunidades.

Deseo que este santo tiempo de cuaresma sea fecundo, y nos prepare a todos para la celebración de la Pascua. Los encomiendo de corazón a la intercesión de la Santísima Virgen María.

En la Sede Episcopal de Santiago de Querétaro, a los 14 días del mes de febrero de 2012.

Fraternalmente en Cristo y María.

+ Faustino Armendáriz Jiménez
Obispo de Querétaro

Pbro.Jorge Hernández Nieto
Canciller

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Pbro. José Luis Salinas Ledesma
II Domingo de Cuaresma – Ciclo B

1. Lectura del texto: Mc 9,2-10
(Se pide la luz del Espíritu Santo)

Fuego de Dios a nuestras frentes baje, Intelecto de amor en ellas prenda, y con lumbres de gozo y de martirio nuestras almas encienda.

Como el viento, impetuoso; como el fuego, candente, nuestro celo se propague, ¡y juzguen ebriedad de los sentidos la divina embriaguez que nos embriague!

Todos transverberados, desechemos nuestro albergue precario, y escuche todo oído en toda lengua el subversor mensaje del Calvario.

Nuevo diluvio de aguas cenagosas trae en cruda zozobra nuestra barca. ¡Vuelve, Amor, con el ramo del olivo! ¡Vuelve, Paloma, a serenar el arca! Amén.

(Cada uno lee en su Sagrada Escritura)
Jesús tomó aparte a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos a un monte alto y se transfiguró en su presencia. Sus vestiduras se pusieron esplendorosamente blancas, con una blancura que nadie puede lograr sobre la tierra. Después se le aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro le dijo a Jesús: «Maestro, ¡que a gusto estamos aquí! Hagamos tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías». En realidad no sabía lo que decía, porque estaban asustados. Se formó entonces una nube, que los cubrió con su sombra, y de esta nube salió una voz que decía: «Éste es mi Hijo amado; escúchenlo». En ese momento miraron alrededor y no vieron a nadie sino a Jesús, que estaba solo con ellos.

Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó que no contaran a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. Ellos guardaron esto en secreto, pero discutían entre sí qué querría decir eso de «resucitar de entre los muertos». Palabra del Señor.

Repasar el texto leído
(Se pregunta a los participantes y responden leyendo los versículos en su Biblia)

¿Quiénes subieron con Jesús al monte? v.2a ¿Qué sucedió en el monte? v.2b ¿Cómo eran los vestidos de Jesús? v.3 ¿Quiénes se aparecieron conversando con Jesús? v.4 ¿Qué dijo Pedro a Jesús? v.5 ¿Por qué no sabía lo que decía? v.6 ¿Qué decía la voz que salió de la nube? v.7 ¿Qué ordenó Jesús a los apóstoles? v.9 ¿Qué discutían los apóstoles? v.10

Explicación del texto:
Después de que Jesús ha anunciado por primera vez a sus discípulos su pasión: que debería sufrir mucho, ser rechazado, ser matado y resucitar; en Pedro encuentra oposición de parte de ellos. Les enseña que quien quiera seguirlo debe negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirlo. Si bien la mesianidad de Jesús implicaba el sufrimiento, no por ello dejaba de ser el Hijo del hombre glorioso, como se muestra en este pasaje de la transfiguración.

Este relato se ha construido a base de elementos de tomados de la teofanía del Sinaí que significan la presencia de Dios: la nube que envuelve, la montaña, la majestad que infunde temor, la presencia de Moisés, la tienda del encuentro con la nube. También hay rasgos que recuerdan las apariciones apocalípticas del Hijo de hombre: la visión, la presencia de Elías, el temor, la vestidura brillante, la orden de guardar secreto, la conversación. La transfiguración es una de las más importantes perícopas mesiánicas y muestra ciertas semejanzas con el bautismo y el relato de Getsemaní.

El monte es el lugar y símbolo de la presencia de Dios. Jesús se refugia a menudo allí y pasa largos ratos en oración, discerniendo la voluntad de su Padre. Jesús es el nuevo Moisés, radiante en la presencia de Dios sobre el nuevo Sinaí.

