jueves, 26 de junio de 2008

Comunión Querétaro N°541 29/junio/2008 Pagina 2


Para reflexionar...

La solemnidad de San Pedro y San Pablo

Festejamos el martirio de dos Apóstoles.La solemnidad conjunta de San Pedro y San Pablo es la conmemoración del martirio en Roma de los apóstoles Simón Pedro y Pablo de Tarso, que se celebra el 29 de junio. La fecha bien puede ser el aniversario de sus muertes, por el traslado de sus reliquias. Los católicos celebramos esta fiesta con toda solemnidad. En las últimas décadas, esta celebración ha sido de vital importancia para el moderno movimiento ecuménico, como una ocasión idónea en la que el Papa y el Patriarca de Constantinopla han oficiado servicios eclesiásticos encaminados a que sus iglesias se acerquen a la intercomunión, como una participación en lo común.

Estos mártires dieron testimonio de lo que habían visto

De los sermones de San Agustín, obispoEl 29 de junio, para nosotros los católicos, es un día sagrado, porque en él celebramos el martirio de los santos apóstoles Pedro y Pablo. No nos referimos, ciertamente, a unos mártires desconocidos. Estos mártires, en su predicación, daban testimonio de lo que habían visto con un desinterés absoluto; dieron a conocer la verdad hasta morir por ella.

San Pedro, el primero de los apóstoles, que amaba ardientemente a Cristo, y que llegó a oír de él estas palabras: «Ahora te digo yo: Tú eres Pedro». Él había dicho antes: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo». Y Cristo le replicó: «Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia».
En un solo día celebramos el martirio de los dos apóstoles, pues ambos eran, en realidad, una sola cosa, aunque han sido martirizados en días distintos. Primero lo fue Pedro, luego Pablo. Celebramos esta fiesta sagrada para nosotros, por la sangre de los apóstoles. Procuremos imitar su fe, su vida, sus trabajos, sus sufrimientos, su testimonio y su doctrina.




El rincón de los jóvenes...

La familia y Yo

La única manera de que nuestros papás y hermanos sepan realmente cómo nos sentimos y qué pensamos, es comunicándoselos. La única manera de conocer a fondo a papá y mamá y a nuestros hermanos, es platicando con ellos de lo que sienten, piensan y el porqué de algunas conductas que a nosotros no nos gustan. Comprender no es aprobar. Si no estamos de acuerdo en algunas cosas, como por ejemplo: los permisos, hay que dialogar, para tratar de llegar a un acuerdo. Lo que pasa es que cuando nos niegan algo, en lugar de hablarlo con serenidad, nos enojamos, damos portazos o levantamos la voz y con eso estamos demostrando que no somos dueñas de nuestras emociones y que posiblemente no somos responsables como para obtener el permiso deseado.

Muchas veces pensamos: ni para qué intento hablar con ellos, nunca me escuchan! no es conveniente adelantarnos a juzgar y cerrar la oportunidad de dialogar. Escojamos el momento oportuno y vayamos abiertas a escuchar también su punto de vista. Si nosotras estamos convencidas de que lo que pedimos es bueno para nosotras, es casi seguro que lograremos convencer a nuestros papás.

Los papás aprenden a ser padres a través de sus hijos y de lo que de ellos aprenden! Qué triste que en muchos casos la única comunicación que existe entre papás e hijos, son órdenes y regaños, o cuando hay que pedir permisos o dinero.



Suele suceder...

«No era su problema»

« Una vez, en una granja, vivía juntos con muchos animales, un pequeño ratón. Un día, impresionado por un exquisito aroma, salió a hacer su ronda, directamente hacia la fuente del olor. Cuando llegó, no podía creer que alguien hubiera dejado olvidado un pequeño y apetitoso pedazo de queso en el suelo. Cuando se hubo acercado, se percató que tal pedazo de queso estaba instalado en una ratonera.

Veloz corrió hacia afuera y encontró a una gallina, y le contó su problema. La gallina sin gesto alguno comentó, que lástima, que tuviera cuidado, pero que ese no era su problema.
Siguió corriendo y encontró a un cochino, quién igualmente le respondió que ese tampoco era su problema y que no se iba a preocupar por una pequeña ratonera.

Ya cansado, y al final del campo, encontró a la vaca: -Amiga vaca, tienes que ayudarme en sacar la ratonera, pues corro peligro!. -Nada ratón, ese es tu problema y yo no quiero problemas con los dueños de la granja.!!.

Ya cansado, Mister ratón regreso entristecido a su hogar, en un hueco debajo de la cocina.
Al día siguiente, sonó un «chass» y la señora que colocó la ratonera salió corriendo hacia el lugar a ver al pequeño ratón atrapado. De lejos vió una cola, pero pensó que igualmente lo podía sacar de la casa. Pero al llegar, la cola le pertenecía a una víbora, y la señora fué picada en una pierna.
Toda la noche pasó la pobre señora, con estados de fiebre, sin comer n¡ beber.

En la mañana, llegó el médico y le recomendó, que para recuperarse necesitaba un buen caldo de gallina.

Pasaron dos días y la señora continuaba en cama, ya que el caldo no le había hecho efecto. El médico nuevamente dió un consejo: -Debe comer sustanciosamente, algó como una buena chuleta de cerdo. Comióse su buena tajada de chuleta.

Al quinto día, la señora ya muy enferma y delirante, debió ser hospitalizada, por lo que su esposo el dueño de la granja, debió vender la vaca para poder pagar la cuenta del hospital y las medicinas.»

No recuerdo la salud final de la señora, pero me imagino que volvió medio enferma en recuperación.

En la visión holística, la ratonera si tiene que ver con la vaca. Se trata de solidaridad, de comprensión, de estima por los demás.

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