En la mentalidad apocalíptica los justos han de sufrir una metamorfosis, un cambio profundo cuando llegue el mundo nuevo. Las vestiduras blancas designan la gloria del mundo futuro y la gloria escatológica de los santos. Esto explica el hecho de que Pedro quiera quedarse, quiere eternizar esta experiencia escatológica en que Dios se ha hecho presente.

Moisés y Elías son los representantes de la Ley y los Profetas, mediante su presencia sobre el nuevo Sinaí dan testimonio de que el Antiguo Testamento se cumple en Jesús. La voz celeste señala a Jesús como el profeta-Siervo Is 42,1, va dirigida a los tres discípulos que en el contexto del primer anuncio de la pasión, constituyen una aprobación divina del papel de Jesús como Mesías-Siervo.

2. Meditación del texto
(Cada participante puede compartir su reflexión personal)
En la transfiguración, Jesús ofrece a los tres discípulos la visión luminosa para mostrarles el final del oscuro túnel de la pasión, poco antes anunciada. Ahí está la voz del Padre para confirmarlo: él es el Hijo predilecto que cumplirá su designio; es el testimonio veraz cuando pide a sus seguidores negarse a sí mismos y llevar la propia cruz detrás de él.

Jesús quiere convencer a sus discípulos de que acepar la muerte por dar a otros vida no significa el fracaso del hombre y de su proyecto vital, sino que, por el contrario, asegura el éxito definitivo de la existencia.

Anticipa lo que será la condición de resucitado. No comprenden que la visión es un acto de amor de Jesús, que pretende liberarlos de los ideales mezquinos y exclusivistas que limitan su horizonte y les impiden su desarrollo humano.

Lo que se ha manifestado es la gloria definitiva del Hijo del hombre, esto indica que la misma condición gloriosa deberá extenderse a sus seguidores. Para los tres discípulos sólo después de la muerte de Jesús, podrán interpretar verdaderamente el significado de este acontecimiento.

Ellos han disociado de la muerte de Jesús la visión que acaban de tener; esperan esa gloria para su vida mortal. Por eso no comprenden qué significa resucitar de la muerte. A pesar de la predicción de Jesús, siguen esperando el triunfo terreno. Todo esto debería quedar claro a los discípulos y a nosotros. Pero todavía tiene su mezcla de oscuridad: la nube de luz de la Presencia de Dios nos envuelve siempre en la sombra, y la revelación no elimina el misterio. Sin embargo, queda algo indeleble en el corazón: Jesús es el Hijo que el Padre ha entregado por nosotros; el compañero que nos abre el camino, el que nos enseña a escuchar dando los pasos de una entrega sin reserva.

La escena de la transfiguración es, particularmente significativa, y nos revela algo que es una constante en el evangelio: Jesús nunca lleva al hombre a la huida religiosa del mundo, sino que lo devuelve a la tierra como su hijo fiel. En este tiempo de cuaresma estamos llamados a transfigurarnos en Jesús, pasar del pecado a la gracia, de la oscuridad del mal a la luz de Dios. Jesús tiene Palabras que dan vida, escuchémoslo.

3. Compromiso personal y comunitario.
(Cada participante puede proponer compromisos personales y comunitarios)

·Leer y meditar la Palabra de Dios de forma personal o en familia.

·Participar en la santa Misa escuchando con atención la Palabra de Dios que ilumina la vida personal y comunitaria.

·Buscar la confesión como el medio eficaz de recibir la gracia de Dios que transforma y purifica del pecado.

·Tener momentos de oración personal para estar con Jesús en intimidad escuchado su Palabra en nuestro corazón

·Anunciar a quienes te rodean la alegría de ser transformados por la gracia de Cristo, especialmente a quienes viven atados por el pecado de los vicios.


4. Oración
(Se puede hacer alguna oración en voz alta donde participen quienes gusten dando gracias a Dios por la Palabra escuchada. Se puede recitar algún Salmo o alguna oración ya formulada)

Salmo 115: Siempre confiaré en el Señor.
Aun abrumado de desgracias, siempre confié. A los ojos del Señor es muy penoso que mueran sus amigos.

De la muerte, Señor, me has librado, a mi, tu esclavo e hijo de tu esclava. Te ofreceré con gratitud un sacrificio e invocaré tu nombre.

Cumpliré mis promesas al Señor ante todo su pueblo, en medio de su templo santo, que está en Jerusalén.

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Evangelización de Querétaro y grandes evangelizadores
Las religiosas en Querétaro: BEATAS Y MONJAS
Entre 1607 y 1803 se fundaron en la ciudad de Querétaro cinco grandes conventos, tres de ellos monasterios, fueron: Santa Clara, Capuchinas y Teresitas, con monjas provenientes de conventos muy prestigiados de la ciudad de México, dos beaterios, con origen humilde y local, fueron: Santa Rosa de Viterbo y Carmelitas y en San Juan del Río el Beaterio de las Hermanas Terceras.

Las Teresas

Templo y Convento son una joya del neoclásico y es el último monumental convento construido en la ciudad de Querétaro, de 17 existentes durante la colonia.

Antonia Gómez Rodríguez Pedroso y Soria de Pedroso, Marquesa de Selvanevada, viuda de Manuel Rodríguez de Pinillos López Montero y García Cortes, renunciando a su título y al mayorazgo a favor de su hija mayor, entró de criada al convento de San Jerónimo, en la ciudad de México. Más tarde cedió su caudal de más de ciento cinco mil pesos para fundar en Querétaro un convento y enseguida tomó el hábito en el convento de Regina Coelli, también en la ciudad de México.

El 25 de junio de 1802 se expidió la cédula real para la fundación de dicho convento, iniciándose provisionalmente en una casa rentada en la calle de Posadas, junto al Mesón de San Antonio, las gestiones habían comenzado desde 1797.. Además de la marquesa de Selvanevada, entonces llamada sor Antonia De Los Dolores y posteriormente, Sor María Josefa de Santa Teresa, vinieron del Convento de Santa Teresa La Antigua, ubicado en la ciudad de México como fundadoras, además de la marquesa las carmelitas,  Sor María Bárbara de la Concepción, Sor María Ignacia de San Elías, María Eufrosina de San Juan Bautista y Sor María Clara de San Eliseo.

La celebración de la noticia del nuevo convento se celebró en Querétaro el 22 de octubre de 1802, con repiques de campanas y el 22 de abril de 1803 llegaron a Querétaro estas monjas fundadoras de «Teresitas», alojándose en el Convento de Santa Clara y después llevadas solemnemente a su convento provisional por el clero secular y regular y la población entera.

El día 21 de junio de 1803 se colocó la primera piedra de convento definitivo con asistencia del Arzobispo de México, Francisco Xavier de Lizana. Se bendijo el convento y se dedicó el templo en uno de enero de 1807, a un costo de 150 mil pesos oro y cuyos benefactores fueron además de la Marquesa de Selvanevada, Juan Antonio Del Castillo y Llata, José de Escandón y Loreto Ma. De La Canal y Samaniego.

Los planos para el futuro convento fueron realizados por el arquitecto Manuel Tolsá y enviados a la corte española con una carta del virrey Miguel de la Grúa Talamanca y Branciforte el 20 de noviembre de 1797. El proyecto de Manuel Tolsá, realizado sin saber siquiera donde iba a ser edificado, nunca se realizó, sino que se contrató al arquitecto  Pedro Ortiz, para realizar otro y ejecutarlo, la presencia del arquitecto Eduardo Tres Guerras, fue para la decoración  existente.

La presencia del arquitecto Eduardo Tres Guerras, fue principalmente para la decoración que existe. Los frescos del coro, los del ábside, entre los ventanales, el apostolado de la sacristía, coro alto, entre otras muchas obras más.


BEATAS
Templo y Convento de Santa Rosa de Viterbo


Este monumento, tal vez el más bello de toda la América, se levanta en lo que era una pobre barriada de la ciudad de Querétaro; fue construido para unas pobres beatas, llamadas las Rosas, rama del frondoso árbol franciscano.

El real colegio de Santa Rosa de Viterbo de hermanas terceras ex-claustradas de N. P. San Francisco, se inició por los años de 1670 en un solar alejado al poniente de la ciudad, en unas humildes celdas de adobe que se construyeron las tres hijas de Juan Alonso, pobre pero honrado y virtuoso vecino.

Don Juan Caballero y Osio, hacia 1699, aumentó las celdas a 6 y concluyó un pequeño oratorio, y e13 de mayo de 1703 se celebró en éste la primera misa, permiso que fue cancelado en 1707, y posteriormente vuelto a conceder oficialmente la calidad de Beaterio de Santa Rosa después de aumentarle al sitio 6 celdas más, ordenándose ahora la construcción de una alta tapia que cercara toda la propiedad y nombrándose su capellán al bachiller Nicolás de Armenta.

En 1727 se le concedió el nombre de Real Colegio de Santa Rosa de Viterbo. El virrey Marqués de Valero y la dedicación que mostraron las religiosas por la educación de la niñez lograron que en 1727 Felipe V emitiera la Real Cédula de fundación del «Colegio Real de Santa Rosa de Viterbo», que llegó a su destino el 2 de julio de 1728, misma que fue ratificada el 21 de octubre de 1732 por Bula del Papa Clemente XII. Se escogió como titular y patrona de esta comunidad a Santa Rosa originaria de Viterbo, Italia, Rosa de Viterbo fue una terciaria franciscana, como las que en éste vivieron, que fueron beatas terciarias franciscanas, Rosa de Viterbo ya canonizada fue modelo de las mujeres que aquí vivieron, los franciscanos que atendieron a estas damas le dieron el nombre.

En 1752 se terminó de construir el actual edificio junto con el templo, el cual fue dedicado los días 22, 23 Y 24 de enero del mismo año. Se demolió gran parte de la antigua construcción y sobre sus restos se levantó la nueva. Signos de lo que fue el primer convento pueden verse en el nivel bajo de la fuente del patio principal y en los restos de muros y corredores que están debajo del piso actual. El Real Beaterio de Santa Rosa de Viterbo, representa el máximo esplendor que alcanzó el barroco en esta ciudad; con una influencia de arquitectura mudéjar única, es la obra máxima de Ignacio Mariano de las Casas, quién también construyó el reloj monumental (el primer reloj de repetición de América), su órgano y sus bellos retablos.

Por algún tiempo se atribuyó la autoría de Santa Rosa de Viterbo a Mariano de las Casas, del cual lo único que sabemos es que lo dibujó y en todo caso, participó en su diseño. Como podemos corroborar en sus memorias publicadas por el arquitecto celayense Tresguerras: Las monteas y trazos que se hicieron para fabricar la iglesia y colegio de Santa Rosa fue rayado por mi misma mano. En el interior del templo se conservan los retablos barrocos originales construidos entre 1770-1780, con bellas pinturas del mágico pincel de Miguel Cabrera.

En 1867 el convento fue cerrado y se utilizó como hospital hasta 1963. Hoy en día ha vuelto a ser un centro educativo.

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Cápsula de Liturgia
CONGREGACIÓN PARA EL CULTO DIVINO Y LA DISCIPLINA DE LOS SACRAMENTOS DIRECTORIO SOBRE LA PIEDAD POPULAR Y LA LITURGIA PRINCIPIOS Y ORIENTACIONES CIUDAD DEL VATICANO 2002

Capítulo IV
AÑO LITÚRGICO Y PIEDAD POPULAR
La lectura de la Pasión del Señor

130. La Iglesia exhorta a los fieles a la lectura frecuente, de manera individual o comunitaria, de la Palabra de Dios. Ahora bien, no hay duda de que entre las páginas de la Biblia, la narración de la Pasión del Señor tiene un valor pastoral especial, por lo que, por ejemplo, el Ordo unctionis infirmorum eorumque pastoralis curae sugiere la lectura, en el momento de la agonía del cristiano, de la narración de la Pasión del Señor o de alguna paso de la misma.

Durante el tiempo de Cuaresma, el amor a Cristo crucificado deberá llevar a la comunidad cristiana a preferir el miércoles y el viernes, sobre todo, para la lectura de la Pasión del Señor.

Esta lectura, de gran sentido doctrinal, atrae la atención de los fieles tanto por el contenido como por la estructura narrativa, y suscita en ellos sentimientos de auténtica piedad: arrepentimiento de las culpas cometidas, porque los fieles perciben que la Muerte de Cristo ha sucedido para remisión de los pecados de todo el género humano y también de los propios; compasión y solidaridad con el Inocente injustamente perseguido; gratitud por el amor infinito que Jesús, el Hermano primogénito, ha demostrado en su Pasión para con todos los hombres, sus hermanos; decisión de seguir los ejemplos de mansedumbre, paciencia, misericordia, perdón de las ofensas y abandono confiado en las manos del Padre, que Jesús dio de modo abundante y eficaz durante su Pasión.

Fuera de la celebración litúrgica, la lectura de la Pasión se puede «dramatizar» si es oportuno, confiando a lectores distintos los textos correspondientes a los diversos personajes; asimismo, se pueden intercalar cantos o momentos de silencio meditativo.

El «Vía Crucis»
131. Entre los ejercicios de piedad con los que los fieles veneran la Pasión del Señor, hay pocos que sean tan estimados como el Vía Crucis. A través de este ejercicio de piedad los fieles recorren, participando con su afecto, el último tramo del camino recorrido por Jesús durante su vida terrena: del Monte de los Olivos, donde en el «huerto llamado Getsemani» (Mc 14,32) el Señor fue «presa de la angustia» (Lc 22,44), hasta el Monte Calvario, donde fue crucificado entre dos malhechores (cfr. Lc 23,33), al jardín donde fue sepultado en un sepulcro nuevo, excavado en la roca (cfr. Jn 19,40-42).

Un testimonio del amor del pueblo cristiano por este ejercicio de piedad son los innumerables Vía Crucis erigidos en las iglesias, en los santuarios, en los claustros e incluso al aire libre, en el campo, o en la subida a una colina, a la cual las diversas estaciones le confieren una fisonomía sugestiva.

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DE PARROQUIA EN PARROQUIA
Pbro. Reynaldo Huerta Cerna deparroquiaenparroquia@hotmail.com
El Divino Salvador
Doctor Mora, Gto. (Segunda parte de dos)

La historia nos informa que el nombre completo del doctor Mora, que desde 1949 lleva el pueblo, era José María Luis Mora. Se trata de un ideólogo de la Reforma que a mediados del siglo XIX transformó el trasfondo legal de México, y proporcionó «la legalidad» para que se despojara a la Iglesia Católica de sus bienes materiales. Este acontecimiento fue el parte aguas que vino a propiciar la fundación del pueblo y municipio de Doctor Mora.

Sucede que en el lugar donde ahora se encuentra este pueblo, antes existía una hacienda que llevaba el nombre de «Agostadero de Charcas» que era propiedad de los padres Jesuitas quienes sufrieron la expropiación de esta propiedad, y no solo eso, sino que fueron expulsados del país. Esta aberrante situación constituye una gran injusticia histórica, ya que fueron ellos, los Jesuitas, quienes evangelizaron, desde siglos atrás, esta región, proporcionando, incluso, elementos civilizadores, como fueron la enseñanza de oficios y formas de arte que hasta la fecha tienen repercusión en la cultura y en la diaria convivencia comunitaria. Pero así es la historia, muchas veces injusta y torcida. En 1860 el gobierno federal ofreció en subasta pública la Hacienda del Agostadero de Charcas, habiéndola adquirido don Agustín González de Cosío, vecino de la ciudad de Querétaro, quien se considera el fundador de la población, ya que fue su voluntad, que se iniciara la construcción del pueblo, donando los espacios necesarios para la construcción de los lugares públicos. Él donó el templo ya existente y el terreno suficiente para la construcción del curato y las oficinas parroquiales. Gracias a este benefactor y fundador del pueblo se logró resarcir, en parte, la histórica injusticia. Bien dicen que «Dios escribe derecho en renglones chuecos».

En la plática que sostuve con el padre Juan Marcos Granados Álvarez, párroco de esta comunidad, me compartió que la parroquia está dividida, para su trabajo de Evangelización, dentro de la Misión Permanente, en 7 zonas, las mismas que a su vez, se subdividen en sectores. Los sectores se identifican con las comunidades, a excepción de la sede parroquial, Doctor Mora, que se encuentra dividida en 7 sectores. Los sectores pues, llegan a 45, mientras que las comunidades son 39 contando a Doctor Mora.

En cuanto a la catequesis de niños, la parroquia cuenta con 200 catequistas que atienden a 1, 800 niños. Cada comunidad tiene un centro de catecismo, excepto en Doctor Mora, en el que hay dos. En todas las comunidades, cada jueves se expone el Santísimo Sacramento para la hora Santa, la cual es simultanea en toda la parroquia. Los MESE (Ministros Extraordinarios de la Sagrada Eucaristía) son 20, pero la meta es que, por lo menos haya uno en cada comunidad. Los MESE llevan la Sagrada Comunión a los 80 enfermos postrados que hay en toda la parroquia.

El movimiento juvenil es muy fuerte en la parroquia ya que ellos son los que se organizan formando los 10 coros que hay en el pueblo de Doctor Mora, y para apoyar a algunas comunidades de la Sierra con ropa, cobijas y despensas. Además participan en una gran variedad de grupos de apostolado que hay en la parroquia, entre ellos: Orden Tercera Franciscana, Movimiento Familiar Cristiano, Grupo que imparte las pláticas del método Billings, Adoración Nocturna, Alberos y Mayordomos de la Santísima Virgen, Los del Viacrucis. Este último grupo se encarga de las representaciones teatrales de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, durante la Semana Santa. Lo cual constituye, no solo un espectáculo de tipo religioso, sino de formación espiritual y transmisión de contenidos en cuanto a la Evangelización.

También existen en la parroquia 40 Comunidades Eclesiales de Base (CEBs) que, además de nutrirse espiritualmente «ad intra», ejercen un decisivo apostolado «ad extra», que repercute en toda la parroquia. Podemos decir que, también hay un gran movimiento que implica a todos los peregrinos a los diferentes santuarios: al Tepeyac, hombres y mujeres, a San Juan de los Lagos, a la basílica de Nuestra Señora de los Dolores de Soriano, y al Cerro Grande donde se venera la Santísima Virgen de los Remedios.

Para concluir les proporciono un mensaje del señor cura párroco: «Con gozo y alegría les saluda el padre Juan Marcos Granados Álvarez, párroco de la parroquia del Divino Salvador, a todos los asiduos lectores del periódico de la Diócesis, y les comparto que en el año 2015 cumpliremos 75 años de erección como parroquia, por eso estamos trabajando, cada feligrés, para darle un nuevo rostro a la parroquia».
«En diciembre del 2010 iniciamos la entrega del Kerigma a cada una de las comunidades, así cada 9 días cambiamos de comunidad, llevando además la imagen más antigua que se venera en estas tierras: Nuestra Señora de Guadalupe, óleo del pintor Juan Valenzuela Menor, auspiciado por los padres Jesuitas quienes evangelizaron estos lugares habitados por otomíes chichimecas. Después del Kerigma, que culminó en diciembre del 2011, nos preparamos a capacitar al Consejo de Pastoral Parroquial, para realizar el censo para continuar así el proyecto de los obispos en Aparecida de ser auténticos discípulos misioneros de Nuestro Señor Jesucristo y que la parroquia tenga un nuevo rostro; el de Nuestro Señor que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la Verdad».

«Me despido agradeciendo al padre Reynaldo Huerta todas sus atenciones. Que Dios les bendiga». ¡DIOS NOS CONSERVE ALEGRES EN SU SANTO SERVICIO!

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